Con una sonrisa en el rostro, Brandon supo ser consciente de aquella sonrisa que ella le estaba dando de una manera descarada para él. Y es que seguía sin creer que solo fueron necesarias unas horas para que ella cambiara por completo, para que regresara a casa como una persona desconocida, una persona que a no sentía nada y que en ese momento podía dejarse al descubierto.Así eran todas las mujeres con las que él había estado, así eran todas, siendo mujeres descaradas, mujeres que solo veían al mejor postor y se entregaban a él como si de cualquier cosa se tratara. Así eran todas menos una, aquella que ahora le estaba dañando el alma con tan solo sentirse divido por la mujer que había regresado siendo toda una descarada.— ¿Irás conmigo o no? Digo, no es que busque mandar en tu tiempo pero yo tengo a un lugar al que llegar puntual —dijo Cristal sin más.Brandon la miró queriendo encontrar la verdadera razón por la que ella había cambiado tan prontamente.— ¿A qué debo este cambio? —p
Para ese momento ella recordó que debía de fingir, debía de dar otra cara frente a su familia, la familia que estaría vigilando cada uno de sus movimientos.Queriendo saber a qué iba todo eso, Brandon se impuso justo antes de entrar a la casa de la familia de Cristal.— ¿Qué pretendes con todo esto? —preguntó él sin más rodeos.— ¿De qué hablas?— ¿Qué pretendes con comportarte así?Cristal sabía que Brandon era un hombre muy inteligente pero eso no significaba que él siquiera imaginara lo que ella estaba planeando hacer.—Solo llevar la fiesta en paz.De la casa blanca, las luces parecían llamar la atención de cualquiera que pasara por ahí, detrás del auto de Brandon un auto más hacía su aparición.No había tiempo de contestar las preguntas de Brandon, reconociendo la persona que viajaba dentro se dio cuenta que no era más que una de sus primas, la misma con la que no hablaba mucho pero eso no significaba que no compartieran ninguna emoción por cada vez que se veían. No era más que u
Tal como ella lo había pedido, Sebastián se había hecho presente en aquel lugar en que ella le había pedido estar. Ya no importaban sus prácticas ni nada de lo que tuviera que hacer en el hospital cuando verdaderamente lo tenía todo bajo control gracias a las amistades que había hecho.No sabía qué era lo que estaba tramando, no sabía qué era lo que pasaba en la cabeza de Cristal, ni siquiera sabía nada de lo que habían hablado con Wyatt, no sabía por qué pero verdaderamente él no confiaba en él, había algo que le decía que algo de él no estaba bien. No podía siquiera creer una de sus palabras. Solo esperaba que Cristal no se equivocara más de lo que ya lo había hecho al casarse con ese hombre, estaba de más pensarlo como su primer amor. Al final, Cristal solo había conocido una pequeña parte de él.El presente era ese, justo donde se encontraba Cristal, justo donde había aceptado casarse con el verdadero Brandon, el que siempre fue. En su mente solo un pensamiento, la gente no camb
Ni siquiera se había dado el tiempo para querer saberlo, ni siquiera había tenido la dicha de tener una conversación con ella, ¿qué iba a pasar en el momento en que el mundo comenzara a preguntar por los gustos del uno así como del otro? Brandon no sabía nada de ella. Esos pensamientos encendieron una sola idea en su mente, tan pronto como salieran de ahí él se proponía tener una conversación con ella y hacerle saber lo más importante de él al mismo tiempo que esperaba lo mismo de su parte.Finalmente, una última foto a la derecha. Una foto que captaría toda su atención, la atención que no logró ser captadas por las demás fotos.De pronto sus manos parecieron actuar por sí solas, tomando de esa manera la foto que estaba a la derecha, un intento de foto familiar ya que todos parecía jugar en el momento que la foto fue tomada. La ropa blanca había sido manchada con lodo, como si una guerra los hubiera agarrado desprevenidos segundos antes de la foto. Y a la izquierda de la misma foto, u
