PARTE 2–Gastaste bastante con el dinero que te di, pareciera que eres una compradora compulsiva.–Me regaña sobre mis finanzas.–Sigue pensando en lo que quiera, eso no me interesa.–Le dije tratando de no mirarlo, mientras los dos nos mantenemos en silencio durante el viaje. Minutos después, ya estábamos cerca de mi departamento.–Aquí hay que bajarnos.–Le indique a Dante, mientras el chofer para el auto, y Dante le da dinero para luego bajarnos del auto. Teníamos que caminar un poco, ya que en la zona no había donde meter el auto. Nuestro departamento era modesto, así que no me sorprende que haga algunas muecas al entrar a está.–A propósito, ¿por qué quiso acompañarme a mi casa?–Le pregunté mientras la lluvia cae tenuemente sobre la entrada de mi departamento.–No quiero acompañarte, es solo que quiero caminar.–Nunca en su vida va a aceptar algo.Yo subo los dos escalones para llegar a mi puerta, mientras saco mis llaves.–Adiós.–Le dije despidiéndome de él, mientras intento abrir l
(23)En realidad, mi corazón y mi orgullo estaban en el mismo sitio, en medio de mí y no podía ni reconocerme en el espejo. ¿Quién era esa mujer que se había enamorado y llenado del doctor Dante Mark? De sus mentiras, de su mal carácter y de sus insultos.Ahora no se si me siento peor que una mujer que engaña, o como la basura que siempre seré para los ojos de ese hombre. Nunca seré una mujer propia de llevar su nombre o su apellido. Tal vez si fuera como la doctora Abby quizás lo sería, pero ahora que estoy duchándome y limpiando cada rastro de su ser de mi cuerpo, me doy cuenta de que nunca quise llegar aquí.Al terminar el baño también se terminó el sueño, ya no quería hacer esto, era como una droga que no se puede dejar, y cuando estoy consciente me siento mal por haberla ingerido. Pero lo hare yo o él lo hará. Junte toda mi ropa mientras él dormía y eche está la ropa sucia, para después buscar mi ropa limpia. Hoy tenía que trabajar, así que me visto lentamente, y cuando dan las c
(24)–¡Hijos de puta!–Gritamos Harry y yo mientras caminábamos por todo Londres. En realidad, ya estábamos pasados de copas, y por supuesto que lo haríamos solo así. Al terminar de beber y gritar, Harry me dejo en mi departamento, pero antes de dejarme abrir mi puerta, él hace que lo miré fijamente, sé que los dos estamos pasados de copas, así que mucho de lo que digamos ahora no tendrá sentido mañana.–Jane.–Su aliento huele a alcohol, pero a pesar de eso, huele bastante bien.–¿Sabes una cosa?–Me pregunta con sus labios rojos tan cerca de los mío, mientras yo me siento algo atraída.–¿Qué?–Le pregunté tratando de alejarlo, para abrir la puerta de mi departamento.–Pienso que te verías mejor conmigo, que con Dante.–Yo intento no caer en este juego de encontrar a algún culpable, así que también algo ebria, le digo:–Harry, debes ir a casa, ya es tarde.–Pero él no piensa de la misma manera que yo.–¡Escúchame!–Me grita con fuerza, poniendo sus manos contra la puerta, impidiéndome el pa
(25)El trabajo siempre será trabajo y aunque odie a ese idiota, aún es mi jefe. Así que hago lo que él me pide durante todo el día. Nuestras conversaciones no se volvieron a hacer personales, así que me comporto como una enfermera frente al doctor Mark. Al llegar el descanso me voy a la cafetería, y al llegar veo a las cocineras felices de verme.–¡Enfermera, Jane!–Me gritó una joven desde la cocina, así que yo corro hacia la cocina al ver sus felicidad.–¿Qué paso?–Pregunté con una sonrisa en mis labios, mientras las miro muy felices.–Sus galletas se vendieron tan bien, que la gente está preguntando si hay más. ¿No quiere hacer algunas más?–Yo solo asiento con mi cabeza feliz de ayudar.Así que voy detrás, para echarles una mano a las cocineras, ya que soy rápida, y mis galletas salen bien hechas y calientes. Los doctores y enfermeras del hospital compraron muchas galletas, hasta la gente que estaba en sala de espera, no pudieron resistirse al olor de las galletas recién hechas.Y
