TRES DÍAS DESPUÉSTres días habían pasado desde el momento en que los Lambert no pudieron encontrarse con los Bennett pero ya no más, la paciencia del señor Lambert estaba agotada y era en ese momento en que ya no iba a soportar que el señor Bennett apareciera en el momento en que quisiera, y sobre todo, se sintiera en el derecho de jugar con ellos cuando los más poderosos eran los Lambert.No había día en que Brandon no hubiera dejado de pensar en lo que le había dicho a Tábata y en la manera en la que ella había respondido diciendo que ese podía ser el momento que estaba esperando, la clara señal de que tenía que seguir adelante hasta poder hablar con Cristal.Pero es que cada vez que pensaba en ella, al mismo tiempo se le venía a la mente el mismo hombre que había estado a su lado desde el momento en que él la dejó a su suerte. Wyatt estaba completamente enamorado de ella. Wyatt no era del tipo de hombre que se enamoraba del éxito, de los millones de una mujer, de lo que una mujer
Cristal aún tenía en la mente a la persona que se había quedado atrás, no había nada que pudiera hacer para regresar el tiempo. Al final era un amor no correspondido, un amor que nunca debió de ser.Iba tan centrada en sus pensamientos cuando de pronto el celular de Wyatt sonando llamó su atención.Con un gesto, le hizo saber a Cristal que lo esperara.En medio del pasillo se quedó Cristal, viendo la puerta por la que había salido. Si estaba de suerte, esa podría haber sido la penúltima vez que había visto a Brandon pero si en verdad el mundo estaba en su contra, esa había sido la última vez en que lo había visto y eso en verdad le estaba matando.—Cristal —, llamó Wyatt.— ¿Sí?— ¿Crees que te puedas regresar sola al hospital? Me acaba de salir un asunto urgente y mi madre me ha pedido que vaya a resolverlo antes de que sea tarde.—Por supuesto, Wyatt, por mí no te preocupes, tomaré mi auto.—Ve con cuidado, maneja con cuidado. Te amo. —Dicho eso, Wyatt corrió adelante dejando a Cris
Brandon hizo lo mismo, adoptó una posición más segura con la diferencia que él lo hacía para poder resistir los golpes que ella seguro le iba a dar al contestar la pregunta que tenía para ella. La más grave de todas.— ¿Por qué no contestaste mis llamadas cuando te fuiste hace cinco años? ¿Por qué no regresaste? ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Por qué simplemente tomaste tú la decisión sin importar como me estaba sintiendo yo? ¿Por qué y mil veces por qué? Tengo tantas preguntas pero son las mismas las que se reducen a esto, ¿por qué te fuiste de esa manera?Cristal desvió la mirada. Él no tenía ningún derecho a decir lo que estaba diciendo porque si ella se había dio era por una razón, era por él mismo.Una sonrisa sarcástica se hizo en su rostro. — ¿Eres tú en verdad el que se atreve a preguntarme la razón del por qué me fui? ¡En verdad eres tú? ¿No te has dado cuenta o es que no te quieres dar cuenta de lo que me hiciste? Fue un infierno, Brandon, ¡fue un infierno haber vivido contig
Era el fuego de su mirada, era todo lo que estaba sintiendo en ese momento en que Cristal estaba tan cerca del infierno de la misma manera en que estaba tan cerca del paraíso. Hace mucho tiempo que no sentía lo que estaba sintiendo en ese momento. No era más que el fuego de s pasión, el fuego de la pasión de los dos porque no se trataba solo de los que ella estuviera sintiendo sino también de lo que en él estaba regresando a la vida.Era los ojos de Cristal, era el cuerpo delicado de la misma era aquella manera en que se estaban mirando lo que hacía a que el corazón de Brandon volviera a latir de la misma manera como aquellos días en los que él terminó por darse cuenta que estaba perdidamente enamorado de Cristal.Una vez más las puertas del infierno así como del paraíso se volvía a abrir. Ella solo había llegado como una luz en su vida, la tormenta ya podía pasar si ellos se quedaban en la manera en que lo estaba haciendo en ese momento, ellos se pertenecían pero era el precio de los
