Georgina
Nunca le creí con el descaro de venir hasta aquí y mostrarse en mi casa sin ninguna vergüenza. Tal parece que las personas crueles como él jamás tendrán una conciencia que los remuerda, ni pensar que solía creer que su comportamiento era normal; por eso entendí a Paula cuando nos habló de su madre manipuladora. El recordar cómo era él, con todo su brillante encanto y su falso cariño, y toda la ayuda que requerí para superarlo y superar la pérdida de mi hijo, es aún dolorosa. Ver su mirada dominante sobre mí cuando desperté fue muy abrumador. Agradezco que Adam estuviera a mi lado, ofreciéndome su apoyo y esa fuerza y seguridad que posee. También agradezco esa mentira, por muy loca que sea o que me tenga con los nervios de punta por ser la falsa esposa de Adam
Georgina—Mamá está enferma y quiere verte. —Niego, porque ella es a quien menos deseo ver, no después de todo lo que me gritó y de la manera como me trató. Cometí un error, pero luego de aceptarlo, comprendí que no merezco tal desprecio de la persona que me dio la vida—. Gina... Georgina, por favor. Está muriendo, no le queda mucho tiempo.Los ojos de Alvin se humedecen y mi corazón siente su dolor. No logro evitar que mis ojos se llenen de lágrimas.—¿Qué tiene?—Lupus. En los pulmones y está es su última etapa. Papá agotó todos nuestros recursos para que se curara, pero no hay tratamiento. Lo único que nos ha que
AdamLo pienso mil veces antes de levantarme y siento que, con sólo pensarlo, mi espalda duele. No recuerdo cuándo fue la última vez que dormí en el suelo, esta vez no fue por gusto, maldición, pero me lo merezco, aunque no haya logrado conciliar el sueño por escucharla sollozar durante casi toda la noche. Mi Minina insistió en que durmiera en la cama y ella lo haría en el suelo. Eso jamás. Sé que fui un idiota al decir lo que dije anoche si yo mismo me retorcía al ver a Johny besarla, pero creo que hubiera sido un error aún más grave el haberla besado yo como tanto deseaba. No me hubiera detenido allí, lo sé, hubiera tomado todo de ella hasta hacerla gritar mi nombre, pero no para que me detuviera.Mierda. Debo de dejar de pensar en e
AdamComo sé que la conozco lo suficiente, la encuentro en un parque a tres calles de su casa, temblando de frío. Este lugar hace parte de sus caminatas nocturnas luego de la cena, cada noche sin falta a menos que haya algo especial para ese día.Saben esa imagen donde esa persona que buscan está en un columpio meciéndose, a veces es triste y otras tenebrosa... No la encontré allí, lástima. Era una escena de película. Está sentada sobre unas hojas, recostada a un árbol abrazándose a sí misma, con la cabeza sobre sus rodillas.Dejo su abrigo sobre sus hombros y levanta la cabeza. Me siento a su lado y la abrazo, apoya su cabeza a mi hombro y nos quedamos allí por un largo rato. No está llorando y no s&eac
GeorginaMe acurruco en su lugar de la cama, se siente un poco cálido y su almohada huele a bambú. Todos los días de la semana ha hecho lo mismo, se acuesta a mi lado y me abraza, incluso permite que use su pecho como almohada y hablamos de cualquier cosa hasta que el sueño nos vence, con su corazón arrullándome; pero al despertar por la mañana, luego de un agradable sueño envuelta en su calor, no lo encuentro a mi lado. Regresa de trotar y entra a la habitación bañado y vestido, listo para el trabajo. Me da tiempo para bañarme y cambiarme y me espera para desayunar juntos antes de irnos a trabajar.Es frustrante tenerlo tan cerca, pero a la vez tan lejos. Fue aún peor cuando me cuidó los días de aquella inoportuna gripe. GeorginaDetesto que lo diga así, como si no tuvieran peso sus palabras.Los Collins son los que se quedan sin habla y me miran al darse cuenta que es a mí a quien observa directamente. Siento mi rostro caliente en cuestión de segundos, lo que empeora cuando me guiña un ojo.—¿Tú, casado? —pregunta la hermana de Alex, pero parece que no lo cree, y hace bien.Mi hermano da las buenas noches y saluda. Hacía mucho tiempo no veía a un hombre con un sombrero de vaquero. También va de traje, azul oscuro, del mismo color de su sombrero.—¿Por qué nos estamos enterando ahora y no nos invitaste a la boda? —refunfuña el Capítulo 14
Adam —Buenos días, cuñado —saluda Alvin, entra a la cocina y mira lo que preparo—. ¿Ganando puntos o te estás resarciendo? Señala la sala, donde están la cobija y la almohada doblada. A dormir al sofá como un niño malo, al menos tuve la compañía de nuestros gatitos, y por nada en el mundo vuelvo a dormir en el piso. Ni en mis peores días lo había hecho. —Un poco de ambas. Termino de servir los huevos y acomodo los platos junto al café recién hecho y el té de frutos rojos para mi Minina. Vaya que tengo que arreglar lo que hice anoche. No tengo idea de cómo mi mano terminó en su... en su dulce y húmeda vagina. De sólo recordarlo, los vellos de mi nuca se erizan, incluso mi boca saboreó ese delicioso néctar que dejó en mis dedos, sonrío cuando le repito mentalm
AdamTocan a la puerta, nos levantamos enseguida del pasillo y dejamos al tarado en el piso. Nos ocupamos de la llegada de la policía, el mismo capitán ex novio de Paula, y un excompañero de Mark. Se ocupan de tomar mi denuncia con los documentos que guardaba de la investigación de la gente de Alex. Georgina se ha negado rotundamente a hablar de su lazo con ese hombre en el pasado, de esa relación que está carcomiendo mi cerebro. En realidad no quiero saber más de lo que ya sé, y la tortura de ese hombre no terminará con su arresto. Nada ni nadie quitará a mi dulce Minina del lugar que tiene mi vida, ni su pasado.Nos ocupamos en esto el resto de la mañana, Mark se encarga de traer los informes que recopilaron del pedófilo y se encarga de todo hasta que sus amigos se va
GeorginaCualquiera creería que luego de una noche como la que he pasado junto a Adam, estaría feliz, saltando emocionada, o quizás despertando en sus brazos; pero no, y creí que no podría doler más. No sé lo que sucede, ¿por qué no puede llegar a quererme?...Aún siento sus manos acariciarme y su boca recorrerme completa. Todo fue tan intenso que no tengo palabras para describirlo. Aunque fue extraño que no llegara a más, no hizo nada para aliviar su propia tensión y necesidad, se dedicó a besarme y tocarme hasta enloquecer, por largas horas, complaciéndome hasta el límite de la cordura. Me hizo sentir muy bien, especial y tan deseada.Miro, en el espejo de mi baño, como ha dejado mi cuell