—Gio…—Ah, Regina…— la nombró al sentir un calor extremo comenzar a recorrerlo y su cuerpo perder fuerza mientras terminaba junto a ella… mordió su hombro al reconocer que podría hacer eso cada día de su vida.Ambos cuerpos temblaron y Giovanni permaneció en su lugar, sobre ella y entre sus piernas… la respiración pesada de Regina escapaba por sus labios y un par de hilos cobrizos se pegaban a su frente producto del sudor que bañaba ambos cuerpos, ella estaba agotada pero una sensación de paz la inundaba, se sentía tan bien en ese momento y por primera vez no le importó…antes la hubiese asustado, hoy no; por eso cuando el rubio salió de ella y se bajó de su cuerpo no reprimió un quejido inconforme.—Eres deliciosa— mencionó el joven y le sonrió antes de atraerla a él en un abrazo.Regina lo vio a los ojos y sonrió para corresponder su abrazo… ¿por qué no decía algo más romántico?... negó en silencio al entender que Giovanni era así.—¿Sabes? — habló ella todavía con su corazón acelera
Suspiró cansadamente… lo de él y Regina había empezado de una forma bastante peculiar… terminó por sonreír, había logrado seducir a esa testaruda y puritana chica, frunció el ceño al recordar algo y se dirigió al pequeño y alargado mueble que se encontraba frente a la sala y bajo el televisor, revolvió un par de cosas y sacó un pequeño álbum fotográfico para después deslizar y cerrar la puerta del mueble.—¿Pediste comida o la prepararás? — cuestionó Regina al sonreírle mientras se recargaba en la columna justo a un lado de la barra.Frunció el ceño al verlo sostener ese familiar sobre —¿qué haces? — cuestionó y se acercó, cubría su cuerpo solo con la delgada sábana blanca en la que habían estado enredados.Giovanni sonrió de medio lado — solo espera— dijo y la pasó de largo.Regina frunció el ceño al verlo regresar a la habitación donde habían estado y verlo salir con su celular en la mano segundos después, ella suspiró al verlo ocupado buscando algo en el dispositivo y optó por recu
“¿Qué vas a hacer ahora, Giovanni?” se preguntó mientras comenzaba a deshacerse de su ropa para también tomar una ducha antes de su siguiente clase.No olvidaba la sencilla afirmación con la que su primo le dejó saber que amaba a Regina, nunca esperó eso viniendo de él, Giovanni era de la clase de personas que no solían involucrarse de ese tipo de modo con ninguna mujer, de hecho, nunca le había conocido ninguna novia o nada parecido a algo de real importancia… ni siquiera quería pensar en los problemas que se les venían encima a esos tres… Giancarlo, Giovanni y Regina… Regina… también le preocupaba la reacción de ella, él también sabía lo que quiso o quería a Giancarlo, ¿qué haría cuando todo el lío que había montado Fiama se disipara y él la enfrentara de una buena vez? ¿amaría tanto a Giovanni para renunciar a su ilusión de adolescente por el pelinegro o lo dejaría al no poder hacerlo? No quería que su primo terminase con el corazón roto…no otra vez…por ello, haría lo necesario par
Fiama permaneció de pie y la miró para abajo — A nada, sencillamente me cansé de jugar; es tiempo de recuperar lo mío— mencionó fríamente.Barbara sonrió y negó en silencio —algo me dice que ya tiene rato que perdiste –Fiama arrugó el ceño molesta — estupideces, si esa niña piensa que puede venir a quitarme a Giovanni está muy equivocada… él necesita una mujer no a esa insulsa chiquilla que no podría calentar la cama de nadie – respondió con arrogancia.—¿No fuiste tú misma la que los vio haciendo el amor? — cuestionó irónicamente la otra pelinegra.—Sabes que él se puede acostar con cualquiera— dijo y la vio despectivamente el recordarle su pasado.Barbara se burló —¿cómo lo ha hecho contigo últimamente? — no dejó su tono irónico y se puso de pie para encararla.Fiama guardó silencio y apretó los labios al no poder debatirle, era verdad, por más de mil intentos que había hecho ya para meterse en la cama del arrogante rubio, no lo había conseguido, Giovanni la había despreciado una y