Simplemente decir que ella estaba feliz era poco, era como sentir que la vida le estaba dando un poco de todo lo que debía. No importa cuánto el hombre la hubiera hecho miserable, su corazón seguía estando ahí para él. Es que ese hombre era el único en su vida, el único que había sido su primer amor y por el único que ella había sido capaz de sentir amor en el mundo.Después, incluso la llegada de su hijo, ese pequeño ser que se había robado todo de ella, había llevado lejos la tristeza para solamente darle a su madre felicidad, le debía a él, a Brandon. Brandon era el padre de su hijo y como tal, merecía saberlo es solo que no sabía cuándo ni cómo. Ya para ese momento tenía suficiente con el hecho de que él le hubiera dicho que ella seguía casada con él cuando ella había pensado en que Brandon había sido el primero en querer firmar desde el momento en que la madre de Brandon se lo hizo saber.— ¿Vamos? —Preguntó Brandon mientras le daba su brazo.Ninguno de los dos estaba vestido par
Ella lo miró con tanto amor al mismo tiempo que le agradecía. Brandon había cambiando mucho, bastó ese momento para que se diera cuenta que esos cinco años habían servido tanto para que el nuevo Brandon pudiera renacer como siempre debió de haberlo hecho.—Por aquí, por favor —, dijo él invitándola con amabilidad al auto que ya esperaba con las puertas abiertas.Cristal se dejó guiar por Brandon, cuando entró en el auto finalmente pudo suspirar y ver aquella noche más cerca, de una manera en que sentía que podía tocar las estrellas que adornaban aquel cielo azul.En menos de cinco segundos, Brandon ya estaba en el auto. Estaba listo para conducir en esa noche y sobre todo, estaba listo para tratar a Cristal como siempre debió de hacerlo, conquistarla poco a poco, convirtiéndose en su primer amor y el último. Wyatt, cuando se puso en marcha el auto de Brandon, siguió atrás, quería saber hasta donde era él capaz de llevarla porque si de algo estaba seguro era que si ellos iban a un
Cuando la joven madre y el pequeño que ella iba cargando entre sus brazos llegaron a la habitación, la sonrisa se hizo más grande en incluso el brillo en sus ojos y eso fue algo que el pequeño Leonardo pudo notar en el mero instante en que tenía a su madre frente a él.Era mentira como las mujeres que perdían al amor de su vida intentaban centrarse en que sus hijos lo eran todo, cuando la realidad era que todo lo que esas mujeres quería tener eran a su hijos y también a la persona que más seguía amando aquel corazón.Llenándose de alegría, trayendo de allá para acá las cosas con las que iba a arropar a su hijo, Cristal no podía dejar de sonreír y eso era algo que el pequeño Leonardo ya había captado. Ya lo podía presentir, seguramente para ese momento ya podía saber que su madre se había visto con su verdadero padre porque nunca, nunca antes en la vida ella había sonreído de la esa manera a lado de Wyatt.— ¿Mamá? —Preguntó el pequeño. — ¿Sí, mi amor?—No quieres a mi papá Wyatt,
En menos de dos horas todo ya estaba listo para la conferencia de prensa que la empresa de los Lambert iba a dar a conocer. No era nada malo, no era más que decir que ellos habían hecho una gran aportación para una de las escuelas que querían los Lambert que floreciera como la escuela de las personas que iban a trabajar con ellos, el futuro de los mismos Lambert.Para eso se había hecho una gran donación y eso era justamente de lo que iban a hablar en esa conferencia de prensa.Los lugares estaban listos, al frente solo el lugar del señor Lambert por ser quien había llevado la presidencia por tantos años, a su lado su nieto, el nuevo CEO de la empresa y a lado de Brandon Lambert, estaba el lugar de Tábata, la mujer que lo había ayudado en todo. No solo eso, también se había puesto un lugar para Victoria, algo que nadie había imaginado excepto el mismo señor Lambert porque había sido él quien ordenó que se pusiera un asiento ya que había especulaciones de que el joven Brandon Lamb