A la casa, cuando Adeline llegó y tuvo que quedarse con ellos, se decidió que viviría allí, junto con las otras mujeres.
La idea era que se quedara en la Casa Principal, pero Dober decidió que se instalara por completo en la casa del lago, para que se sintiera más cómoda y tuviera acompañantes. Como era bastante joven, al poco tiempo se volvió amiga de Emy y Anny.
Las tres caminaban de un lado a otro, conversando y recibiendo clases.
Parecía que Adeline le gustaba mucho sentirse incluida en un grupo. Además, cuando Gost despertó y podía ir a visitarlo, se le veía de mejor humor.
—Yo me quiero unir biológicamente —comentó Anny a las demás mujeres una tarde—. Rebeca, la chica de la cocina de la Casa Principal, se unió la semana pasada y hoy regresó a trabajar, me dijo que es un hombre estupendo.
Las de
RECOMENDACIÓN DEL AUTOR: Prohibido leer esta parte del capítulo si no está escuchando la canción “Take me to church” de Hozier, con un tono moderado para que no le incomode en la lectura. Así sentirá lo mismo que sintió el escritor al redactarlo.¡Pecado capital para el que no lea sin esta canción de fondo! En serio, se va a arrepentir por no seguir las instrucciones. Si puede descargarla y repetirla una y otra vez, mejor, o si tiene YouTube Music, Spotify, reprodúzcala hasta acabar el capítulo. =DFin del comunicado. *Insertando canción de fondo* ...El pasear cerca del lago con Gost le recordaba a Adeline aquellos días en que los dos eran pequeños y solo se preocupaban por jugar.—Ben fu
Dober no se sentía nada bien, llevaba toda la mañana vomitando y con mareo. Aquello le producía muy mal humor, el cual tuvieron que pagar sus empleados y su secretario.Decidió volver a su recámara temprano, porque se sentía con poca energía (algo muy raro en él).—Debería ir con el doctor Ramson —le sugirió su secretario—, para que le recete alguna medicina.Dober decidió ir al día siguiente, porque solo quería pasar la noche al lado de Hiz....Hiz estaba frente a una mesa cerca del balcón, iba a leer un libro prohibido que le había llamado muchísimo la atención por su portada extraña.La habitación estaba un tanto oscura y la única luz era la de la pequeña lamparilla que iluminaba el libro. Ella quitó el forro negro que tenía el libro y encontr&oa
Cuando Dober accedió a ir a la cama, Hiz se acostó a su lado, porque Dober estaba aferrado a ella. Acostaba su cabeza en el vientre de la chica y dejaba que la marca de su unión biológica se mostrara en todo su esplendor.Hiz mandó a llamar al doctor Ramson y se quedó acariciándole el cabello a Dober para que se relajara. Lo bueno es que no tenía fiebre, pero se veía bastante descompuesto.—¿Qué te sientes ahora, Dober? —le preguntó.Pero él no respondió, estaba noqueado por el sueño.A los minutos llegó el doctor Ramson y estudió la marca de Dober.—Tiene una sobrecarga de químicos viajeros —le explicó a Hiz—. Esto se da porque tu unión le está pidiendo a Dober muchos más químicos de los habituales.—¿Y sabe cuál es la razón?
—No puede ser —soltó Jusnes y llevó las manos a su cabeza—. No puede ser, ¿cómo es posible que nos tendieran una emboscada? Y todo en una noche. No puede ser posible: nos han tendido una trampa.El rostro de Dober se tornó totalmente pálido y cayó desmayado.—¡Ah, Dober, Dober! —comenzó a gritar Hiz alterada.—¡Traigan al doctor, ahora! —ordenó Jusnes.Jew respiraba agitado al observar que el Mando Segundo se había descompensado por completo.—Necesito que uno de los Mandos me acompañe —pidió.Jusnes dejó salir un grito y comenzó a caminar con Jew al cuarto de comando de guerra, seguido por varios agentes que habían llegado para hablar de la situación y dar los reportes que estaban llegando de las zonas abatidas y los pasos del ejercito enemigo.Entre to
—¡No, él no puede estar muerto, no! —escuchó al fondo.—¡Anny, tranquila, debes calmarte! —decía una voz de hombre.—¡Es por su culpa, ella lo mató!—No es culpa de nadie, la unión biológica se rompió. Nadie tiene la culpa.—¡Ella le dijo algo y después el se desmayó! ¡Por su culpa, es su culpa!Adeline intentó abrir los ojos, pero tenía mucha pesadez y el cuerpo dolorido....La mano temblorosa de Hiz paseó su rostro, limpiando las lágrimas.Escuchaba de fondo la voz del doctor Ramson, pero él estaba frente a ella. Dober se encontraba a su lado, recostado en la cama, recuperándose de su descompensación.Habían acabado de recibir la noticia. Ben había muerto. Ben murió al desprenderse su unión.
—¡No, yo quiero ir tras él, por favor! ¡Mátenme! —Imploraba Adeline—. ¡Yo no puedo vivir así! ¡No, yo quiero irme con él!Gost se aferraba a su hermana y lloraba, implorando que se quedara a su lado.Pero en aquella sala todos sabían que aquella chica no tenía futuro. Las culpas de sus equivocaciones se la estaban llevando lentamente.Una semana después, a mitad de la noche del primer día de luna llena, Adeline logró escapar de la Casa Principal (el único que la cuidaba era Gost y se encontraba dormido, vencido por el cansancio).Logró caminar hasta un acantilado, en medio de una alucinación, donde caminaba al lado de Ben. En esos días, él había estado apareciendo y conversando con ella, pidiéndole que pagara el precio por su traición.Aquel Ben que le exigía la muerte, le pidi
En la casa cerca del bosque estaban depositados todos los recuerdos de Dober cuando era solo un niño y el doctor Ramson lo llevaba allí para que pudiera relajarse. Dober amaba ir allí y jugar con su gran amigo Magnus (un perro).Pero todo acabó cuando su padre se enteró que el chico dejaba de entrenar en vacaciones, lo obligó a hacerlo en su presencia y así, poco a poco, fue dejado de visitar la casa en el bosque.Pero nadie, nunca, llegó a enterarse de aquella casa en el bosque.Pero ahora que su querida unión podría resguardarse allí y poder esperar a que todo aquel caos pasara. Ahora Hiz podría pasar sus días de maternidad sin que su vida o la de su bebé estuvieran en peligro. Ella amaba la naturaleza y esa casa era enorme, rodeada de muchísimos árboles. El patio le daba una enorme vista del bosque y si uno se adentraba al bosque pod&i
Era como regresar de cierta forma a su infancia, donde pasaba largas horas en el bosque.Tal vez Dober tenía razón y el mudarse por un tiempo a la casa del bosque era buena idea, para que pudiera relajarse.Después, cuando las mujeres se despertaron, llamaron a Hiz para que desayunara y se sorprendieron al verla despeinada, con el vestido algo sucio y el rostro acalorado por la larga caminata.—¿Qué estabas haciendo? —preguntó Dane, con el pocillo de café en una mano, paralizada por ver a su amiga en aquellas fachas.—Ah, estaba paseando por el bosque con Magnus —respondió Hiz, sentándose a la mesa y comenzando a tomar una taza de leche caliente—. Ah, está muy rica.A su madre le tranquilizó que Hiz estuviera de mejor semblante. La única que seguía preocupándole era Anny, que se había vuelto muy callada desde la mue