La tensión en la mansión era palpable al día siguiente. Aunque la seguridad se había duplicado, Samer no estaba satisfecho. Sus movimientos eran rápidos y calculados, como si su mente estuviera varios pasos por delante de los demás. Mientras tanto, Agatha intentaba mantener la calma, pero el mensaje de Jaber rondaba en su cabeza como un eco persistente.—¿Qué haremos ahora? —preguntó Agatha mientras lo observaba revisar documentos en el despacho.Samer levantó la vista, sus ojos oscuros reflejaban la intensidad de su determinación.—No podemos esperar a que Jaber ataque de nuevo. Debemos adelantarnos. Estoy contactando a alguien que puede ayudarnos.—¿Quién? —preguntó ella, su curiosidad mezclada con preocupación.Samer se inclinó hacia atrás en su silla y exhaló con lentitud.—Un viejo amigo. Alguien que conoce los movimientos de Jaber mejor que nadie.Antes de que pudiera explicar más, el sonido del timbre resonó en la mansión. Samer se levantó de inmediato, haciendo un gesto a uno
El reloj marcaba la medianoche cuando Samer y Khaled se reunieron con el equipo en un almacén abandonado en las afueras de Dubái. Los hombres, vestidos de negro y armados, revisaban mapas y comunicadores mientras Khaled exponía el plan.—La información que tenemos sugiere que Jaber está utilizando esta ubicación como uno de sus escondites. Es posible que no esté ahí, pero si lo está, debemos actuar rápido —dijo Khaled con firmeza, señalando un punto en el mapa.Samer observó a su equipo con atención.—No hay margen para errores. Si alguien ve algo fuera de lugar, informa de inmediato. Quiero a todos de regreso con vida.Los hombres asintieron, y el grupo se puso en marcha en silencio.---Mientras tanto, en la mansión, Agatha caminaba de un lado a otro en la habitación. Había intentado leer, escuchar música, incluso meditar, pero nada conseguía calmarla. Cada minuto que pasaba sin noticias aumentaba su ansiedad.Finalmente, decidió bajar a la sala. Amir estaba ahí, vigilando las cámar
La mansión estaba sumida en un silencio tenso mientras los hombres de Samer se recuperaban de la emboscada. Los médicos atendían las heridas de los miembros del equipo, mientras otros revisaban armas y estrategias. Agatha permanecía junto a Samer, quien, a pesar de su cansancio, estudiaba un mapa extendido sobre la mesa del salón principal.—Esto no puede seguir así —murmuró Agatha, rompiendo el silencio.Samer levantó la vista hacia ella, su rostro endurecido por la frustración y el agotamiento.—No voy a detenerme ahora, Agatha. Jaber debe pagar por lo que ha hecho.—Lo sé, pero me preocupa lo que esto te está haciendo. No solo a ti, sino a todos nosotros —respondió ella, su voz cargada de preocupación.Samer se acercó y tomó sus manos.—¿Crees que no pienso en eso? Cada decisión que tomo es para protegerte, para protegernos.—Y si algo te pasa a ti, ¿qué nos queda? —preguntó ella, sus ojos brillando con lágrimas contenidas.La pregunta lo golpeó con fuerza, pero antes de que pudier
El aire era denso alrededor de la mansión. Mientras Amir y Agatha revisaban las cámaras en busca de movimientos inusuales, un extraño zumbido interrumpió el silencio en la sala de monitoreo.—¿Qué es eso? —preguntó Agatha, inclinándose hacia la pantalla.Amir frunció el ceño, escribiendo rápidamente comandos en el teclado.—Es una interferencia... alguien está intentando hackear nuestro sistema.Agatha sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.—¿Es Jaber?—Probablemente. Pero no se preocupen, nuestro firewall es robusto —respondió Amir, aunque su tono no era del todo convincente.Las cámaras comenzaron a parpadear y, por unos segundos, todo se quedó en negro. Agatha se aferró al borde de la mesa mientras Amir trabajaba frenéticamente para restablecer la conexión.—¡Lo tengo! —exclamó Amir aliviado, justo cuando las imágenes regresaron a las pantallas.Pero lo que vieron les heló la sangre. Tres figuras vestidas de negro se movían sigilosamente cerca del perímetro sur, esquivando las cá
