Tan pronto como Brandon llegó a la oficina, pudo darse cuenta que las cosas no serían como antes. Una vez más se había olvidado de todo con el solo hecho de estar queriendo discutir y hacer enojar a su esposa pues hasta ese momento recordaba que ahí trabajaba la persona que le había resuelto casi la vida entera.Una vez más sintió ser un estúpido, ¿cómo iba a seguir el día teniéndola que ver?Brandon suspiró justo antes de entrar en el elevador, sería un día largo. Para ese momento no puedo evitar pensar en las cosas que Cristal debía de estar haciendo para no tener cerca las cosas de Brandon. Una sonrisa tonta se dibujó en su rostro en el momento en que imaginó a Cristal corriendo a otra habitación buscando su privacidad, la privacidad que no tenía si él estaba cerca y por supuesto, la privacidad que él no estaba dispuesto a darle después de todo lo que había pasado.Las puertas del elevador se abrieron solo para dejar ver a aquella mujer que nuevamente había dejado los pensamientos
Siendo la mañana como cualquier otra, todo lo que se podía escuchar en ese comedor era el golpear de los cubiertos con los platos de cerámica en ese gran comedor que posiblemente podía ser para dieciséis personas cuando solo estaban sentadas dos, no había mucho que decir entre ellos dos, todo de lo que se podía hablar, se hablaba en la empresa, no había mucho que ellos pudieran compartir incluso si estaban por casarse.Lo que el mundo afuera no entendía es que en el mundo donde el poder, el dinero y los grandes títulos eran posibles, no había espacio para cosas como el amor y ese sin fin de tonterías que el mundo realmente espera. En el mundo de ellos, la gente no se casaba porque estuvieran enamorados, la gente se casaba porque así lo necesitaban para seguir manteniendo el poder. No sé cuántas veces se había dicho lo mismo hasta este punto. En ese momento, a la mente de Wyatt vino la idea de verse con Cristal, había pasado varios días desde la última vez que se vieron que ya no sab
Habiendo hablado con Tábata y ella, haciéndole saber que no había nada por qué estar disgustados el uno con el otro, Brandon se sintió mejor. Caminaba por los pasillos a punto de llegar a su oficina.—Buenos días, señor Lambert —saludó su secretaria.—Buenos días, ¿qué proyectos tenemos para hoy?—Le mando los reportes en un momento.—Gracias.—Por cierto, adentro ya lo está esperando su amigo Enrique.—Muchas gracias —, dijo Brandon siguiendo su camino.Efectivamente, apenas abrió la puerta, se dio cuenta que su amigo ahí estaba, sentando frente al escritorio mientras se distraía con cualquier cosa.—Pensé que nunca ibas a llegar —dijo Enrique.—Tenía un par de cosas que hacer, ya lo sabes. Y bien, ¿qué te trae aquí tan temprano?— ¿Ya lo olvidaste? ¿Olvidaste de lo que hablábamos ayer?— ¡Oh, sobre el proyecto estrella! —preguntó Brandon encendiendo su computador. La verdad es que no se notaba tan interesado en ello ya que, como él lo había dicho, no podía contar con algo cuando no
Mirando con sutileza cada uno de los movimientos del director del plantel, Cristal cruzó las piernas, ella se quedaría a ver cómo esa conversación seguía su paso. Ni él tenía derecho a decir más de lo que ella le había dicho decir ni ella tenía derecho de interceder más de lo que debía. Al final, ella seguía siendo la alumna del hombre que estaba ahí y del hombre que estaba por contestar del otro lado de la línea.— ¿Enrique? —llamó su director mientras una sonrisa se dibujaba en el rostro de los dos. Hasta ese momento Cristal pudo saber que él había contestado. —Hola, señor director —saludó Enrique.—Te tengo buenas noticias —continuó diciendo el director mientras le daba la mirada a Cristal.— ¿Sobre la alumna estrella?—Exacto, sobre la alumna estrella.Y todo lo que pudo hacer Cristal fue bajar la mirada mientras la sonrisa se hacía más grande en su rostro. Verdaderamente aquel hombre la tomaba como la alumna estrella gracias aún proyecto que ella no iba a vender no importa cuán
