Alek llevaba más de 10 años ideando el plan perfecto para apoderarse del clan Neizan, tenía el apoyo de casi la mitad de la organización más peligrosa de Rusia, aquellos empleados que una vez sirvieron a Arkady, primo de Neri, y se beneficiaron con sus negocios ocultos en China, hasta que Victoria Zabet acabo con su vida, además de que por desgracia el clan del dragón rojo había desaparecido casi en simultaneo, pero aun así se aferraban a la promesa de Alek, quien les juraba que si lo apoyaban a tomar el control de Rusia, cuando llegara la hora de derrocar a Lukyan, él se encargaría de duplicar sus fortunas y es que el castaño, creía ciegamente en la familia Morozova y su gran fortuna, como su respaldo, suponía que Igor no dudaría en cederle todo a Harum una vez que esta diera a luz a un heredero, confiando plenamente en la conversación que escucho años
— Ten cuidado con el ramo.Alek apretó los dientes para contener su furia, Harum le acababa de grietar a Leila, y el rostro de Farid dejaba en claro su molestia, todo por un ridículo ramo de… ni siquiera sabia que clase del flores llevaba aquella cosa, era colorido y tan grande como todo lo que se había puesto Harum, caía hasta casi tocar sus pies, lo peor de todo era ver su cabeza, una réplica de la corona que había lucido Ámbar Zabet años atrás para su boda con Donato Constantini, le dio a entender a Alek que su futura esposa, ni siquiera había pensado en lo que hacía, pues eso se podía interpretar como un insulto, ya que cada joya que se usaba en las bodas de los hijos de Amir y Candy, era única, así lo dispusieron sus creadores, sus propios padres, habían dedicado no solo horas, meses invirtieron, en crear algo digno para cada uno de sus hijos y asegurarse de que sus descendientes pudieran usarlo a futuro, definitivamente Ámbar tomaría aquello como un insulto y todos sabían que Ám
Dasha ingresó al salón tratando de observar todo lo que había ante sus ojos, las largas columnas estaban decoradas con guirnaldas de flores hermosas, violetas y calas se mezclaban con un follaje verde, dando la imagen de estar en un bosque, aunque estaban bajo techo. Las mesas redondas a su alrededor le daban un poco más de noción de la cantidad de invitados que había, ya que durante la ceremonia poco se había fijado en ese detalle, realmente parecía el matrimonio de unos reyes, y no de un capo de la mafia, cualquiera pensaría que estas personas debían vivir ocultas de la sociedad, pero la verdad era otra, más cuando se estaba rodeado de personas poderosas, mejor aún, cuando esas personas son parte de tu familia. Los trajes y vestidos de gala dejaban en claro el poder y fortuna de cada invitado, al igual que las joyas que adornaban a cada dama allí presente. A lo lejos pudo distinguir el pastel por el que tanto había discutido con Felipe, un hermoso pastel blanco de seis pisos. Adorn
La recepción continuó adelante según lo planeado, cada tanto las personas del clan se acercaban a presentar sus respetos, más aquellas que eran invitados de Alek; tanto Dasha como Lukyan probaron una que otra de las delicias que Felipe había enviado a preparar para agasajarlos. Para la pelinegra fue imposible no darse cuenta cuando Harum hizo su entrada, casi una hora después que ellos, con un vestido mucho más modesto del que llevo en la ceremonia, no se la veía feliz, mucho menos a Alek, algo que causo cierta satisfacción en la pelinegra, cualquier cosa que le amargara la existencia a ese par, para Dasha era maravilloso. Sus enemigos, porque así los consideraba Dasha, se mantuvieron de su lado del salón, rodeados de personas de bajo rango, según palabras de Lukyan, mientras que ellos fueron abordados en más de una ocasión por la familia del rubio, poco a poco, Dasha fue conociendo a todos los Zabet y su descendencia.La segunda en llegar a su lado fue la afamada joya maldita, como e