La noche había recuperado su calma aparente, pero la tensión seguía palpable en el aire. Agatha caminaba junto a Samer por los pasillos de la mansión, sus pasos resonando como un eco sordo de las emociones contenidas. Aunque los intrusos habían sido neutralizados, ambos sabían que el incidente era solo el comienzo de algo más grande.—¿Crees que realmente fue Jaber? —preguntó Agatha, rompiendo el silencio.Samer respiró profundamente, sus ojos fijos en el horizonte, como si estuviera buscando respuestas entre las sombras.—Es su estilo, pero... —se detuvo, girando para mirarla directamente—. Siento que hay algo más. Esto no fue un ataque cualquiera.Agatha frunció el ceño, confundida.—¿Qué quieres decir?—La precisión, el equipo que llevaban, incluso la forma en que intentaron desestabilizarnos. Esto no es algo que Jaber haría solo por venganza. Tiene que haber alguien más detrás.Agatha tragó saliva. La idea de que hubiera un enemigo más grande e invisible la inquietaba profundament
El amanecer llegó con una inquietante calma, como si el día estuviera conteniendo la respiración antes de que algo importante ocurriera. La mansión estaba en silencio, pero cada rincón de la propiedad rebosaba actividad. Khaled había movilizado a todo el equipo de seguridad, reforzando las entradas, revisando cada centímetro en busca de posibles vulnerabilidades.Agatha observaba desde una ventana mientras varios guardias armados patrullaban los terrenos. Su corazón estaba dividido entre la preocupación y la frustración. Aunque entendía la necesidad de todas esas medidas, no podía evitar sentirse prisionera en un lugar que antes había sido su refugio.—¿En qué piensas? —preguntó Samer desde detrás de ella, con su voz profunda y cargada de preocupación.Ella giró lentamente para mirarlo.—En lo rápido que todo esto se salió de control. Parece que estamos viviendo en una película de acción.Samer dejó escapar una leve sonrisa, pero sus ojos permanecieron serios.—Desearía que fuera una
El sonido de pasos apresurados resonaba por los pasillos de la mansión mientras Samer buscaba a Khaled. Su rostro era un mapa de tensión, sus pensamientos girando como un remolino descontrolado. La llamada no solo había encendido todas sus alarmas, sino que también había tocado una fibra que creía imperturbable: el miedo de perder a Agatha.Finalmente encontró a Khaled en la sala de seguridad, revisando las imágenes de las cámaras. Los monitores mostraban diferentes ángulos del perímetro, con los guardias en constante movimiento.—Khaled, tenemos un problema —dijo Samer sin rodeos, entrando con determinación.El jefe de seguridad levantó la mirada de las pantallas, notando de inmediato la gravedad en la voz de su jefe.—¿Qué sucedió?Samer respiró hondo antes de responder.—Recibí una llamada. Era una amenaza directa. Van por Agatha.Khaled se levantó de inmediato, sus músculos tensándose.—¿Pudiste rastrear la llamada?Samer negó con la cabeza.—El número estaba bloqueado. Era alguie
La madrugada se filtraba por las ventanas de la mansión mientras el ambiente continuaba tenso. Samer no había dormido ni un segundo, y su mente estaba consumida por estrategias y escenarios posibles. Khaled estaba en la sala de seguridad, coordinando los movimientos del equipo, mientras Agatha permanecía en su habitación, aún ajena a la magnitud de la amenaza que los rodeaba.Samer entró en su estudio, cerrando la puerta detrás de él con un suave clic. Sobre la mesa descansaba su teléfono, y tras un momento de vacilación, marcó un número que no había usado en años.—¿Samer? —La voz al otro lado de la línea era grave y tranquila, pero había un tinte de sorpresa.—Necesito tu ayuda, Omar —dijo Samer sin rodeos, sus palabras cargadas de urgencia.Omar, un viejo amigo de su época más oscura, era conocido por su habilidad para resolver problemas de la manera más... definitiva. Aunque Samer había dejado ese mundo atrás, sabía que en este momento necesitaba alguien que pudiera actuar sin esc