Poniendo la taza de café en la mesa mientras su dos manos se entrelazaban entre sí, Cristal miró a la persona que estaba frente a ella con una sonrisa muy triste.Wyatt ya lo sabía, ella siempre iba a amar más a Brandon, es que eso era algo que él no quería entender, él simplemente se cerraba a la idea de que el corazón de Cristal jamás iba a ser de él porque en él solo había espacio para Brandon.—Lo has estado haciendo bien, Cristal, hoy fue tu prueba de fuego y las has pasado muy bien —, dijo Wyatt.—Sí, quizá.Wyatt suspiró al darse cuenta que no había nada en la vida que él pudiera hacer para hacerla sentir amada por él y nadie más que por él.— ¿En verdad quieres regresar a Suecia?Cristal sonrió. —Sí, y no solo eso, pienso que es momento de aceptar la invitación de tu madre, ¿no crees?— ¿De qué hablas, Cristal?— ¿Me vas a decir que ya lo olvidaste o es que no te quieres acordar?—No, la verdad es que no lo recuerdo.—La invitación de tu madre sobre las empresas.De pront
En una de las cafeterías favoritas de Brandon, él se encontraba con Tábata. No había mucho qué decir, no había nada que pudieran expresarse en ese momento porque él ya lo había dicho todo. —Hay cosas que quiero regresar al pasado, hay puertas que deseo que nunca se hubieran abierto de la manera en que lo hicieron.Tábata solo bajó la mirada.—A veces pienso que lo mejor es que deje a Cristal ser feliz.—Es que ese es el problema, Brandon. Cristal no podría ser feliz más que contigo.—Wyatt es la paz que yo nunca le di. Wyatt parece ser la persona que siempre ha estado ahí para ella, yo no.Tábata no podía decir nada. Brandon estaba sufriendo mucho y lo peor era que ese era solo el principio de todo.—No te puedes rendir, ¿por qué no lo estás pensando así, verdad? —Preguntó Tábata al ver el dolor en los ojos de Brandon.Brandon solo pudo ver a Tábata. —Creo que es momento de que dejemos todo por la paz, ¿no crees?— ¿Qué estás diciendo?—Ya lo oíste, Tábata, no pienso seguir pe
En el mismo piso por el que Brandon había estrado solo que a espaldas de la puerta principal, Cristal abrazaba a su hijo al haber sido llevado ahí por Wyatt. A su lado estaba la mujer que ella acababa de contratar para trabajar muy de cerca con ella.— ¿Cómo estás, mi pequeño? ¿Todo bien? ¿Dime cómo te trató papá? —Preguntó Cristal siendo tierna.Leonardo solo miró a Wyatt. Para ese momento ya ni siquiera tenía la intención de llamarle papá, todo lo que quería era que él se fuera junto con su mamá porque los dos le habían mentido.—No sé qué es lo que pasa con Leo pero puedo decir que en todo el camino no me quería ni ver a la cara. Ya le pregunté si algo le he hecho y no me contesta. — Dijo Wyatt.Cristal sintió de manera nerviosa. Eso no era común de su hijo, al momento le preocupó saber que él estaba actuando de una manera tan extraña, como nunca antes lo había hecho.— ¿Pasa algo mi pequeño?— No, mamá, ¿podemos irnos ya?Cristal se acercó a Wyatt sin dejar de ver a su hijo.