Si alguien me hubiera dicho que a meses de regresar a rusia me convertiría en la esposa de Lukyan Neizan, lo hubiera creído, se que tan capaz soy de atrapar al mafioso más codiciado de este país, lo que nunca hubiera creído es que recuperaría a mi hijo.Aun sentía cierto miedo a que todo sea un estúpido sueño, pero, aunque tuviera la mejor imaginación del mundo, nunca podría inventar lo que estaba pasando en este momento, por lo que solo me queda confiar en que es real, todo lo es.Sus grandes manos se habían desecho de mi vestido, no de la mejor manera, el bello traje de novia se había convertido en retazos de tela que estaban esparcido por casi toda la habitación, era consiente de algunas rozaduras que las costuras habían dejado en mi cuerpo ante la violencia con la que fueron rasgados sus delicados hilos, algo que debería molestarme, pero sin embargo debo
— ¡Me importa un mierda si era pura o la golfa más grande del mundo! — el grito de Lukyan me hizo saltar de la cama, y el pinchazo en mi trasero me dejo en claro que lo mejor que podía hacer el día de hoy era moverme con cuidado. — ¡Es lo que tu escogiste como mujer!— ¡No!, ¡yo escogí a una dama! Solo quiero que sepas que la matare. — era la voz de Alek, de eso no había duda, parece que al castaño la realidad de quien es su esposa le cayó encima en la noche de bodas.— Si lo haces deberás morir, lo sabes. — genial, ese par se matará solo, y yo que pensé que me llevaría tiempo vengarme, la suerte al fin esta de mi lado.— La regresare…— No se puede Alek, y lo sabes, miles de veces te lo advertí, busca bien a tu esposa, no te apresures, y aunque te tomo 10 años desposar a Harum, no
Realmente el sexo era un buen escape a cualquier situación de malestar, Dasha no lo negaría ni en mil años. — Te ves hermosa. — se acababa de duchar junto a su esposo, para ahorrar tiempo, pues sabían que los estaban esperando para desayunar, y no precisamente Alek y su esposa, sino Vladimir, desde ese día en adelante eran una familia. — Gracias. — le costaría acostumbrarse a la dulzura con la que Lukyan le hablaba, y a su rostro sereno pero cargado de poder y autoridad. — Toma esto antes de bajar. — ordeno al tiempo que le entregaba dos píldoras y un vaso de agua. — Me gustaría llevarte de luna de miel, o así se pasar todo un día contigo a solas, pero tengo unas reuniones que por más que desee no puedo posponer. — claro que no podía hacer tal cosa, no cuando era el jeque Khattab quien lo había citado, además de Mei Ling Zhao. — No te preocupes, mi prioridad es Vladimir, creo que no me alcanzara el tiempo para recuperar todo lo que hemos perdido…
La sonrisa en los labios de Harum se hizo aún más grande, cuando Lukyan se puso de pie y tomo de un brazo a Dasha, sacándola de la sala, como quien saca a un perro que se metió sin permiso a la casa. — ¿Qué rayos haces? Suéltame. — se quejó apretando los dientes una vez que estuvieron fuera del avista de los demás. — Vuelves a coquetear con mi primo y juro que pondré una bala en medio de tu frente. — definitivamente Lukyan no sabía lidiar con los celos, y solo se dio cuenta de ello cuando vio el rostro de Dasha y la sorpresa en el. — ¿Qué? — quizás si le hubiera disparado a la joven no le hubiera dolido tanto. — Yo… — Tu… solo eres el medio para estar con mi hijo, gracias por recordarme que esto. — dijo la joven mientras le mostraba la alianza de boda. — Es tan falso, como las disculpas de Harum. Si el rubio pensó que Dasha lloraría por él, solo cuando la vio salir de la mansión, se dio por enterado de cuan equivocado estaba. — Si vuelves a amenazar a mi madre, le pediré a mi m
Kendra, mi madre. Esa frase se repitió en la mente de Dima durante todo el día, Dasha no termino de comprender que fue lo que le afecto tanto al custodio, ya que no volvió a decir ni media palabra después de eso, solo se mantuvo a la espera de nuevas órdenes, por parte de su jefa, ni siquiera ingreso al mausoleo, solo se quedó allí, de pie, en la entrada del mismo, observando la foto de Kendra, viendo esos ojos celestes que una vez le ayudaron a olvidar los verdes azulados de Victoria Zabet, el rostro de quien Dasha dijo ser su madre, estaba casi igual a la última vez que Dima la había visto, tan joven, tan bella, con esa noche eterna por cabellera, Kendra, la llamo Dasha, pero para Dima era Cielo, así se había presentado aquella mujer 29 años atrás. — Cielo, ese es mi nombre, Cielo Benet. Incluso recordaba su voz, tan melodiosa, tan propia de una joven en busca de aventuras y claro, él era un hombre ya mayor, uno al que la vida se le estaba pasando amando a una mujer que jamás lo