—Será mejor que hables sabrina, mi paciencia se está agotando— advirtió con un tono que no admitia mentiras. Sabrina conocía a Dante, sabía como detestaba las mentiras y sabía perfectamente que no tendría escapatoria si no le decía lo que él quería. —Dante amor, se que sabes y entiendas que fue lo mejor, no la necesitas para expandir nuestro territorio. —. Suavizó sus facciones y coqueteo con él pero eso no estaba dando resultados, intentaba a toda costa ganar tiempo antes de soltarle la bomba—Vamos amor olvida a esa mujer que solo te ha traído problemas. La expresión de Dante era aterradora su respiración acelerada y el rojo de sus ojos decían claramente que por dentro sentía el peor de los enojos, estaba a punto de estallar y se contenía para no matar a loca frente a él. —Sabrina, para ponértelo claro si es que no me has entendido — se acerco a la silla donde la había sentado con esa autoridad y dominio que siempre transmitía pero está ves había algo más en su mirada y no era bu
Dante no podía quitarse la imagen de Sophía de la cabeza, su rostro angustiado al final de aquella pesadilla para ella lo perseguía. A cada paso que daba por la mansión, su mente se llenaba de pensamientos oscuros, de estrategias y amenazas. Pero sobre todo, sentía algo que no había experimentado en mucho tiempo: impotencia.Las palabras de Sabrina seguía retumbando en sus oídos. Había sido clara en sus palabras: Sophía estaba con uno de sus enemigos, y él no tenía tiempo que perder. Mientras su mandíbula se tensaba, su teléfono vibró, interrumpiendo sus pensamientos. Era Lucas. Sabía que si alguien podía proporcionar respuestas, era él.—Dante —dijo la voz al otro lado—,según lo que dijo Sabrina, sospecho que Viktor Ivanov es quien está detrás de todo esto.Viktor. Claro que sabia quien era, al principio su gran amigo y de repentese se habia convertido en si enemigo sin saber la verdaderarazón, pero ahora, más que nunca, representaba una amenaza directa. El simple hecho de que estuvi
Dante colgó la llamada con Lucas, y mientras descendía las escaleras de la mansión, su mirada estaba fija al frente, cargada de furia y determinación. Las sombras que se proyectaban por los pasillos parecían cobrar vida, como si su propia ira les diera forma.Al llegar al salón principal, uno de sus hombres, Marco, lo esperaba con un informe.—Señor, hemos localizado el posible paradero de Viktor. Es una finca aislada en las afueras de la ciudad, altamente custodiada.Dante tomó el informe, sus ojos escaneaban los detalles rápidamente.—Bien esperemos el informe detallado de Lucas estén listos para salir. Marco asintió y salió de inmediato, dejando a Dante solo por un momento. Cerró los ojos y tomó una respiración profunda, intentando calmar el volcán que ardía en su interior. Pero la imagen de Sophía, vulnerable y en peligro, lo atormentaba. Aunque sabia lo fierte qie era no dejaba de preocuparse. No podía permitirse fallar.Mientras tanto, en la finca de Viktor, Sophía seguía encer
Dante permanecia inquieto en su despacho, solo esperaba la confirmación de Lucas para salir. Tenía preparado un equipo de hombres fuertemente armados para combatir a Viktor. Su preocupación más grande era la seguridad de Sophía, no podía permitir que le sucediera algo, ella debía salir de ese lugar ilesa.Unos minutos más tarde Marcos volvió a entrar al despacho con la confirmación de Lucas, le paso el sobre el cual Dante recibió con rapidez. Dante abrió el sobre, escaneando los documentos con una velocidad fría y calculadora. Cerró el informe y lo arrojó sobre una mesa cercana.—Reúnan al equipo. Esta noche terminamos con esto.Sin esperar respuesta, giró sobre sus talones y salió hacia la sala de operaciones improvisada en la mansión. La furia lo mantenía centrado, pero las imágenes de Sophía atrapada y a merced de Viktor no dejaban de atormentarlo. Sus hombres, aunque entrenados para situaciones críticas, sintieron la tensión en el aire y se movieron con rapidez para preparar el a
