—Las cosas pasaron como tú querías, abuelo. —Estiro mis piernas sobre el césped sin que me importe mucho ensuciarme. Con dos niños pequeños en casa y uno en camino, ya no me importa mucho eso, sobre todo si he terminado con mis obligaciones. Aflojo mi corbata y miro al cielo deseando estar pronto en casa con mi esposa y mis hijos—. Recuerdo que solías repetirme hasta el cansancio sobre los beneficios de la paciencia. Mi recompensa tardó un poco, pero estoy feliz. Gracias por controlarme y no dejarme desordenar. Aún te extraño.
Toco los nombres de Gavin Collins y Julene Fehr-Collins, al final del camino toda su intensa enseñanza valió la pena.
Me levanto para irme. Es tiempo de volver con mi familia.
—¿A casa? —pregunta Dan y abre la puerta del auto para mí.
—Al fin a casa, Dan. No más viajes hasta que Sarah pueda volver a v
Sé que debería sentirme cómodo, pero esto de estar en medio de tantas personas me incomoda demasiado. Rendido, camino hasta al lado de las gradas y me recuesto a la espera de que este circo termine. No es que no me guste el deporte, es mi preferido de hecho, pero ¿mujeres? ¿enserio?Un sujeto grita dándole su apoyo al equipo de casa y arrugo mi cara por el dolor en mis oídos. No tengo nada con qué distraerme. No demora el partido en empezar, reconozco que no es tan aburrido y esas mujeres juegan con mucho compromiso. Un punto a su favor.Alguien golpea con fuerza mi brazo cuando corre a mi lado y grito que tenga cuidado. La rubia me mira con el ceño arrugado y noto sus ojos rojos e hinchados, son unos bonitos y tristes ojos miel, aletea sus pestañas un par de veces antes de rodar los ojos y seguir su camino. El entrenador la recibe con gritos por haber llegado tarde y ella lo ignora, como si lo que d
Ese fue uno de esos días en los que me sentía inquieto, con ganas de correr a un lugar en específico. Ya había hecho ejercicio, había ido a la oficina, había hablado con mis padres, había ido a jugar squash con Adam, y aún deseaba volver, sin que me importara la sencillez o la falta de lujos de su hogar. Bueno, aunque ya no es su hogar. El día anterior lo había pasado junto ellos y deseaba repetirlo.—Estás distraído y eso es muy raro —dijo Heidy.Me miró con los ojos entrecerrados, la ignoré. Aún tenía en mi cabeza la mentira que le había dicho a Sarah, y estaba convenciéndome de que ella no sería capaz de traicionarme. Volví mi mirada a mi computador con la intención de centrarme en los informes. Estiré mi mano para tomar mi café, pero no logré entender mis propios números, porque in
AlexanderLos chicos han estado más misteriosos que de costumbre, eso no me entusiasma nada. Las últimas semanas, lo que tengo de estar al lado de ellos, he aprendido que cada vez que envuelven secretos a su alrededor con tanto empeño, es porque algo traman. Algo que no nos gustará. Como Christian utilizando a sus hermanos para tenernos lejos de casa y usarla como su burdel personal. Obligarlo a trabajar con Georgina estas semanas fue un castigo demasiado laxo para lo que merecía.Louis no se ve muy diferente en esta ocasión, con su mirada esquiva, sus pies inquietos y sus dedos tamborileando sin cesar.—¿Tengo que preocuparme por lo que sea que estén planeando tú y tus hermanos?Podría parecer extraño que se traten como verdaderos hermanos, que yo los vea como si fueran parte de mi sangre, como mis hijos, y que compartamos y nos divirtamos como una familia
