(25)El trabajo siempre será trabajo y aunque odie a ese idiota, aún es mi jefe. Así que hago lo que él me pide durante todo el día. Nuestras conversaciones no se volvieron a hacer personales, así que me comporto como una enfermera frente al doctor Mark. Al llegar el descanso me voy a la cafetería, y al llegar veo a las cocineras felices de verme.–¡Enfermera, Jane!–Me gritó una joven desde la cocina, así que yo corro hacia la cocina al ver sus felicidad.–¿Qué paso?–Pregunté con una sonrisa en mis labios, mientras las miro muy felices.–Sus galletas se vendieron tan bien, que la gente está preguntando si hay más. ¿No quiere hacer algunas más?–Yo solo asiento con mi cabeza feliz de ayudar.Así que voy detrás, para echarles una mano a las cocineras, ya que soy rápida, y mis galletas salen bien hechas y calientes. Los doctores y enfermeras del hospital compraron muchas galletas, hasta la gente que estaba en sala de espera, no pudieron resistirse al olor de las galletas recién hechas.Y
(26)Nunca en mi vida había experimentado este tipo de cosas. Ni los mareos, ni tampoco el hormigueo pasando por todo mi cuerpo, pero se bastante sobre esa sensación, ya que soy enfermera y mucha gente lo ha sentido, y eso nunca es bueno.Aún estoy preocupada por lo que paso con la señorita de recursos humanos, así que aún que estaba muy cansada, abro mis ojos y gritó con fuerza:–¡Jefa!–De la nada me golpeo con algo duro, y me dejo caer al instante. Después noto que estoy acostada en una camilla, y la cosa dura con la que me golpee con fuerza fue una paleta de notas que una doctora tenía en sus manos.–¡Auch!–Exprese adolorida, mientras paso mis manos débiles por mi frente dura.Después escuchó una voz melodiosa tras la paleta, y cuando ella quita está de mi vista, me deja ver a una mujer de pelo rojo y bonitos ojos miel.–Tranquila, aquí no está la jefa.–Ella se mofa de mi mientras intenta hacerme sentir menos preocupada.–Lo lamento.–Me disculpo mientras intento volver a acostarme,
(27)Tenía que salir de la ciudad lo más pronto posible, pero antes de irme tenía que conversar con la jefa de enfermeras, ya que, si ella me despide antes, hacer el viaje de nuevo a mi pueblo natal sería una pérdida de tiempo y de dinero.–¡Qué bien que estas aquí!–Me dice con energía, cuando me presenté al siguiente día.–Quería hablarte de tu despido.–Yo solo trago saliva, mientras me siento en una silla enfrente de ella.–No te despediré del hospital, porque un doctor me pidió que no lo hiciera.–Me comenta mientras arruga su nariz.–¿El doctor Steward?–Le pregunté confiada, ya que él siempre suele defenderme.–No, el doctor Mark.–Yo solo me quedo sorprendida, ¿qué es lo que está pensando ese doctor?–La verdad es que estoy dudando un poco.–Le comenté ahora mirando mi barriga, que no es nada grande y es casi plana.–¿De qué hablas?–Me pregunta pasando un caramelo por su boca.–Supongo que él quiere que me quede por algo de lastima, pero le tengo que decir que tendré que regresar a mi
(28)Las semanas pasaron rápidamente, y aún seguía pensando sobre el aborto, aún cuando trate de impedirlo. Mi madre me llamaba cada noche, diciéndome que era buena idea abortar.Ver al doctor Mark tampoco me ayudo, todos los días verlo y saber que ahora estoy cargando a su hijo, y que él no puede saber que existe, es duro.Ahogo mis penas cocinando en la cafetería y lloro siempre que hago mis famosas galletas que son un éxito en la cafetería. Al terminar, sé que tendré que regresar a la realidad. Mi trabajo no es fácil, puesto que tengo que tomar turnos largos, esta vez me tocaba estar en la noche con el doctor Mark. Sin duda estar con él me ponía nerviosa. Él no se me insinuó otra vez, quizás herí su orgullo, pero él tiene tan aplastado el mío, que ya no me interesa ni un poco lo que siente. Al estar dando mis rondas por los cuartos, me encuentro con el doctor Steward, quien también está dando también rondas.–¡Jane!–Me llama cuando yo intento evitarlo, así que sigo mi camino sin mi
