Alma salió de la casa con más carne y comida chatarra que ya se había terminado y se colocó al lado rubio para servir.—¡Qué bien! ¡Más de todo! — comentó animado Erick al acercarse y tomar de ello — supongo que nos amaneceremos — dijo y caminó hacia la fogata donde la mayoría se encontraban reunidos.—¿Y por qué no?... podríamos comprobar si lo que dice la leyenda es cierto— comentó el rubio al seguirlo con un vaso de embriagante contenido.—¿Qué leyenda? — cuestionó curiosa Regina que se había reunido ya con el resto del grupo.Anthony sintió un escalofrío recorrerlo al recordar sus temores de la infancia. — Nadie quiere escuchar eso.—Claro que sí — intervino Jane al parecerle divertida su reacción.—Dinos— habló ahora Fiama.Giovanni sonrió para después tomar un tono serio —hace mucho tiempo, se dice que había un par de amantes… ambos juraban quererse, pero su amor era prohibido, la joven era una persona humilde y él era un hijo de una de las familias más ricas de la región, él es
Minutos después la espuma que cubría su largo cabello resbalaba por su mojado cuerpo, el agua que creyó la relajaría solo incrementó su ansiedad… iba a pasar, estaba segura, ya había aceptado pertenecerle… sabía que él no se detendría… y algo en su interior, deseaba que no lo hiciera, no supo si fue por ver a Giancarlo y a Fiama tan cercanos o era por él, por lo que Giovanni le provocaba. “No te confundas” se aconsejó… solo eran sus hormonas traicionándola una vez más.Una vez que se vio fuera del baño, secó ligeramente su largo cabello y se colocó un fresco short y un ligero blusón de tirantes en tonos beige, que usaba como pijama. Observó la luna brillar tras la delgada cortina y afuera el silencio era casi total.Abrió la puerta y se asomó, vio a Giancarlo entrar a su habitación y cerrar la puerta tras él.—Mejor no— se acobardó, mordió su labio al ver que ya pasaba de media noche en el pequeño reloj de la pared de su cuarto.“No me obligues a ir por ti” recordó la amenaza del rubi
—G-Giovanni…— gimió su nombre al apretar sus ojos y contraer sus facciones por el placer que amenazaba con desbordarla, si él continuaba.—Shh— la silenció y lamió su oreja, Regina tembló. — Solo disfrútalo…disfrútame, sabes que no te hare daño…mi compañera — mencionó provocando una oleada de placer cuando al tiempo, apretó uno de sus endurecidos pezones.La mirada brillante en pasión de Regina, se encontró con la azulina en iguales condiciones de Giovanni, él sonrió ligeramente antes de volver por sus labios.Esta vez el beso fue profundo, suave… fue lento, los ojos de Regina se cerraron y sus manos se enredaron en el cuello del rubio cuando éste la cargó… ella enredó sus piernas en su cadera y mientras él avanzaba hacia la gran cama central de ese cuarto; la pasión de Regina creció y su pudor e inseguridad morían.—Giovanni…— habló cuando se vio de espaldas sobre el mullido colchón. —…t-tu sabes que…—Esta vez voy a cuidarte Regina…fui un idiota la última vez que lo intentamos, no t
Se levantó cuidadosamente una vez que se aseguró que todos parecían dormir, pues el silencio en el lugar era solo quebrado por el sonido de las olas en el exterior, colocó sus pies descalzos en el suelo y salió sigilosamente de la habitación.Sonrió de manera torcida al dirigirse a su ansiado objetivo.—Son unos idiotas — mencionó despectivamente al ver el largo pasillo donde se encontraban las habitaciones donde dormían todos sus compañeros de universidad.Fiama recorrió el más amplio sector de ese segundo piso.— ¿Dónde estás? — se preguntó en voz baja al acercarse a una de las puertas de las habitaciones de ese sector, sonrió al bajar su vista a su delgado cuerpo, a Giovanni siempre le había gustado verla con poca ropa.Empuñó la manija de la puerta más cercana, estuvo a punto de abrirla, pero un ronco gemido conocido para ella, la hizo girar su vista a la habitación de en frente, su rostro se contrajo en molestia, pero se forzó a desaparecerla pues eso no podía ser cierto, seguro