Yo no lo estoy menos, sobre todo por el hombre vestido de blanco que camina hacia nosotros con una enorme sonrisa. Al fondo del área de descanso, donde ayer había un enorme sofá, ahora hay una mesa blanca con dos sillas en frente, decoradas con flores, y, atrás, más sillas, alineadas y algo apretadas entre sí.—¿Qué haces aquí Spencer?—Queremos que se casen —dice Amy, con esa inocente mirada.Levanto mis cejas, pero es lo único que puedo mover. Esto es algo que no me esperaba de ellos. Esto es lo que quiero, que Sarah sea mi esposa, han sido muchos años, pero… Ni siquiera tengo un pero que sea creíble para mí. Eso me da risa.Sarah mira rápidamente a nuestra espalda cuando escucha chillidos, las mujeres parecen emocionadas, todas en este lugar, excepto ella.Rio con ironía y niego.—¿Podemos ha
Lunes, 6 de octubreUn nuevo día comienza y, con él, una nueva y rutinaria semana.No. Aburrida no. Rutinaria.Como cada mañana de los últimos quince años de mi vida, me levanto para cumplir mi labor de madre, de esposa, de ama de casa y de empleada.Bien. Lo reconozco, sí es aburrida. Pero me gusta mi trabajo de secretaria de recursos humanos, en una de las empresas de publicidad más importantes del país, y me gusta ocuparme de mi familia. Mis hijos y mi esposo lo son todo para mí y haría cualquier cosa por ellos.Mi hijo mayor, Jacob, tiene ya quince años y está en segundo año de preparatoria, es un chico grandioso, muy responsable y tranquilo; dicen que es muy parecido a mí, pero lo único mío que veo en él, es el mismo color de mi cabello rubio. Tiene los mismos ojos azules de su padre y su gran a
Martes, 7 de octubreOtro día más y con él… regresa mi rutina. Baño, desayuno, besos insípidos, niños a la escuela y llegar al trabajo. Lo bueno es que noté a mi niño grande de mejor ánimo y hoy me habló. Aunque al principio fue para pedirme dinero, pero algo es algo. Le he dicho que estoy aquí para él cuando sea que me necesite, y me sacó una sonrisa al decirme que sabe que puede contar con nosotros. Según él, sus problemas son más existenciales. Aun así, me sorprendió su pregunta un par de horas atrás.«¿Cómo podemos aceptar a las personas que son diferentes a nosotros o que les gustan cosas diferentes a las nuestras?» —preguntó pensativo antes de bajar del auto.«Echando las diferencias a la basura» —contesté l
Miércoles, 8 de octubreMi esposo llega cuando estoy sirviendo el desayuno y aprovechamos ese corto momento para comer juntos, John sonríe cuando Jake le cuenta que lo quieren reclutar para el equipo de fútbol americano y es el hermano de su mejor amigo, Christian, quien más lo acosa, pero a él no le gusta. John era igual, también lo buscaban por su alta estatura y su gran estructura, tal como a nuestro niño. Ellos prefieren ser chicos normales ocupando su tiempo en cosas a las que ellos llaman «productivas» y no llamar la atención.Nos despide como siempre, con un beso en la cabeza, y odio que mis amigas me hayan hecho notar la fría relación que llevamos. Esto cada vez se está poniendo más incómodo para mí y John no parece siquiera notarlo.Con el ánimo por el piso, llevo a los niños a sus respectivos lugares
Jueves, 9 de octubreMe siento extrañamente agotada. Las palabras de Georgina, la carta de ese hombre desconocido y mis estúpidos pensamientos me mantuvieron despierta gran parte de la noche consumiendo cada parte cuerda de mí, distrayéndome y alejándome de lo que realmente debería hacer... dormir.Me doy un rápido baño y bajo para preparar el desayuno de mis niños. Les sirvo cereal, al no tener ánimos de hacer mucho hoy. Jacob me pregunta sobre cómo estoy, pero no puedo decir nada. Siento mi garganta cerrada por alguna extraña razón que aún no alcanzo a comprender. Noto como me mira, con el ceño profundamente fruncido. De la manera en que siempre lo hace cuando algo le preocupa. Eso me hace sonreír. Beso su frente y subo a cambiarme tratando de bloquear mis pensamientos. Creo que podría volver a llorar si me detengo a pensar nuevament