Sin ser capaz de percibir ningún otro sonido aparte del de los latidos de su corazón, Eric observa la camisa de su padre empapándose de sangre a causa de los disparos. Disparos que él le ha propinado, algo que puede decir que ha sido instintivo, ya que al ver a Sofia en peligro no fue capaz de pensar en otra cosa que en salvarla. Incluso cuando eso ha significado elegirla por encima de su propio padre, una elección que ya sabrá en el futuro si fue la correcta.—¡Eric, Eric, tenemos que irnos, reacciona! —grita la mujer sacudiéndolo para lograr que salga del sopor en el que se ha sumergido.—¿Q-qué? —murmura el Detective reaccionando, pero siendo capaz de escuchar solo las ultimas palabras de su compañera.—¡Tenemos que irnos, los tiradores van a encontrarnos en cualquier segundo, y la policía ya debe estar de camino! ¡Si no nos apresuramos no llegaremos a irnos! —anuncia Sofia exponiéndole la n3cesidad de no perder ni un minuto más.A pesar de comprender lo que su compañera le señala,
—Acabamos de recibir una trágica noticia, el Comisario Gastón Ramos ha fallecido en cumplimiento del deber, este intachable agente de la ley ha sido asesinado por una prófuga de identidad desconocida, y aunque suene extraño, por su propio hijo, Eric Ramos —anuncia el conductor de un programa de noticias con una expresión de pena.—Es simplemente horrible escuchar esto, pero es la cruda realidad que estamos viviendo. El Comisario había desplegado un operativo para atrapar a estos fugitivos, sin embargo estos… criminales lograron escapar, no sin antes cobrarse la vida de este… héroe y otros agentes —continúa una periodista meneando la cabeza con decepción, como si fuese algo que incluso el decirlo le produjese rechazo.—¡Mentirosos! —farfulla Eric enojado apagando el televisor y dejando el control remoto sobre la cama de la habitación de un motel que alquilaron.—Los periodistas nunca dicen la verdad, o la tuercen a su beneficio. Y de ahora en más podrás ver como cada canal presentará a
—Sigo considerando que esta no es la mejor idea… —murmura Eric al estacionar un elegante Mercedes frente a una blanca mansión de estilo victoriano.—Tenemos que llegar a Rinaldi, y esta es la mejor forma de hacerlo. De hecho es una gran ventaja para nosotros que esté dando este baile —declara Sofia mirándose en el espejo para asegurarse de estar bien arreglada.—No tendremos otra oportunidad como esta en mucho tiempo, así que es mejor no desaprovecharla —aconseja Emma sintiéndose algo extraña con el vestido de satén azul que ha tenido que vestir para entrar también a ese evento.—¿Y en serio crees que lograrás captar su atención en medio de tanta gente? —cuestiona el Detective tamborileando los dedos en el volante del auto con nerviosismo.—Tengo mis formas, ya lo sabes. Y mientras yo lo mantengo ocupado, tú con Emma buscarán la información que necesitamos —indica la mujer esperando estar a la altura de lo que las circunstancias le exigen.—Siempre y cuando logremos distraer también a
Al ubicar a Rinaldi, Sofia se acerca lentamente observando la bella mujer morena de vestido dorado que lo acompaña mientras él habla con varios hombres con aires de grandeza. Rebuscando en su bolso disimuladamente, saca entre sus dedos un pequeño gotero.—¡Oh, querida, tanto tiempo sin vernos! —salida Sofia abrazando a la sorprendida mujer que con incomodidad acepta el saludo.—¿Nosotras nos conocemos? —pregunta la morena sintiendo el peso de las miradas de todo el grupo que ha guardado silencio.—No me digas que ya no me recuerdas, pasamos una noche increíble en Miami, debo confesarles que terminamos nadando desnudas en la playa. Algo que puede resultar vergonzoso para algunas personas, pero a mí me resultó muy divertido, y si mal no recuerdo a ti también querida —relata la rubia con tono divertido, viendo como la mujer se toma de un sorbo el contenido de su copa.—Yo…hum… con permiso… —se disculpa la mujer apresurándose hacia el baño al sentir una revolución en su estómago..—Oh,
