MollyLo más doloroso de perder a alguien es que ni siquiera hay chance de decir adiós. Hacía semanas que no hablaba con mi padre, el mismo nunca fue perfecto pero siempre estuvo ahí y solo por estar ahí me desgarra tanto su partida. Mi respiración se dificulta cada vez que le pienso, que recuerdo su sonrisa y sus abrazos repentinos. Aún no creo que cuando le llame ya no esté para responderme, que cuando le necesite no esté para mover tierra y mar por mí, jode y arde el afrontar que está muerto. Que el cuerpo de el hombre que me dio amor desde que abrí los ojos está sepultado casi dos metros bajo tierra, solo y frío, sin vida, sin nada. Comienzo a llorar frente a Tohb en el jardín de la mansión. —¿Cuándo vas a dejar de llorar mami? —su pregunta me abruma cuando le miro a sus preciosos ojos azules. —Mamá siente mucho dolor en su corazón cariño...—Pero... —me interrumpe.—Shhh, ven y abrázame.Me envuelve la cintura con sus manitas y mis temores se van acumulando. Todo es un jodid
MollyEl grito ahogado que suelto hace casi que hiperventile buscando oxígeno. Mis neuronas no hacen más que repetirme lo mismo una y otra vez y nuevamente veo mis miedos cobrar vida. Siento que me asfixio con cada respiro acumulado. Siento que una parte de mi no está. La adrenalina comienza a correrme por la sangre y corro hacia el auto. Mi celular empieza a sonar y al ver el nombre en la pantalla solo me hace tirarlo a los asientos de atrás. Malcom corre alcanzándome pero piso el acelerador yendo hasta lo que mis instintos señalan. No oigo, no pienso, no veo nada más que la imagen de mi pequeño muerto entre mis brazos. Aprieto el volante y acelero a más de los kilometrajes requeridos. Desvío entre el gentío que cruza y me llevo varios semáforos en pleno centro de Manhattan. Estaciono el auto sintiendo los policías pisándome los talones. Huyo del auto y subo directamente hasta el piso donde se está hospedando. Mi corazón papita desbocado en mi pecho y mi pulso es demasiado agita
TohbíasQue se metan con lo mío me jode a niveles exuberantes. El tío que fue amenazado por mis hombres y que fue torturado lo tengo frente a mi mujer. La cuál está tirada sobre el suelo del balcón tapándose los oídos y sollozando entre alaridos.El hombre se endereza y nos ve. Palidece por ver la cantidad de hombres que traigo atrás pero soy yo quién me encargaré de él. Se abalanza sobre mí pero el bofetón que le atino lo hace desestabilizarse. Y no dejo que se irga pues le arremeto puñetazos y patadas que él trata de escudar en vano. Intenta golpearme en vano porque no lo permito. Nadie se mete, solo hago lo que tengo que hacer y es explayar mi rabia contra él. Contra todo lo que me jode y me valen hectáreas de mierda su vida. Solo de pensar en el maldito tiro, solo de idear que le arrebaten la vida a mi hijo... Las salpicas de sangre caen sobre mi cara pero no dejo de pegarle a su rostro. Termina inconsciente y cayendo al suelo.Volteo la vista hasta la mujer que llora escandal
TohbíasA veces muchos no son lo que parecen ser, y la mujer que está sobre mí es un ejemplo de ello. Aunque a vista de todos aparente ser fuerte, es realmente frágil. Está nerviosa por mi petición pero no doy chance a que huya de mis brazos. Hace días que no me hundo en su calor y lo necesito. Llevo mi boca a una de sus tetas recorriendo con suavidad su aureola, sus ojos llenos de deseo me ven y muerde su labio en condescendencia. Sin más voy hasta el pezón hinchado y me prendo del sitio. Succiono con anhelo perdiéndome en el aroma de su piel y todo el calor que desprende me abraza mi fuero interno.Arremeto contra sus dos tetas y ella presiona su pecho contra mi boca. Disfruto de verla corrompida por el placer y gimiendo por mi causa. Me pongo de pie y la llevo hasta el sillón tantra diseñado para follar. Voy recorriendo su boca con mi lengua cuando la deposito sobre el mueble. Ella ya con sus piernas abiertas y casi desnuda para mí me brinda las mejores vistas. Solo por tener
