Ese fue uno de esos días en los que me sentía inquieto, con ganas de correr a un lugar en específico. Ya había hecho ejercicio, había ido a la oficina, había hablado con mis padres, había ido a jugar squash con Adam, y aún deseaba volver, sin que me importara la sencillez o la falta de lujos de su hogar. Bueno, aunque ya no es su hogar. El día anterior lo había pasado junto ellos y deseaba repetirlo.
—Estás distraído y eso es muy raro —dijo Heidy.
Me miró con los ojos entrecerrados, la ignoré. Aún tenía en mi cabeza la mentira que le había dicho a Sarah, y estaba convenciéndome de que ella no sería capaz de traicionarme. Volví mi mirada a mi computador con la intención de centrarme en los informes. Estiré mi mano para tomar mi café, pero no logré entender mis propios números, porque in
AlexanderLos chicos han estado más misteriosos que de costumbre, eso no me entusiasma nada. Las últimas semanas, lo que tengo de estar al lado de ellos, he aprendido que cada vez que envuelven secretos a su alrededor con tanto empeño, es porque algo traman. Algo que no nos gustará. Como Christian utilizando a sus hermanos para tenernos lejos de casa y usarla como su burdel personal. Obligarlo a trabajar con Georgina estas semanas fue un castigo demasiado laxo para lo que merecía.Louis no se ve muy diferente en esta ocasión, con su mirada esquiva, sus pies inquietos y sus dedos tamborileando sin cesar.—¿Tengo que preocuparme por lo que sea que estén planeando tú y tus hermanos?Podría parecer extraño que se traten como verdaderos hermanos, que yo los vea como si fueran parte de mi sangre, como mis hijos, y que compartamos y nos divirtamos como una familia
Yo no lo estoy menos, sobre todo por el hombre vestido de blanco que camina hacia nosotros con una enorme sonrisa. Al fondo del área de descanso, donde ayer había un enorme sofá, ahora hay una mesa blanca con dos sillas en frente, decoradas con flores, y, atrás, más sillas, alineadas y algo apretadas entre sí.—¿Qué haces aquí Spencer?—Queremos que se casen —dice Amy, con esa inocente mirada.Levanto mis cejas, pero es lo único que puedo mover. Esto es algo que no me esperaba de ellos. Esto es lo que quiero, que Sarah sea mi esposa, han sido muchos años, pero… Ni siquiera tengo un pero que sea creíble para mí. Eso me da risa.Sarah mira rápidamente a nuestra espalda cuando escucha chillidos, las mujeres parecen emocionadas, todas en este lugar, excepto ella.Rio con ironía y niego.—¿Podemos ha
Lunes, 6 de octubreUn nuevo día comienza y, con él, una nueva y rutinaria semana.No. Aburrida no. Rutinaria.Como cada mañana de los últimos quince años de mi vida, me levanto para cumplir mi labor de madre, de esposa, de ama de casa y de empleada.Bien. Lo reconozco, sí es aburrida. Pero me gusta mi trabajo de secretaria de recursos humanos, en una de las empresas de publicidad más importantes del país, y me gusta ocuparme de mi familia. Mis hijos y mi esposo lo son todo para mí y haría cualquier cosa por ellos.Mi hijo mayor, Jacob, tiene ya quince años y está en segundo año de preparatoria, es un chico grandioso, muy responsable y tranquilo; dicen que es muy parecido a mí, pero lo único mío que veo en él, es el mismo color de mi cabello rubio. Tiene los mismos ojos azules de su padre y su gran a
Martes, 7 de octubreOtro día más y con él… regresa mi rutina. Baño, desayuno, besos insípidos, niños a la escuela y llegar al trabajo. Lo bueno es que noté a mi niño grande de mejor ánimo y hoy me habló. Aunque al principio fue para pedirme dinero, pero algo es algo. Le he dicho que estoy aquí para él cuando sea que me necesite, y me sacó una sonrisa al decirme que sabe que puede contar con nosotros. Según él, sus problemas son más existenciales. Aun así, me sorprendió su pregunta un par de horas atrás.«¿Cómo podemos aceptar a las personas que son diferentes a nosotros o que les gustan cosas diferentes a las nuestras?» —preguntó pensativo antes de bajar del auto.«Echando las diferencias a la basura» —contesté l
