—Dober, espera —llamaba Hiz detrás del hombre—. ¿Por qué me ignoras?Dober bajó la velocidad en la que caminaba e inspiró hondo.—¿Qué quieres? —Preguntó—. ¿Empujarme o torturarme con tus habilidades?—Dober, por favor —pidió la joven con tono pasivo—. Discúlpame, sé que ayer me excedí, pero también intenta entenderme.—No, Hiz, entiéndeme a mí —volteó a verla, chasqueó la lengua y volvió la mirada al pasillo—. No, tú solo piensas en ti misma.—Lo sé, sé que debo cambiar más mi comportamiento. Por eso quiero hablar contigo. Estamos a semanas de unirnos oficialmente, te necesito, Dober. Es mucho estrés para mí.Dober se detuvo antes de cruzar un jardín con fuente y encaró a Hiz.—¿Crees que eres la única que necesita un apoyo? Hiz, no eres la única que carga con muchas cosas. Te pedí que me ayudaras con el trabajo, ideando estrategias, pero te negaste porque te daba miedo. Ah, pero a Jusnes le aceptaste sin meditarlo —se cruzó de brazos—. Aceptaste crear estrategias con él para el mejo
Únicamente se escuchaba en la habitación el pitido que hacía la máquina que tomaba el pulso de Ben.—Los Diamantes me secuestraron porque no les entregué la totalidad de la tecnología de teletransportación. Días antes de que me apresaran en la tierra de los Infinitos, yo —inspiró hondo—, escondí los planos y archivos del dispositivo de teletransportación. No soy tonto, sabía que ellos no me darían lo que me prometieron si les entregaba todo. Así que solo les di la prueba beta sin las correcciones, por lo que ellos no podían usarla, porque les hacía falta códigos para poder usarlos en su totalidad.—¿Qué te prometieron? —preguntó Dober.—Me prometieron ascender jerárquicamente, no solo a mí, también a toda mi raza. —Respondió Ben con una mirada triste—. Un día llegaron a nuestro pueblo y nos reunieron a todos, crearon un escenario y se presentaron con esa gran propuesta, donde dijeron que, los que quisieran apoyar el proyecto Liberación, se acercaran a unas oficinas que crearon. Nos di
Hiz hizo silencio, pero su rostro mostraba que obviamente ella la habría ayudado.—Deben traerla lo más pronto posible, ella sabe cuáles son los papeles y puede traerlos consigo —pidió Ben—. Pero deben traerla ustedes personalmente, porque podrían atacar la nave como lo hicieron conmigo. Ellos están esperando que Anny salga de la aldea para raptarla, para este momento ya deben saber que ella tiene todo en su poder.Hiz llevó una mano temblorosa a su pecho.—Yo misma iré a buscarla —anunció Hiz.—¡No, claro que no! —Replicó Dober. Hiz volteó a verlo—. Es demasiado peligroso.—Tengo que ver que mi madre esté bien y también la pequeña Anny —soltó Hiz como si fuera impensable que no pudiera hacerlo.—Puedes comunicarte con ellas, pero no puedes ir. Podrían atacar la nave y hacerte daño, serías la carnada perfecta para los Diamantes.—¡Soy tu unión, los Diamantes no pueden atacarme! —Aún no nos hemos unido oficialmente, no estás coronada como mi unión oficial. Eres un blanco fácil, Hiz
—Pero tienes a tu hermana, Ben. Para ella eres lo único que le queda en la vida.—Sí, por eso necesito rescatarla y que esté a salvo, en un buen lugar.—Aquí estará bien. Me comprometo a cuidarla bien.Aquello pareció tranquilizar a Ben. Sonrió y sus ojos se llenaron de lágrimas.—Gracias, Hiz.—Agradécemelo quedándote aquí, recuperándote y ayudándonos.—Me van a pedir que les de la información de todas las sedes, ¿verdad?—Ben, necesitamos que nos des toda la información que tengas —explicó Hiz con tono serio—. Debemos frenar esta guerra.—Hablas como si el problema fuera contigo.—Es mi problema, Ben. Si cae el imperio Pluma, caigo yo.—Hiz, tú no eres un Pluma.—Ben, soy un Pluma y soy una Infinito —aclaró Hiz con tono bastante serio—. Ya no puedo ser una persona imparcial, mi pareja será el futuro Mando Mayor y yo debo estar a su lado, gobernando. ¿Cómo puedo ser imparcial cuando debo gobernar a medio planeta?El joven tenía la boca abierta de la impresión, después la cerró y bajó