—Señor Rinaldi, debe calmarse… esto puede solucionarse de otra manera… no hay necesidad de hacer una locura —declara Emma levantando las manos a la vez que intenta que la voz no le tiemble demasiado.—Solo hay una forma de solucionar esto, es increíble que crean que pueden engañarme solo con una sonrisa bonita y un lindo trasero. No he llegado hasta donde estoy por ser fácil de engañar —indica el mafioso con aire de superioridad, tratando de determinar si esa gente viene de parte de la policía o de uno de sus rivales.—Señor, no estamos aquí para perjudicarlo, yo solo quiero saber qué pasó con mi hermano, con Arturo Ramos, él tenía conexión con usted y terminó muerto en circunstancias que no son claras —confiesa Eric apartándose de la caja fuerte en un intento por evitar que Sofia salga lastimada.—Ese es terreno pantanoso, muchacho. Si hubieses sido inteligente te habrías mantenido lejos de ese asunto, pero ya es tarde para que tomes esa decisión —declara Rinaldi arrugando la frente
—¡Rinaldi está muerto, dos disparos en el pecho! —anuncia Sofia entrando en la habitación del motel con un par de vasos de café y un periódico en la mano.—¿Qué? ¿Cómo es posible? Estaba vivo cuando nos fuimos —exclama Eric tomando el periódico para ver la noticia que habla de la muerte y tortura del empresario al encontrarlo con un abrecartas atravesándole la mano.—Lo estaba, pero quizás llegó un contrincante y aprovechó la oportunidad, o no lo sé, aunque no me importa tanto que esté muerto, sino que se llevó lo que sabia a la tumba —refunfuña la mujer sentándose en la cama dando un largo sorbo a su café para tragar esa mala noticia.—¿Y si lo encontró esa gente a la que tanto temía? ¿Crees que ellos ya sepan sobre nosotros? —interroga el Detective con una expresión de alarma ante la posibilidad de tener que enfrentar a esa gente que incluso atemorizaban a un Jefe de la mafia.—No, si hubieran sido ellos habrían echo desaparecer el cuerpo —indica Sofia desestimando la idea rápidamen
—Espero que ya que hemos contado con su presencia, pueda acompañarnos en este recorrido, me gustaría escuchar de usted mismo cómo ha logrado llevar adelante este lugar —pide Sofia casi en un ruego poniendo su mejor sonrisa persuasiva para conseguir su propósito.—Creo que podría tomarme un descanso del trabajo —acepta Pacheco con una media sonrisa enlazando su brazo en el de la visitante.—¡Oh, pero que honor! ¡No perdamos el tiempo entonces! —exclama la seductora mirando a Martha que sorprendida ante la inesperada compañía de su Jefe tarda unos segundos en reaccionar y conducirlos hacia el patio en donde se escuchan los gritos y risas de los niños.—Desde que he entrado no he podido evitar preguntarme cómo logra llevar todo esto adelante, ya el mantenimiento del edificio ha de ser un gran gasto —pregunta Santiago caminando al lado del Contador para evitar que se forme demasiada intimidad entre él y Sofia.—Como todo en la vida solo demanda una buena administración, si bien contam
—¿Qué es lo que has conseguido? —pregunta Sofia a través del teléfono en el baño del Café al que han ido para ver la información que han conseguido.—Nada, esa mujer está limpia, tiene un historial perfecto dentro de la fuerza. Así que es la encarnación de la Justicia, o es muy buena cubriendo su rastro, supongo que eso lo dejo a tu criterio —responde Emma desde su puesto de trabajo, habiendo husmeado en cada base de datos que ha estado a su alcance.—Me inclino más por la segunda opción, por alguna razón siento que sería un gran error confiar en ella, y mi instinto nunca se ha equivocado. Simplemente no me trago su papel de buenita —murmura la seductora mirándose al espejo con seriedad, tratando de hallar algo a lo que aferrarse para justificar su desconfianza.—Puede que solo se trate de una cuestión de piel, o de rivalidad, una no suele llevarse bien con la ex pareja del hombre al que está conociendo —señala la amiga con un tono burlón en la voz, estando al tanto de las implicancias