Miércoles, 8 de octubreMi esposo llega cuando estoy sirviendo el desayuno y aprovechamos ese corto momento para comer juntos, John sonríe cuando Jake le cuenta que lo quieren reclutar para el equipo de fútbol americano y es el hermano de su mejor amigo, Christian, quien más lo acosa, pero a él no le gusta. John era igual, también lo buscaban por su alta estatura y su gran estructura, tal como a nuestro niño. Ellos prefieren ser chicos normales ocupando su tiempo en cosas a las que ellos llaman «productivas» y no llamar la atención.Nos despide como siempre, con un beso en la cabeza, y odio que mis amigas me hayan hecho notar la fría relación que llevamos. Esto cada vez se está poniendo más incómodo para mí y John no parece siquiera notarlo.Con el ánimo por el piso, llevo a los niños a sus respectivos lugares
Jueves, 9 de octubreMe siento extrañamente agotada. Las palabras de Georgina, la carta de ese hombre desconocido y mis estúpidos pensamientos me mantuvieron despierta gran parte de la noche consumiendo cada parte cuerda de mí, distrayéndome y alejándome de lo que realmente debería hacer... dormir.Me doy un rápido baño y bajo para preparar el desayuno de mis niños. Les sirvo cereal, al no tener ánimos de hacer mucho hoy. Jacob me pregunta sobre cómo estoy, pero no puedo decir nada. Siento mi garganta cerrada por alguna extraña razón que aún no alcanzo a comprender. Noto como me mira, con el ceño profundamente fruncido. De la manera en que siempre lo hace cuando algo le preocupa. Eso me hace sonreír. Beso su frente y subo a cambiarme tratando de bloquear mis pensamientos. Creo que podría volver a llorar si me detengo a pensar nuevament
Viernes, 10 de octubreDebo agradecer que hoy me siento un poco más relajada que ayer. Aunque todavía tengo un extraño sin sabor que no me deja tranquila, sé que se irá una vez logre hablar con mi esposo y aclarar, finalmente, lo que está sucediendo entre nosotros para poder mejorar nuestra relación. O quizás debería decir “Lo que no está sucediendo entre nosotros”.Estoy segura de que todo mejorará una vez hayamos hablado de todo lo que se interpone inútilmente entre nosotros. Creo que he sido muy pasiva y he dejado pasar demasiado tiempo antes de tomar esta decisión. Ambos pusimos su trabajo como excusa y nos conformamos con eso, pero creo que ya ha sido suficiente. El vacío cada vez se hace más profundo y, luego de ver la felicidad en Paula por el señor Hudson, de verla sonreír gracias a su nuevo amor, me di cue
Sábado, 11 de octubre Estiro mi cuerpo sintiéndome como una seda. No recuerdo la última vez que desperté con una auténtica sonrisa, y me fascina la sensación. Tal vez sea algo enfermo, pero no me arrepiento de lo que hice anoche. No le he hecho nada malo a nadie y si mi esposo no me da la atención que necesito, ¿por qué no darme ese regalo a mí misma? Aunque me sentiría un poco menos culpable si el que hubiera estado en mi mente hubiera sido mi esposo, en vez de ese hombre extraño. —Buenos días, nena. —Giro hacia la puerta y ahí está mi dulce tormento—. No dejes de sonreír por mí. —Buenos días —digo, ignorando su comentario, y carraspeo un poco incómoda—. Ya te preparo el desayuno —No. Descansa. Yo comí algo en el camino. Agradezco su detalle, pero aun así me levanto. Nunca me ha gustado despertar tarde, ni siquiera cuando era una adolescente que disfrutaba de la actividad física intensa y el deporte. Hoy hay cosas que