—No puede ir ninguno de los Mandos Superiores —aclaró Mia—. Sería demasiado sospechoso. El Gran Grupo ya nos tiene en la mira desde que Dober destituyó al Comandante de Inteligencia de los Diamantes. Están esperando que demos un mal movimiento para hacernos una inspección sorpresa o llamarnos a declarar.—¿Por qué nos inspeccionarían? —inquirió Hiz.—El Gran Grupo maneja todos los gobiernos. —Explicó Dober—. Si alguno del grupo, o sea, los Mandos Mayores de alguna nación, no están conformes con algo que se esté haciendo en otra nación, pueden pedir una inspección. Si el resto de miembros del Gran Grupo vota a favor de la inspección, se revisan todos los archivos confidenciales de ese gobierno junto con todas las misiones que se han hecho.—¿Y no podemos hacer lo mismo con los Diamantes? —preguntó Hiz.—Para eso necesitamos pruebas —comentó Mia—, además, no nos garantiza que, al ser requisados, encuentren algo que los culpe. Pueden estar guardando su información en otros lugares.—Si e
Jew sintió su cuello maltratado después que le cambiaron el parche nutricional. Llevó una mano a él, tocó un poco, pero después la retiró al sentir el dolor.Se comenzaba a impacientar al estar en una habitación solo, con una joven que no hablaba para nada y solo sabía revisar su pantalla digital y enviar mensajes o ver videos de desfiles de moda.Decidió levantarse de la cama para ir al baño.—¿A dónde vas? —preguntó Betsy.—Al baño —respondió.—Te ayudo —Betsy dejó a un lado la pantalla flotante y se levantó del sillón.Ben estaba sentado en la cama, con los pies apoyados en el piso.—Tranquila, yo puedo solo —replicó el joven.—Si es porque no quieres que te vea desnudo, puedes tranquilizarte, ya lo he visto todo cuando los enfermeros te cambiaban de ropa.El rostro de Jew se tornó completamente rojo y Betsy soltó una risotada.—¡Vaya, el brabucón Jew acaba de mostrar su verdadera cara! —Se burló—. Eres gruñón, pero cuando una mujer dice que te ha visto desnudo mira como te pones.
—Mi madre miente muy bien —le dijo Hiz a Dober.Los dos estaban acostados en la cama, a punto de dormir.—¿La llamaste?—Sí, la llamé. Pero solo me mostró la remodelación de la casa y habló sobre su jardín.—¿Cómo la viste?—Bien, aparentemente bien.—Tal vez las cosas no estén tan mal, Hiz.Volteó a verlo.—¿Tú crees?—Si le hubieran hecho daño, ya nos habríamos enterado. Sabes que hay mucha seguridad. Tal vez, ella solo esté cuidando de esa niña y ya.Hiz se acomodó a medio lado y rodeó a Dober con sus brazos.—¿Sabes de lo que me enteré antes de venir? —Desplegó una sonrisa—. El doctor Ramson me informó que Jew despertó ayer y está muy bien, según, hasta ya camina.—¡¿Qué?! —Hiz estuvo a punto de levantarse de la cama, pero Dober se lo impidió—. No, ni se te ocurra, es en vano. No lo dejan recibir visitas.—Pero quiero verlo, Dober.—Ya es muy tarde, amor, vamos a descansar. Además, casi nunca tenemos tiempo para nosotros —Dober la abrazó—. Que esta noche sea para nosotros —comenzó
Como Jew había dormido casi todo el día, no tenía nada de sueño ahora en la noche. Se acomodó a medio lado y observó a Betsy dormitar en el sillón. Aunque el lugar donde descansaba la chica era un sillón que se reclinaba para que estuviera algo cómoda, seguramente pasar varias noches allí, ya se volvía incómodo y debía cansar la columna vertebral.Notó que ella había abierto los ojos y ahora se estaban mirando fijamente.Después de su pequeña discusión en la mañana, Betsy se mantuvo seria y prácticamente no habían hablado en todo el día. Aunque Jew intentara fingir que no lo vio, la verdad era que notó las veces en que los ojos de Betsy estaban húmedos y en la tarde logró ver cómo se limpiaba una lágrima de la mejilla derecha.Él quería ser de corazón frio