—¿Estás bien?—preguntó Dante, con la voz cargada de dolor y furia mientras apretaba su herida con una mano.No podía hablar. Mis piernas temblaban, mi pecho subía y bajaba rápidamente, y las lágrimas rodaban por mi rostro. Apenas podía procesar lo que acababa de suceder.—¡Te dije que no te movieras! ¡Maldita sea, Sophía!—gruñó, su tono era más de preocupación que de enojo.—Vi... vi que iban a dispararte...—susurré, con la voz rota.Él me miró por un instante juntando sus cejas,estaba tratando de analizarme a pesar de estar herido. Sí, ya sé. Lo detesto, pero senti que si él…que si él…senti que era lo correcto salvarlo, tenía que salvarlo. Su mirada dura se suavizó aunque su intensidad en la mirada seguían intacta. —Escúchame, no vuelvas a hacer algo así, si te pasa algo yo…— se detuvo, apretó los labios y sacudió la cabeza como si intentara desperjarla. Antes de decir algo más escuchamos pasos acercándose, Dante tomó mi mano con fuerza.Su herida no se veía bien, estaba perdiendo
Cuando Lucas me contacto para decirme que algo estaba pasando con Sophía, no lo dude ni dos segundos para correr hasta rl bufete y menos al confirmar que los escoltas que no respondían por ningún lado. Sentí que la sangre se me helaba y que el corazón se detenía. Me preparé a la velocidad de la luz, tomé mis armas y salí hasta su lugar de trabajo. Cuando llegue al lugar el silencio era aterrador,no había nadie cerca solo el sonido de la oscura noche. Con precaución me adentre en el edificio enco tirándome en el camino varios enemigos, mi pulso no temblaba ante esta situación ya estaba acostumbrado hacer aquello, acostumbrado a vivir metido entre una guerra por ganar un nombre y uno que se quedaba grabado en las mentes de aquellos que intentaban enfrentarme.Mi objetivo era llegar con Sophía y solo eso, si disparé a todo lo que se movia sin miramientos, Sophía estaba en peligro y no permitiría que saliera herida.Aunque sabia que ella estaría asustada también sabía que no se rendiría
—Dante, no se si pueda hacer esto. Necesitas urgente un médico, hay que operarte.— dice con firmeza, aunque su voz temblorosa delata lo nerviosas que está.—No, Sophía, no hay tiempo para eso —gruño, con el dolor latiendo en cada palabra—. Si salimos de aquí ahora, nos pondremos en la mira. No es seguro para ti.—¡Pero esto es una locura! No creo poder extraer la bala, hay riesgo, sabes? Podria…—replica, sus ojos brillando con furia y miedo.—Sophia! Confío en ti, hermosa, se que puedes hacerlo. Ya antes lo has hecho, tu puedes linda—susurro, buscando su mirada—. Solo hazlo.— No, no puedo. Llama a Lucas que traiga al médico que tienes, estoy segura que hay uno que te atiende y a tus hombres en situaciones como estas— vaya que sabes bastante, es cierto lo que dice pero no creo que llegue a tiempo. En ese instante llega Lucas y niega— Lo lamento pero tendrás que hacerlo tú Sophía, el médico de la familia está fuera del país. Además tu tienes la experiencia, será pan comido para ti.Su
NARRADOR OMNISCIENTE —¿Qué hiciste qué?— su tono era frío lleno de enojo, sabrina no sabía en lo que se había metido.—Ella dijo que quería irse, yo no tenía porqué prohibirle que no lo hiciera, fue su decisión. — intento convencerlo. Dante la toma del brazo sin ninguna consideración. No estaba midiendo su fuerza quería que sintiera su furia, su frustración —Dime donde está Sophía, ahora?!—demandó con firmeza. Sabrina desvío la mirada y aunque intento sonar firme su temblor la delató —Te…te dije que no se. Dijo que regresaría a su departamento, no se más nada.— Lucas se había acercado y la miró con una mirada de advertencia —Eso no es cierto, Sophía nunca llegó a su departamento.— La desmintió Lucas sin perder su postura fría y controlada. Dante en cambio quería respuestas a toda costa. —Bueno… en ese caso ha de tener un escondite, o tal vez un amante pero no se nada de su paradero.— dijo y como sabia que no convencerla a Dante cambio su estrategia. — Amor yo solo vine porque ten
