—Ella siempre me miraba por la ventana del cuarto de tortura —explicó Ben al doctor Ramson y a la joven psicóloga.
—¿Adeline es la chica de tus pesadillas? —preguntó la mujer.
En la habitación estaba presente Jew (era el que vigilaba a Ben, aunque ahora eran amigos y funcionaba más como un acompañante). Observaba todo desde un rincón de la habitación, mientras en sus manos jugaba con una pelota de goma, la tiraba al aire y la atajaba.
—No son pesadillas, son recuerdos —aclaró Ben. Tenía conectado en su nariz una cánula de oxigeno y en su cuello, había un parche nutricional, ya que el impacto del momento lo había desestabilizado químicamente.
—Ya lo hemos hablado, Ben —dijo la mujer—. Aquellos recuerdos están mezclados con temores y cosas que no pasaron. Esa joven nunca te atacó, &uacut
—¿Por qué a mí? —preguntó con voz temblorosa y triste.—¿Por qué? ¿A qué te refieres?—La vida es injusta. Ella aparece en mis pesadillas y me atormenta. Es una Diamante, yo soy un Triángulo. ¿Por qué debemos unirnos? ¿Realmente esperan que yo la acepte y viva feliz a su lado? No soy masoquista, sé que nunca podría llegar a sentir algo por una persona como ella, que se alegraba de ver cómo me torturaban. La odio y a la vez le tengo miedo, ¿por qué deben hacerme intentar estar a su lado?Hubo un minuto de silencio.Hiz suspiró y lo meditó.—Esta situación me recuerda mucho a Jew y Betsy. Ella estaba acostumbrada a estar rodeada de hombres importantes de gran reputación; todos la idolatraban y era una importantísima modelo: la joven más hermosa del imperio Pluma.
Dober y Hiz observaban a Dane y Gost dormir. Los veían por la ventana; afortunadamente, se recuperaban satisfactoriamente.—Vamos, amor, debemos descansar —pidió Dober y la tomó de la cintura.Hiz accedió y se alejaron por el pasillo.—Hoy hablé con Ben sobre las parejas —comentó Hiz—. Me parece impresionante que se esté uniendo con Adeline.—A mí también me cuesta asimilarlo. Por eso, pienso muchísimo sobre quién es nuestro verdadero enemigo en esta guerra.—A excepción del Mando Mayor de los Diamantes y sus aliados, creo que no tenemos ningún enemigo.Dober desplegó una sonrisita y cuando pasaron por un jardín, notó que la noche estaba colmada de estrellas.—Mira, amor, es una linda noche —comenzó a avanzar por el jardín y Hiz lo siguió.&mda
A la casa, cuando Adeline llegó y tuvo que quedarse con ellos, se decidió que viviría allí, junto con las otras mujeres.La idea era que se quedara en la Casa Principal, pero Dober decidió que se instalara por completo en la casa del lago, para que se sintiera más cómoda y tuviera acompañantes. Como era bastante joven, al poco tiempo se volvió amiga de Emy y Anny.Las tres caminaban de un lado a otro, conversando y recibiendo clases.Parecía que Adeline le gustaba mucho sentirse incluida en un grupo. Además, cuando Gost despertó y podía ir a visitarlo, se le veía de mejor humor.—Yo me quiero unir biológicamente —comentó Anny a las demás mujeres una tarde—. Rebeca, la chica de la cocina de la Casa Principal, se unió la semana pasada y hoy regresó a trabajar, me dijo que es un hombre estupendo.Las de
RECOMENDACIÓN DEL AUTOR: Prohibido leer esta parte del capítulo si no está escuchando la canción “Take me to church” de Hozier, con un tono moderado para que no le incomode en la lectura. Así sentirá lo mismo que sintió el escritor al redactarlo.¡Pecado capital para el que no lea sin esta canción de fondo! En serio, se va a arrepentir por no seguir las instrucciones. Si puede descargarla y repetirla una y otra vez, mejor, o si tiene YouTube Music, Spotify, reprodúzcala hasta acabar el capítulo. =DFin del comunicado. *Insertando canción de fondo* ...El pasear cerca del lago con Gost le recordaba a Adeline aquellos días en que los dos eran pequeños y solo se preocupaban por jugar.—Ben fu
Dober no se sentía nada bien, llevaba toda la mañana vomitando y con mareo. Aquello le producía muy mal humor, el cual tuvieron que pagar sus empleados y su secretario.Decidió volver a su recámara temprano, porque se sentía con poca energía (algo muy raro en él).—Debería ir con el doctor Ramson —le sugirió su secretario—, para que le recete alguna medicina.Dober decidió ir al día siguiente, porque solo quería pasar la noche al lado de Hiz....Hiz estaba frente a una mesa cerca del balcón, iba a leer un libro prohibido que le había llamado muchísimo la atención por su portada extraña.La habitación estaba un tanto oscura y la única luz era la de la pequeña lamparilla que iluminaba el libro. Ella quitó el forro negro que tenía el libro y encontr&oa
Cuando Dober accedió a ir a la cama, Hiz se acostó a su lado, porque Dober estaba aferrado a ella. Acostaba su cabeza en el vientre de la chica y dejaba que la marca de su unión biológica se mostrara en todo su esplendor.Hiz mandó a llamar al doctor Ramson y se quedó acariciándole el cabello a Dober para que se relajara. Lo bueno es que no tenía fiebre, pero se veía bastante descompuesto.—¿Qué te sientes ahora, Dober? —le preguntó.Pero él no respondió, estaba noqueado por el sueño.A los minutos llegó el doctor Ramson y estudió la marca de Dober.—Tiene una sobrecarga de químicos viajeros —le explicó a Hiz—. Esto se da porque tu unión le está pidiendo a Dober muchos más químicos de los habituales.—¿Y sabe cuál es la razón?
—No puede ser —soltó Jusnes y llevó las manos a su cabeza—. No puede ser, ¿cómo es posible que nos tendieran una emboscada? Y todo en una noche. No puede ser posible: nos han tendido una trampa.El rostro de Dober se tornó totalmente pálido y cayó desmayado.—¡Ah, Dober, Dober! —comenzó a gritar Hiz alterada.—¡Traigan al doctor, ahora! —ordenó Jusnes.Jew respiraba agitado al observar que el Mando Segundo se había descompensado por completo.—Necesito que uno de los Mandos me acompañe —pidió.Jusnes dejó salir un grito y comenzó a caminar con Jew al cuarto de comando de guerra, seguido por varios agentes que habían llegado para hablar de la situación y dar los reportes que estaban llegando de las zonas abatidas y los pasos del ejercito enemigo.Entre to
—¡No, él no puede estar muerto, no! —escuchó al fondo.—¡Anny, tranquila, debes calmarte! —decía una voz de hombre.—¡Es por su culpa, ella lo mató!—No es culpa de nadie, la unión biológica se rompió. Nadie tiene la culpa.—¡Ella le dijo algo y después el se desmayó! ¡Por su culpa, es su culpa!Adeline intentó abrir los ojos, pero tenía mucha pesadez y el cuerpo dolorido....La mano temblorosa de Hiz paseó su rostro, limpiando las lágrimas.Escuchaba de fondo la voz del doctor Ramson, pero él estaba frente a ella. Dober se encontraba a su lado, recostado en la cama, recuperándose de su descompensación.Habían acabado de recibir la noticia. Ben había muerto. Ben murió al desprenderse su unión.