Las miradas fijas en el uno y en el otro. Una sola verdad que el abuelo de Cristal le estaba negando saber después de todo lo que él había hecho por él porque al final, incluso si ella se negó mil veces, terminó salvando a su abuelo.— ¿De lo contrario qué? —Preguntó el abuelo.Con una sonrisa en el rostro, Cristal contestó; —De lo contrario las empresas van a pagar las consecuencias y para ser más específico, tus empresas, tus acciones y todo lo que eres tú porque ya lo he dicho, abuelo, las empresas son tuyas, eres tú, no soy yo, no son mías.Eso era cierto, era algo que siempre supo el señor Bennett. Su nieta nunca estuvo interesada en los asuntos de la empresa, siempre se lo dijo, siempre quiso hacérselo saber y la verdad era que para ese momento en que oía a su nieta hablar de esa manera, no le importaba en lo absoluto ya que, él se creía eterno, él creyó que el poder le iba a durar para toda la vida. ¿Vaya su sorpresa cuando se dio cuenta que la vida nos podían dar mil un sorpr
Un despacho inmenso, el mismo al que ella había entrado mil y un veces después de que supiera lo que matrimonio arreglado, había rogado tanto en ese lugar porque ese matrimonio no sucediera que podía caminar por ahí a ciegas.Tantos recuerdos vinieron a su mente solo para que al final, ella entrara una vez más estando casada con quien le pidió a su abuelo no casarla. Poco le importó.—No diré nada más de lo que viene en ese contrato. No explicaré más y no harás más preguntas de las que tienes permitidas, ¿de acuerdo? —preguntó el abuelo de Cristal mientras sacaba el contrato de su caja fuerte al mismo tiempo que pensaba en la mejor forma de mentirle a su nieta.— ¡De acuerdo! —Dijo Cristal de manera decidida. Finalmente el documento por el que ella estaba esperando salió en aquel folder amarillo. Cristal no pudo evitar mirarlo hasta que la mano de su abuelo dejó caer el documento frente a ella.—Aquí está y no hay nada más que ese documento.Cristal miró a su abuelo para después, a
Ocho en punto de la noche, seguramente a él se le había olvidado llegar a ese lugar que siempre fue de ellos, el mismo que fue testigo de las veces que Brandon tomaba hasta quedarse dormido sobre la barra en la que ella estaba en ese momento, Una lágrima quiso salir de sus ojos y más allá que de sus ojos, era de su alma. No entendía, ¿cómo Brandon era capaz de cambiar en un abrir y cerrar de ojos? Acaso, ¿había hecho ella algo mal?Esas palabras, esas dulces palabras que él le dedicaba, esos besos en la frente, esa cercanía que tenía el uno hacia el otro, esos sentimientos que florecían por cada vez que él la miraba a los ojos. Él nunca estuvo enamorado de ella, él nunca vio a Tábata como ella siempre espero que él la viera en su corazón. Y ni por eso, ella había perdido la esperanza de que el día en que él se diera cuenta llegaría. Le había pedido matrimonio, de una u otra manera, le había pedido matrimonio, no podía haber mejor mujer para él que ella, eso lo llevaba en claro Tábat
—El amor del pasado debe de quedar atrás —dijo Sebastián.Y detrás de ellos, Brandon Lambert se acercó de manera casi sigilosa. Si por él fuera hubiera escuchado toda la conversación, lamentablemente en ese momento la vista de Sebastián captó a Brandon detrás de su prima. El odio lo invadió. ¿Era ese el momento para amenazarlo?—Cristal —llamó Brandon sin dejar de mirar a Sebastián.Inmediatamente ella volteó. — ¡Oh, Brandon!—Lo siento, tengo que irme, acabo de recibir un mensaje de parte de la empresa.No era mentira, justo antes después de dejar la foto en su lugar, un mensaje de parte de su secretario llegó.—Por favor, ve con cuidado. —Dijo Cristal sin sentimiento alguno.Sebastián todo lo que supo fue mirarlo. — ¿No quieres que te deje en casa?—No, no te preocupes por eso, ve tranquilo, y ve con cuidado, Sebastián podrá llevarme.Dicho eso, Cristal desvió la mirada haciéndole saber que no le importaba más lo que él tuviera que decirle. Brandon, entendiendo aquella referencia,