(26)Nunca en mi vida había experimentado este tipo de cosas. Ni los mareos, ni tampoco el hormigueo pasando por todo mi cuerpo, pero se bastante sobre esa sensación, ya que soy enfermera y mucha gente lo ha sentido, y eso nunca es bueno.Aún estoy preocupada por lo que paso con la señorita de recursos humanos, así que aún que estaba muy cansada, abro mis ojos y gritó con fuerza:–¡Jefa!–De la nada me golpeo con algo duro, y me dejo caer al instante. Después noto que estoy acostada en una camilla, y la cosa dura con la que me golpee con fuerza fue una paleta de notas que una doctora tenía en sus manos.–¡Auch!–Exprese adolorida, mientras paso mis manos débiles por mi frente dura.Después escuchó una voz melodiosa tras la paleta, y cuando ella quita está de mi vista, me deja ver a una mujer de pelo rojo y bonitos ojos miel.–Tranquila, aquí no está la jefa.–Ella se mofa de mi mientras intenta hacerme sentir menos preocupada.–Lo lamento.–Me disculpo mientras intento volver a acostarme,
(27)Tenía que salir de la ciudad lo más pronto posible, pero antes de irme tenía que conversar con la jefa de enfermeras, ya que, si ella me despide antes, hacer el viaje de nuevo a mi pueblo natal sería una pérdida de tiempo y de dinero.–¡Qué bien que estas aquí!–Me dice con energía, cuando me presenté al siguiente día.–Quería hablarte de tu despido.–Yo solo trago saliva, mientras me siento en una silla enfrente de ella.–No te despediré del hospital, porque un doctor me pidió que no lo hiciera.–Me comenta mientras arruga su nariz.–¿El doctor Steward?–Le pregunté confiada, ya que él siempre suele defenderme.–No, el doctor Mark.–Yo solo me quedo sorprendida, ¿qué es lo que está pensando ese doctor?–La verdad es que estoy dudando un poco.–Le comenté ahora mirando mi barriga, que no es nada grande y es casi plana.–¿De qué hablas?–Me pregunta pasando un caramelo por su boca.–Supongo que él quiere que me quede por algo de lastima, pero le tengo que decir que tendré que regresar a mi
(28)Las semanas pasaron rápidamente, y aún seguía pensando sobre el aborto, aún cuando trate de impedirlo. Mi madre me llamaba cada noche, diciéndome que era buena idea abortar.Ver al doctor Mark tampoco me ayudo, todos los días verlo y saber que ahora estoy cargando a su hijo, y que él no puede saber que existe, es duro.Ahogo mis penas cocinando en la cafetería y lloro siempre que hago mis famosas galletas que son un éxito en la cafetería. Al terminar, sé que tendré que regresar a la realidad. Mi trabajo no es fácil, puesto que tengo que tomar turnos largos, esta vez me tocaba estar en la noche con el doctor Mark. Sin duda estar con él me ponía nerviosa. Él no se me insinuó otra vez, quizás herí su orgullo, pero él tiene tan aplastado el mío, que ya no me interesa ni un poco lo que siente. Al estar dando mis rondas por los cuartos, me encuentro con el doctor Steward, quien también está dando también rondas.–¡Jane!–Me llama cuando yo intento evitarlo, así que sigo mi camino sin mi
(29)Nunca pude cuidarme de mí misma sola, así que encargarme ahora de 324 es algo más difícil. Comer a mis horas y tener reposo, no era mi mejor opción, ya que el trabajo es demandante y supongo que por ahora tengo que recaudar suficiente dinero, para que cuando 324 nazca, él tenga una buena vida.Mis horarios no son los mejores del mundo, ya que la jefa de enfermeras se ha encargado de castigarme por todos los problemas que he tenido, así que por supuesto que me mandó al turno nocturno.El turno nocturno no solo es en la noche, sino que también tengo que estar en la mañana con el doctor Mark, ya que soy su asistente. Mi trabajo con él termina a las cinco de la tarde, y a las ocho de la noche empieza el turno nocturno, y termina a las cinco de la mañana.No he podido dormir bien, a pesar de que mi descanso es en la cafetería. El dueño del hospital ha ofrecido pagarme por trabajar ahí en mis descansos, creo que he ganado más dinero siendo cocinera que como enfermera.En uno de mis mil