—Será mejor que hables sabrina, mi paciencia se está agotando— advirtió con un tono que no admitia mentiras. Sabrina conocía a Dante, sabía como detestaba las mentiras y sabía perfectamente que no tendría escapatoria si no le decía lo que él quería. —Dante amor, se que sabes y entiendas que fue lo mejor, no la necesitas para expandir nuestro territorio. —. Suavizó sus facciones y coqueteo con él pero eso no estaba dando resultados, intentaba a toda costa ganar tiempo antes de soltarle la bomba—Vamos amor olvida a esa mujer que solo te ha traído problemas. La expresión de Dante era aterradora su respiración acelerada y el rojo de sus ojos decían claramente que por dentro sentía el peor de los enojos, estaba a punto de estallar y se contenía para no matar a loca frente a él. —Sabrina, para ponértelo claro si es que no me has entendido — se acerco a la silla donde la había sentado con esa autoridad y dominio que siempre transmitía pero está ves había algo más en su mirada y no era bu
Dante no podía quitarse la imagen de Sophía de la cabeza, su rostro angustiado al final de aquella pesadilla para ella lo perseguía. A cada paso que daba por la mansión, su mente se llenaba de pensamientos oscuros, de estrategias y amenazas. Pero sobre todo, sentía algo que no había experimentado en mucho tiempo: impotencia.Las palabras de Sabrina seguía retumbando en sus oídos. Había sido clara en sus palabras: Sophía estaba con uno de sus enemigos, y él no tenía tiempo que perder. Mientras su mandíbula se tensaba, su teléfono vibró, interrumpiendo sus pensamientos. Era Lucas. Sabía que si alguien podía proporcionar respuestas, era él.—Dante —dijo la voz al otro lado—,según lo que dijo Sabrina, sospecho que Viktor Ivanov es quien está detrás de todo esto.Viktor. Claro que sabia quien era, al principio su gran amigo y de repentese se habia convertido en si enemigo sin saber la verdaderarazón, pero ahora, más que nunca, representaba una amenaza directa. El simple hecho de que estuvi
Dante colgó la llamada con Lucas, y mientras descendía las escaleras de la mansión, su mirada estaba fija al frente, cargada de furia y determinación. Las sombras que se proyectaban por los pasillos parecían cobrar vida, como si su propia ira les diera forma.Al llegar al salón principal, uno de sus hombres, Marco, lo esperaba con un informe.—Señor, hemos localizado el posible paradero de Viktor. Es una finca aislada en las afueras de la ciudad, altamente custodiada.Dante tomó el informe, sus ojos escaneaban los detalles rápidamente.—Bien esperemos el informe detallado de Lucas estén listos para salir. Marco asintió y salió de inmediato, dejando a Dante solo por un momento. Cerró los ojos y tomó una respiración profunda, intentando calmar el volcán que ardía en su interior. Pero la imagen de Sophía, vulnerable y en peligro, lo atormentaba. Aunque sabia lo fierte qie era no dejaba de preocuparse. No podía permitirse fallar.Mientras tanto, en la finca de Viktor, Sophía seguía encer
Dante permanecia inquieto en su despacho, solo esperaba la confirmación de Lucas para salir. Tenía preparado un equipo de hombres fuertemente armados para combatir a Viktor. Su preocupación más grande era la seguridad de Sophía, no podía permitir que le sucediera algo, ella debía salir de ese lugar ilesa.Unos minutos más tarde Marcos volvió a entrar al despacho con la confirmación de Lucas, le paso el sobre el cual Dante recibió con rapidez. Dante abrió el sobre, escaneando los documentos con una velocidad fría y calculadora. Cerró el informe y lo arrojó sobre una mesa cercana.—Reúnan al equipo. Esta noche terminamos con esto.Sin esperar respuesta, giró sobre sus talones y salió hacia la sala de operaciones improvisada en la mansión. La furia lo mantenía centrado, pero las imágenes de Sophía atrapada y a merced de Viktor no dejaban de atormentarlo. Sus hombres, aunque entrenados para situaciones críticas, sintieron la tensión en el aire y se movieron con rapidez para preparar el a