Sabiendo que no puedo opinar si no sé todo lo que sucede, solo le doy mi consuelo en silencio, hasta que finalmente se calma. Es entonces cuando los dos nos sentamos a ver al lobo negro que parece tan real y temible que no parece la versión que recordamos de Hanna.

— ¿Cómo pudo ocultar algo tan grande? — pregunto y el señor Cassano suspira profundo.

— Parece que ocultándose fue muy buena, entonces, ¿Por qué la atraparon? — pregunta el señor Cassano.

— Quizás haya dejado una respuesta de lo que sucedió en esta página. — digo y el señor Cassano asiente.

— Es verdad, revisa que pudo dejarte, porque viendo que fue capaz de tener dos vidas, sin que alguien más lo notara, muestra lo cuidadosa que fue en todo.

Respondo afirmativamente con la cabeza y me siento en una de las sillas cerca de los computadores sin saber realmente c