Mi corazón late frenéticamente mientras me quejo mentalmente porque ellos incluso en estos momentos piensen lujuriosamente cuando recientemente me han salvado de unos drogadictos abusivos.

‘Yo también soy así, porque caminé por mi propia cuenta hasta aquí.’ Me digo mentalmente.

— Debo marcharme, estoy muy herida y…

— Marcela, estás haciéndote desear mucho y eso solo hará que nos aferremos más a ti, al punto que sientas que te estamos asfixiando. — dice Nick.

— Ya me están asfixiando.

— Esto es nada en comparación a lo que somos capaces de hacer.

— Disculpen, ¿está la paciente en el baño? Necesitamos colocarle el medicamento. — dice alguien tocando a la puerta y yo me ruborizo completamente, porque sin duda, ha escuchado lo que hemos hablado.

‘Nada de lo que diga podrá explicar esto sin que resulte como una lujuriosa sin remedio.’ Me digo mentalmente.

— Esta aquí, la estamos bañando, ya sale. — dice Nick burlándose con la mirada.

De inmediato, maldigo mentalmente porque eso solo va a h