Ya en la oficina de Brandon, él esperaba por la respuesta de Enrique tan pronto como su llamada había terminado.—Y bien, ¿qué sucedió? —preguntó Brandon.Una sonrisa se dibujó en el rostro de Enrique. —Nada, nada de lo que tengamos que preocuparnos. Al contrario, todo bien, nada puede ir mejor. ¿Brandon?— ¿Sí?— ¿No te gustaría conocer a nuestra alumna estrella?Brandon pensó un segundo en aquella pregunta. Si Enrique decía que ella era tan buena en lo que hacía, ¿por qué no conocerla de una vez por todas? Después de todo, no tenía mucho que hacer para ese día.—Bien, me parece bien, sí, vamos, ¿por qué no? —Dijo Brandon con una sonrisa en el rostro.—Bien, te espero abajo.—Ya voy, solo voy a cancelar las cosas que tenía para ahora, ya bajo.Y de esa manera, Enrique salió de la oficina con la felicidad impresa en su rostro. Sabía que tan pronto como Brandon escuchara los planes de aquella mujer, iba a quedar impresionado y con suerte, él tendría la capacidad de convencerla y vende
Con una sonrisa invadiendo el rostro de Cristal, compartía con gusto la comida japonesa que había llevado su primo hasta el dormitorio de Cristal o quizá, el que fue dormitorio de Cristal en algún pasado. No había nada cómo ese momento en que se sentía realmente feliz con todo lo que había logrado hasta ese momento, no podía imaginar que sería de ella si lograba llegar hasta el final de todo eso. Iba a salir adelante, sola lo iba a lograr. De eso estaba segura, teniendo solo a quien siempre debió de tener a su lado. Solo a su primo, a la misma persona que parecía preocuparse solo por ella. — ¿Te gusta? —preguntó Sebastián al verla comer con tanta emoción.Para ese momento Sebastián ya podía ver a la Cristal de siempre, la que no parecía preocuparse por nada, la misma Cristal que no le tenía miedo al presente ni al futuro y que era la misma Cristal que había sido rota solo con una maldita firma. Era bueno saber que a pesar del dolor, que a pesar de los golpes que la vida le había dado
Aquella niña aquella misma niña que llevaba buscando durante diez años, por supuesto no podía ser ella pero, ¿por qué haberse casado con ella le hacía recordar a esa niña? Se arrepentía tanto de no haberle preguntado su nombre cuando pudo hacerlo, él simplemente se conformó con tenerla ahí, con sentir su abrazo, con sentir el apoyo de una pequeña desconocida cuando más lo necesitó. Simplemente él quería regresar el tiempo y tener la oportunidad de preguntar su nombre, preguntar algo más que ahora pudiera llevarla a esa niña que ahora, ya debía de ser toda una mujer. Solo esperaba que ella pudiera mantenerse tan inocente, tan genuina, tan cariñosa como se había mostrado una primera vez. Entonces miró su reloj en ese momento. Ya casi las diez de la noche. Ella seguía sin llegar. Entonces tomó su celular entre el dilema de hablarle a Wyatt y a Sebastián, al final tomó la decisión de hablarle a Sebastián.—Hola, buenas noches, soy…—Sé quién eres, Brandon Lambert —Sebastián cortó sus
Todo lo que se debía de saber en esa noche, estaba dicho, no había más, no había nada más que pensar que decir, que planear cuando todo era claro. No había lado bueno en esa historia que estaba terminando de ser compuesta. No había nada cuando la crueldad estaba ganando el territorio que siempre fue de Cristal, sus sueños, esos días en los que más feliz se creyó, nada de eso existió, todo eso se fue a la basura desde el mero instante en que declararon muertos a sus padres y a ella la dejaban en manos de su abuelo, un hombre que solo se movía por su propia ambición, por la ambición que lo cegaba, por la ambición que lo había hecho entregar a su propia nieta a quien sabe quiñen al final. Ella debía de estar agradecía que haya sido Brandon y nadie más, después de todo, él no era un mal hombre ahora se daba cuenta que pudo haberle tocado un hombre completamente peor, un hombre que la tomara a la fuerza cuando y donde quisiera. Agradecía, después de todo, que él estuviera enamorado de otra