La explosión había reducido gran parte de la finca a escombros, y el aire estaba cargado de humo y polvo. Sophía seguía temblando en los brazos de Dante, incapaz de procesar todo lo que le acababa de ocurrir. Podía sentir la tensión en su cuerpo, los nervios incapaz de controlarlo, sabia que ese mundo era peligroso y por eso habia luchado tanto junto al fiscal Blackwood para disminuir la corrupción y darle caza a los mafiosos. Jamas imagino que ella llegaria a ser parte de ellos, el tan solo pensarlo le revolvía el estómago. Su mundo había cambiado en un abrir y cerrar de ojos, ahora estaba en la mira de enemigos que ni siquiera eran de ella. Todo aquello era culpa de ese idiota que la había arrastrado a la fuerza a su mundo de crimen.Mientras Dante sentia una furia contenida mientras miraba el lugar por donde Viktor había desaparecido. Tenía que acabar con aquello, no permitiría que tocara nuevamente a Sophía. —¿Estás herida? —preguntó Dante de nuevo, con voz firme pero baja, como
Los días habían transcurrido sin problemas ni novedades algunas. Después de que Lucas hablara, según él, con Viktor no hubo ataques por su parte pero Dante no estaba convencido conocía a Viktor y sabía que no se daría por vencido hasta conseguir su objetivo, pero él también estaba seguro de que no permitiría que tocara a Sophía una vz más. Dante tenía custodiada la mansión y a duras pena dormía, temia por Sophía y no permitiría que la volvieran atacar. Sphia había vuelto a sus días cotidianos pero no salía sin ser acompañada por el mismo Danteo un séquito de escoltas, la seguridad que antes tenía había sido redoblada.Ayla no se había dado cuenta de nada, Sophía pensó que no era prudente conociendo el genio de su amiga sería capaz de matar a Dante, aunque la que quería matarlo era ella.—Sophía— llamo Ayla sacándola de sus pensamientos —Perdón, que me decías?— Ayla compuso cara de fastidio y se cruzó de brazos—Pues acabas de confirmarme que te mueres de amor por el mafioso sexy es
—Qué… Qué crees que haces?— susurró al sentirse acorralada por mi. —Hacer que cumplas tu parte del trato, Sophía— le respondí en un pequeño susurro con una sonrisa burlona. Roze mis labios con los de ella. Senti el cuerpo de Sophía temblar bajo el mio sabiendo lo que provocaba en ella, podia gritar que me odiaba pero yo sabia que no era asi, sentia algo mas por mi como yo por ella. Había intentado negarlo e incluso yo me llegué a replantear lo que sentía y sabía que ella se había convertido en algo más que un simple contrato. —No, apártate— murmuró apenas, pero no hizo siquiera el amague de moverse, dejó que sus labios recibieran el suave roce de los míos. No le presté atención a su petición y la besé con mas urgencia una que llevaba por dentro desde que la conocí aquella noche en Elysium, la besé con un ímpetu contenido que terminó por romper las barreras que ella había intentado mantener en pie. Sus manos temblorosas se aferraron a mí camisa, como si una parte de ella quisiera a
Nunca me había sentido parte de la familia Ferrer. Cada vez que cruzaba las enormes puertas de la mansión, el aire se volvía espeso, sofocante, como si me advirtiera que no pertenecía a ese lugar. El retrato familiar en el salón me lo recordaba constantemente: mi lugar no estaba ahí. Era la hija ilegítima, la sombra que Victoria, mi madrastra, deseaba borrar.Crecí escuchando las historias sobre mi madre, Galadriel Montenegro, una mujer fuerte y hermosa que, según mi madrastra, nos había abandonado a mi padre y a mí para huir con otro hombre. Desde que tengo memoria, Victoria ha usado esa historia para humillarme, para recordarme que no era más que el resultado de una relación que nunca debió haber existido. Lo peor de todo es que mi padre, Alejandro Ferrer, aunque amoroso en su forma distante, nunca contradecía esa versión. Nunca supe si era porque la creía o porque simplemente prefería guardar silencio.Hoy, el silencio en la casa era aún más denso de lo habitual. Recibí una llamada