De la misma manera que la junta de Cristal, el señor Bennett había llamado para decir que estaba indispuesto y que ese no era el momento para hablar así que a los Lambert no les quedó de otra que salir del lugar sin más.Tábata iba llegado a la empresa, ella era la encargada de llevar los papeles pero se había retrasado y nadie le había avisado que la junta al final del día no se iba a hacer.Estando preocupada por no llegar a tiempo, en todo lo que pensó en ese momento fue en querer ver a Brandon para ya darle lo que llevaba en la mano cuando, sin siquiera darse cuenta pues iba en sus pensamientos mientras su piernas se movía casi solas, chocó con alguien de quien no se dio cuenta hasta que llevó su mirada abajo.Inmediatamente fueron los gritos y el lloriquear de un pequeño lo que inundó a aquel lugar, todos los trabajadores que estaban en ese lugar no pudieron evitar poner atención a lo que veían. Tábata estaba completamente en shock, no sabía qué hacer, el niño parecía llorar en e
Con la cabeza baja, Sebastián esperaba por lo que le había dicho Wyatt. Su prima estaba a punto de llegar. Llegarían a un acuerdo con el doctor y todo saldría bien, ellos estarían fuera del país lo más pronto posible. Era una promesa.Porque no era solamente la misma Vivian, el mismo Sebastián, no era e mundo fuera de ellos, era la misma Cristal y Wyatt quienes querían regresar a ese lugar que tanto les había dado y sobre todo, en la mente de Cristal no podía haber otra cosa más que la idea de pensar que ella podría algún día amar a Wyatt como él la amaba a ella.En ese momento en que Wyatt se paseaba de un lado a otro mientras esperaban por Cristal, fue cuando sus ojos dieron con los de Cristal. Cristal no había llegado sola con su hijo como ya lo había dicho en la llamada, una mujer más iba con ella.—Oh, Cristal ya está aquí —, informó Wyatt.Sebastián levantó la cabeza para después terminar por levantarse él por completo. Efectivamente, casi ya frente a ellos estaba su prima.
De vuelta en el hospital y al ser Cristal la que también se diera cuenta de lo que estaba pasando ahí, fue la primera quien decidió hablar. Si tan solo Sara supiera que su primo estaba sufriendo por una mujer allá dentro que de la nada había decidido dejar su vida en pausa, seguramente la misma Sara iba a salir con el corazón destrozado de aquel lugar, era increíble pero aquella mujer le resultaba ser tan conocido, tan semejante a ella misma que todo lo que hacía era pensar en su propio pasado ahora que la veía desvivirse por un hombre con una sola mirada.—Bien, ¿pueden ponerme al tanto de lo que ha pasado? ¿Sebastián, puedes venir conmigo? —Preguntó Cristal para distraerlo y que no fuera a ver lo que los demás ya habían visto.Sebastián, sin haberse dado cuenta de mucho, solo asintió y continuó el camino con su prima.Cristal quería saber de sus labios lo que había pasado para que Vivian no pudiera dejar el hospital. El destino parecía empeñarse en que no lo hicieran de esa manera,
TRES DÍAS DESPUÉSTres días habían pasado desde el momento en que los Lambert no pudieron encontrarse con los Bennett pero ya no más, la paciencia del señor Lambert estaba agotada y era en ese momento en que ya no iba a soportar que el señor Bennett apareciera en el momento en que quisiera, y sobre todo, se sintiera en el derecho de jugar con ellos cuando los más poderosos eran los Lambert.No había día en que Brandon no hubiera dejado de pensar en lo que le había dicho a Tábata y en la manera en la que ella había respondido diciendo que ese podía ser el momento que estaba esperando, la clara señal de que tenía que seguir adelante hasta poder hablar con Cristal.Pero es que cada vez que pensaba en ella, al mismo tiempo se le venía a la mente el mismo hombre que había estado a su lado desde el momento en que él la dejó a su suerte. Wyatt estaba completamente enamorado de ella. Wyatt no era del tipo de hombre que se enamoraba del éxito, de los millones de una mujer, de lo que una mujer
Cristal aún tenía en la mente a la persona que se había quedado atrás, no había nada que pudiera hacer para regresar el tiempo. Al final era un amor no correspondido, un amor que nunca debió de ser.Iba tan centrada en sus pensamientos cuando de pronto el celular de Wyatt sonando llamó su atención.Con un gesto, le hizo saber a Cristal que lo esperara.En medio del pasillo se quedó Cristal, viendo la puerta por la que había salido. Si estaba de suerte, esa podría haber sido la penúltima vez que había visto a Brandon pero si en verdad el mundo estaba en su contra, esa había sido la última vez en que lo había visto y eso en verdad le estaba matando.—Cristal —, llamó Wyatt.— ¿Sí?— ¿Crees que te puedas regresar sola al hospital? Me acaba de salir un asunto urgente y mi madre me ha pedido que vaya a resolverlo antes de que sea tarde.—Por supuesto, Wyatt, por mí no te preocupes, tomaré mi auto.—Ve con cuidado, maneja con cuidado. Te amo. —Dicho eso, Wyatt corrió adelante dejando a Cris