Bajó su cuerpo y se presionó contra ella, no pudo contener un gemido cuando sus sexos se apretaron todavía más. —Me encantas — confesó jadeante y se dedicó a moverla con él. Ella no pudo más que gemir y fue consciente de su cuerpo y de su fuerza… se sintió tonta al sentir esa extraña sensación de hormigueó en el estómago con sus palabras, al sentirlo también jadeante y escucharlo gemir sobre ella, una parte que no sabía que tenía disfrutaba estar haciendo eso con él, ser ella… ella. —Yo… Giovanni…— mencionó cuando encontró palabras, él comenzó a moverse más rápido y sus gemidos callaron las mismas. —Shh— la silenció y acarició su pelo mojado de sudor logrando separarlo de su frente. Una de sus manos bajó para apoyarse contra su cadera y la otra le brindó el apoyo necesario para seguir moviéndose sin lastimarla… gimió roncamente cuando la humedad de Regina se incrementó —Regina quiero…— habló y sus movimientos se suavizaron —…quiero entrar completo en ti…— suplicó al ya no tolerar
Entrecerró sus ojos al molestarla el brillo de su celular “son las cinco” se dijo al confirmar la hora.Maldijo por centésima vez en esa noche, ¿Con qué pretexto salía de su pieza? ¿pasarían toda la noche juntos o ella ya habría regresado a su habitación? ¿qué mierdas pasaba con Giovanni? Ahora más que nunca le quedaba claro que algo se traía entre manos… ¿Por qué razón fingir que entre él y esa mocosa no había nada si de todos modos pensaba hacérselo?Giró su cuerpo todavía ofendida e indignada, “seguro esa fue su maldita primera vez” pensó molesta al recordar el cuidado y la delicadeza de las caricias de Giovanni, y la forma casi enternecida de informarle que entraría en ella…era un imbécil, con ella nunca se comportó de esa forma, nunca creyó que lo haría, Giovanni era fuego, pasión… y ella también, por eso los dos se entendían tan bien… eran iguales, en todas las formas, su rostro se contrajo en molestia… pero su orgullo la obligó a superarlo.—Solo está jugando con ella…— se aseg
Se miraba en el espejo de ese baño. Algo había cambiado en ella, algo que no lograba entender, simplemente se sentía y se miraba distinta, su cuerpo, por alguna razón, parecía mas voluptuoso, y sus sentidos parecían mas agudos. Desde en donde se encontraba, alcanzaba a sentir el olor salino del mar…y sus ojos, miraban detalles que antes pasaba por desapercibidos, ¿Qué le había pasado? —Demonios— maldijo, todavía no lograba quitarse el nerviosismo y el temor de que alguien la hubiese visto subir o bajar al segundo piso, iba a ser vergonzoso enfrentarse a las miradas de sus amigos sabiendo lo que había hecho y peor aún, sin saber si alguno de ellos lo sospechaba. —ay… es estúpido, Regina — se convencía mientras cepillaba su cabello frente al espejo, vestía un ajustado pantalón deportivo gris y una camisa pequeña rosa, con la respectiva chamarra deportiva a combinación con el pantalón, el frío matutino todavía no desaparecía por completo y no lo haría del todo, hasta después de las diez
Había pasado toda esa mañana en medio de reflexiones, como sintiéndose en segundo plano mientras sus amigos charlaban de manera casual. Algo dentro de ella definitivamente había cambiado, algo en ella se sentía…despierto, aunque no alcanzaba a entender muy bien que cosa era aquello. Giovanni la miraba como si estuviera en expectativa, y luego, repentinamente, la había apartado del resto ante la mirada molesta de Giancarlo y la burlas de los demás, aunque Anthony, sabia muy bien lo que había ocurrido…el aroma de Regina había cambiado, había sido tomada…sin embargo, no marcada.Ella asintió nerviosa ¿qué le decía? ¿era buen momento para dejar claras las cosas? Mordió su labio mientras guardaba su móvil en la chaqueta cuando éste se lo entregó. Abrió la boca para preguntar.—Toma— le dijo y le ofreció un par de pastillas en una delgada caja.—¿Y… e-eso? — le preguntó al tomarlas con cierta curiosidad.—Eso evitará que lo de hace unas horas…— dijo para tomarla de la cintura y hablarle al