(29)Nunca pude cuidarme de mí misma sola, así que encargarme ahora de 324 es algo más difícil. Comer a mis horas y tener reposo, no era mi mejor opción, ya que el trabajo es demandante y supongo que por ahora tengo que recaudar suficiente dinero, para que cuando 324 nazca, él tenga una buena vida.Mis horarios no son los mejores del mundo, ya que la jefa de enfermeras se ha encargado de castigarme por todos los problemas que he tenido, así que por supuesto que me mandó al turno nocturno.El turno nocturno no solo es en la noche, sino que también tengo que estar en la mañana con el doctor Mark, ya que soy su asistente. Mi trabajo con él termina a las cinco de la tarde, y a las ocho de la noche empieza el turno nocturno, y termina a las cinco de la mañana.No he podido dormir bien, a pesar de que mi descanso es en la cafetería. El dueño del hospital ha ofrecido pagarme por trabajar ahí en mis descansos, creo que he ganado más dinero siendo cocinera que como enfermera.En uno de mis mil
(30)Varias semanas después.Saber que Liza me ha perdonado, ha sido lo mejor que me ha pasado después de saber que esperaba a 324. Mi corazón ahora late fuertemente y estoy de mejor humor, a pesar de que aún no llevo una vida más saludable. La comida siempre es el problema, ahora 324 no acepta la comida que le doy, así que visitó el baño varias veces al día. Mi estómago ahora me duele mucho, y a veces siento que me desmayare, pero logro mantenerme en pie por 324.El trabajo siempre ha sido duro, desde que empecé a trabajar aquí todo se ha vuelto muy tedioso, pero ahora que el doctor Mark me ignora todo el tiempo, su indiferencia es difícil de ignorar, ya que ahora es más grosero que antes. Cuando le hablo, él me pide que guarde silencio y constantemente me dice que mi voz es molesta.Yo no hago más que solo hacer lo que él dice. De una manera laboral, puedo decir que estoy más animada, ya que el dueño del hospital me ha pedido que trabaje medio tiempo en el nuevo restaurante que se h
(31)Los días y los meses pasaron con rapidez, como un soplo en el aire. Mi estómago ya era muy grande, siete meses felices de disfrutar a 324 dentro de mí, sin duda sufrí demasiado ya que necesitaba a alguien a mi lado en los tiempos difíciles, pero solo contaba conmigo misma y la ayuda de 324.El restaurante termino de hacerse, cuando justamente 324 tenía siete meses. Mi alegría de saber que cocinaría y seria media jefe del lugar me hacía feliz, pero por otra parte me dolía mucho que el doctor Mark me hiciera la vida imposible, ¿Qué más quería ese hombre de mí? Si ya me lo ha quitado todo.Lo bueno es que estos últimos siete meses se la ha paso ignorándome, para mi estaba bien, ya que así no me haría daño, aunque su indiferencia aún me molestaba, tenía que aguantar.El día en que abrió el restaurante, yo estaba muy feliz de que por fin abriéramos las puertas para todo el público. Ese día el doctor Mark no se presentó a la apertura, ya que tenía muchas cosas que hacer, así que yo lo
(32)–¡Ya basta!–Chille cansada de sus juegos, mientras que ahora es agradable pero sé que su amabilidad acabará cuando el sol salga.Lentamente besa mis labios desprevenidos, mientras yo cierro mis ojos sin dudar.–Solo dame esta oportunidad.–Me susurra con su aliento olor a champagne.–Dame una noche más.–Me pide mientras sus ojos cafés se llenan de lágrimas.Caigo rendida ante su mirada nostálgica, mientras los dos nos desnudamos por completo, para compartir una pequeña tina donde él masaje cada parte de mi cuerpo, mientras los escondites más rotundos de mi cuerpo son encontrados con gran facilidad por aquel hombre tan listo.–¿Por qué hacemos esto?–Le preguntó mientras juntaba su frente con la mía, mientras nuestros alientos se vuelven uno.–Porque quiero.–Me responde mientras sonríe y me besa, para que volviéramos a lo entretenido de nuestro juego.Me entregue por completo, mientras sé que 324 está disfrutando del amor de su padre, pero cuando el sol sale, me doy cuenta que esto h