MollyMi boca está entreabierta por todo lo que acabo de escuchar. —¿Dices que la señora McAdams engañó a Reinald? Mesly baja la mirada un poco apenada ahora. —Cariño, pensé que sabías sobre eso. No quiero entrometerme en eso, Tohbías siempre nos ha dado de lado.Trago grueso pensando en cómo reaccionaría si supiese algo así. —Pero cuéntamelo...—Si Tohbías se entera... —deja las palabras en el aire pensando en ello.Créeme Mesly también temo que se entere de algo semejante. —Ella llevaba casada con él alrededor de cinco años cuando todo salió a la luz. No soy nadie para juzgar a las mujeres, porque soy mujer y sé que en asuntos del corazón nadie manda, pero estuvo bien feo lo que sucedió...—¿Ellos no eran felices?—Molly, cuando una mujer recurre a los brazos de otro hombre por lo general es porque algo le falta con el que duerme. Las mujeres somos muy diferentes a los hombres en ese sentido. —Las traiciones duelen demasiado...—Sí, por poco y Reinald la manda patitas a la cal
TohbíasMe siento cautivado y cegado por cada curva de la preciosa pelirroja que tengo frente a mí. Paso saliva cuando toqueteo sin pudor su teta, cabe perfectamente en mi mano y su pezón está duro. Ella no necesita de artimañas para seducir a ningún hombre. Con solo sonreír creo que todos perdemos la cabeza por ella. Pero es mía y solo yo puedo embriagarme con su cuerpo. Sus turgentes pechos se acoplan perfectamente a mis manos, sin cuidado los aprieto y pellizco a mi antojo. Veo todo rojo cuando de un momento a otro la tiro sin reparos sobre la mesa de las pesas. La giro de espaldas quedando su culo completamente a mi disposición. Llevo mi mano hasta su hendidura comprobando así lo húmeda que está. Azoto con fuerza su trasero mientras trazó círculos sobre su vagina. Sus gemidos comienzan a oírse tornándome todo a peor. De un empellón la empotro sin siquiera detenerme a ponerla caliente. Solo quiero arrancar todo lo que tengo atorado. Embisto como lunático su coño dando cada s
MollyLo veo marcharse dejándome un sinfín de emociones dentro. Me siento tan estupefacta que me anclo en el suelo del asombro. ¿Recuerda? ¿Cómo es posible? ¿Por qué no noté raro ese te amo aquella noche? Mi pecho está acelerado por lo que siento. ¡Ha vuelto! Las ganas de ir tras él me invaden pero me freno al instante. Los espejismos de mi pasado se asoman en la puerta y no me permiten dar un paso. No puedo, no me hallo con valor.Todo me supera. Jamás imaginé que haría algo así, sé que en parte fue mi culpa, sé que no debí haber accedido a algo así luego de sus advertencias. Pero nunca pasó por mi cabeza que en específico él pudiese hacerme daño de esa forma. A mi mente llegan todos las palabras corrompidas por dolor y lágrimas mientras me embestía con brusquedad. Estaba completamente fuera de sí, siquiera me miraba a los ojos. Era otro Tohbías que no conozco. Y últimamente estoy conociendo bastantes tenebrosas cosas de él. Todos a nuestro alrededor pueden sorprendernos de
Tohbías «¿Es que acaso no piensa dejar de lloverme problemas?» Subo al primer auto que veo y arranco con rapidez. Nadie me sigue porque eso fue lo estipulado por el gilipollas de Scott. Esos malditos italianos no paran de joder, piensan que los tratos nunca tienen fin y si no quiero seguir vendiéndoles mercancía, no se las vendo y punto. Pero no, tienen que ir a por mi mujer solo para llamar mi atención, sabe que le tengo el perímetro rodeado aunque él la tenga a ella. Ese cabrón es demasiado egocéntrico como para atropellarse con la muerte de por él y sabe que yo no juego, que soy directo y claro. Está en mis terrenos y con mis cosas no se juega. Bajo al llegar al sitio y los grandes almacenes inhabitados acaparan mi vista. De lejos veo a todos y cada uno de mis tíos, esperando mi señal, pero sé que esto es puro teatro. Están desesperados los italianos porque los Castellanos tienen casi todo el control en Estados Unidos y aún así quieren joderlos. Es como meterte en el hábitat