—Ahh— gimió ella cuando él deslizó sus labios por su cuello para besarlo y comenzó a bajar su pequeño short — e-espera…—Deja de pensar, Regina… sé mía— suplicó el chico al momento de levantarle la blusa junto con su sostén. Ella apretó sus ojos y mordió su labio… sus manos arrugaron la obscura camisa del joven cuando él comenzó a succionar sus senos.—Gio…Una vez que se deshizo de su short y sus bragas, él bajó el cierre de su pantalón para desabrochar el mismo y exponer su miembro al cual le coloco un condón con una velocidad francamente impresionante, Regina jadeó al sentirlo.—No…— jadeó mientras le separaba las piernas.Giovanni la ignoró para volver a llevar sus labios a la perfección de sus redondos senos, los humedeció con su saliva y jugó con uno de los pezones al recorrerlo con su lengua… Regina cerró los ojos y contuvo sus gemidos cuando él apretó el seno que no besaba entre su mano.—Gi-Giovanni… en serio… ya…—¿Ya qué, Regina? ¿por qué te niegas? — habló en un susurro al
—Se me hizo tarde… - se lamentó la pelinegra al ver la hora en su móvil, eran las nueve más quince y en sus planes estaba estar en rectoría antes de las nueve —genial, Regina…Bajó corriendo las escaleras y el sonido de una llamada la hizo detenerse antes de atravesar la puerta de cristal que le daría salida del edificio.—Giovanni… - mencionó al ver el nombre que el móvil le mostraba —hola— respondió y sintió un nerviosismo extraño ¿cuánto habría escuchado de lo que su madre le dijo?¿Dónde estás?—Me dirijo a rectoría— descrito y siguió avanzando —tengo varias cosas qué hacer – aseguro.—¿Necesitas ayuda? – cuestionó y ella se sonrojó – puedo estar ahí en un momento – pregunto el rubio preocupado.—No, estoy bien, tengo todo resuelto— aseguró y se mordió el labio, no supo por qué, pero que se preocupara por ella la hizo sentir mejor.Regina …—¡Regina! – ambos escucharon la voz del pelinegro llamándola.La joven volteó su mirada atrás, al camino que se dirigía al estacionamiento, y
— ¿De verdad crees que ella te elegiría después de estar conmigo? No seas ingenuo, yo fui el único que la miro como algo más que una niña…y soy yo el que la tendrá, Regina y yo estamos juntos, y me asegurare de que lo estemos por siempre – dijo Giovanni con arrogancia.—Regina me ama – aseguro Giancarlo encarando a Giovanni.—Eso quieres creer, yo que tú no estarías tan seguro— dijo el rubio y avanzó para pasarlo de largo.Tensó su mandíbula mientras lo hacía y se abstuvo de gritarle que Regina le había pertenecido en innumerables ocasiones, que fue él el primero en fundirse en su cuerpo, y que conocía cada uno de esos sonidos que únicamente en esos momentos emitía, que era su novia, su mujer y su amante, de él y de nadie más, que no habría otro, jamás, dio un par de pasos más en la dirección que esa tonta pelinegra había tomado momentos antes.—Pero yo lo estoy, Regina no me olvida y tú lo sabes — habló el pelinegro al voltear de medio lado a verlo, logró que los pasos del rubio se d
La pelinegra que había cambiado su pantalón por uno corto short de mezclilla, vio que también en ese lugar se encontraban varios muebles, una cama de dos plazas a la cual le faltaba el colchón, pero también había un escritorio, el cual comprobó que debajo de esa blanca sábana que lo cubría, se encontraba en excelente estado.—Todo el lugar está igual — se quejó el rubio al recargarse en la puerta.—Sí, pero nada que un día o dos de limpieza no arreglen — Regina se esforzó por ser optimista cuando se acercó a correr las persianas del pequeño balcón.Los ojos azules del joven registraron la cremosidad de las piernas de la pelinegra al verla estirarse… sonrió y mordió su labio al comenzar a surgir su libido.—Es bonito, ¿cierto? – dijo Regina con una sonrisa al haber visto casi la mayoría de la casa.Giovanni la tomó de la mano y la acercó a él al estar ya recargado sobre el escritorio, para mantenerla de pie entre sus piernas.—Giovanni… no… no empieces… - suplicó la joven con voz débil