Jaladi estaba preocupada. El reino estaba alterado. La reina estaba calmada.—Así que huyo, ¿no?— se burló TelesSu voz le había llegado de atrás tomándola por sorpresa.Trato de relajar su rostro antes de voltearse.Coloco sus manos en su cintura —¿deseas algo?—La princesa ha desaparecido. Ya van dos días.Un odio recorrió los ojos de Jaladi. Su amiga no había huido. Ella no lo haría. Al menos no sin contárselo a ella primero.—No deberías hablar así de tu reina—Futura reina,—le corrige la otra — Ahora mi soberana, es mi reina UlaElla rueda los ojos, un gesto casi involuntario —¿no tienes otro lugar al que presentarte?Teles se endereza y sus ojos verdes son fríos hacia ella —Cuida tus acciones— le advierte — eres la mejor amiga de la princesa, pero no eres intocable. Yo, —se señalo — en cambio, soy la hija del jefe de la guardia real de la reina. Vigila tu lengua—le advirtió—Mi lengua está bien, y agradece tu interés— sonríeAquellas palabras soltadas con aburrimiento la ponen c
La reina Ula era el temor del mar. El rumor de su magia, sus hechizos y lo potente de estos recorría el reino llenándolos de respetos hacia ella.Miedo, era la verdadera palabra clave aquí.El hecho de que Kaia hubiera desaparecido traía como consecuencias dos cosas. La primera, podría plantearse la posibilidad de reinar para siempre si esta no apareciese, quizás tener un hijo, otro heredero que no fuera ella. Y la segunda opción, es que eso mostrara la voluntad de la reina como algo risible. Lo que ella decía era ley, y el hecho de que la princesa escapara era como ir en contra de los deseos de la reina. Aun cuando ella misma había anunciado el hecho de un compromiso.La reina Ula no dudaba de que aquella niñata solo lo hubiera hecho para fastidiarla. A ella y a sus planes. Quizás Kaia haría lo que fuera para evitar el compromiso, aunque ella no creía que realmente no aparecería pronto. Seguramente estaría un par de días, o hasta semanas afuera, si le daba algo de crédito, segurament
Habían pasado tres semanas. Sería una mentira decir que James no se había acostumbrado ya a la presencia de Kaia en su habitación. Después de todo, solía verla todo el tiempo. Antes de acostarse a dormir tendía a bajar la cortina para taparla por completo, pero habían veces en que se le había olvidado y se había despertado con la sensación de que alguien lo observaba. Específicamente; ella. Se reprendió a sí mismo un par de veces por permitirlo, por permitirle siquiera a alguien observarlo mientras él estaba en un estado tan indefenso como lo era el sueño. Él se había olvidado de taparla, el suponía que se debía a que veces era fácil olvidarse de la presencia de Kaia en la habitación, ya que la chica nunca hablaba. No decía absolutamente nada. Aun así, James solía descubrirla por las mañanas como un acto de piedad, solo para que aquella sirena no pasara todo el tiempo en la oscuridad. Y cada mañana ambos se dedicaban miradas de fastidio mutuamenteCasi como si los ojos de Kaia le e
La famosa noche de la fiesta había llegado. En la gran ciudad de Nueva York, las fiestas elegantes y despilfarradoras de dinero eran bastante común de ver. Y mucho más entre la gente de elite, como lo era James Blake. Y vaya que el ofrecía una de esas famosas fiestas descritas, realizada todos los años y en toda su gloria. El no escatimaba en gastos. Solo lo mejor se serviría esta noche en su mesa, y solo lo más lujoso se exhibiría en su salón.« En algo se tiene que ir tanto dinero » pensó el muchacho mientras se ajustaba el botón de su manga.Una vez listo se miro en el espejo del baño admirando su reflejo. Quizás… no reconociéndose en él.Objetivamente hablando, James era bastante atractivo. Alto y de ojos azules. Ante los ojos de cualquier mujer era un sueño dorado, el gran premio a obtener. Un trofeo único para cualquier chica. El era aquello que muchas quisieran presumirle al mundo.¿Pero cuanto valía James Blake bajo sus propios ojos?Escucho unos golpes en la puerta.Parpadeo
James había estado pensando en Kaia desde que era niño. Lo hacía incluso desde mucho antes de siquiera conocer su nombre. Y aun así, había estado soñando con ella. había deseado tenerla a toda costa, y ahora... la tenia.Sus ojos recorren la mejilla de la sirena, el corte es notorio. Una belleza marcada. ¿Cómo era posible que ni siquiera un corte notorio en el rostro la hiciera lucir menos atractiva?« Ni siquiera un poco » pensó « La belleza viene de adentro, no de afuera » se recordóSi tan solo ella le diera motivos para sospechar que era un monstruo por dentro esto seria mucho mas fácil. Sus frases no estaban sirviendo de mucho todavía.Kaia solo había demostrado piedad hasta ahora. Pudo haberlo matado cuando este tuvo la estúpida idea de entrar en el agua con ella; y no lo hizo.« Pero lo intento » se recordó. Él no debía olvidar eso.No debía dejarse nublar por estos nuevos sentimientos jamás antes descubiertos.El había tratado de acceder a una tregua, a que ella le explicara
James había cuidado de ella dos semanas completas. Era diligente con su trabajo, con referente a todo lo que requería alimento y cuidado. De alguna forma el pensaba que complaciéndola obtendría mas de sus palabras. Kaia, por otra parte, pensaba que al abrirse un poco más hacia el ganaría su confianza, quizás solo la suficiente para hallar pistas sobre este lugar y sus posibles salidas. Conversaciones inofensivas que escondían la verdad.El juego había iniciado.Ambos se creían los listos aquí. Sin saber, que cada quien estaba dando algo, porque ambos querían algo a cambio.La libertad, una sola verdad.-Una semana -más le prometió el chico – luego estará instalado todo de nuevo, y podrás estar mas a gusto. – él nunca lo admitiría, pero estaba gastando mucho dinero al tratar de acortar el tiempo para la reconstrucción de aquello.La sirena le respondió con un leve asentimiento. Luego de que Kaia le hablara por primera vez, el, nuevamente, le había pedido revelaciones sobre aquella noch
-¿Por qué quieres ir a verlo?-Es el único que quizás tenga pistas más claras que nosotros.-¿Tu crees?-Es el único a parte de nosotros dos que la esta buscando. El nos puede decir sus avances, y nosotros los nuestros. Unir fuerzas para acortar caminos y ahorrar tiempo.-Te odia, -le suelta Jaladi diciéndole lo obvio -¿acaso lo olvidas?-si- acepta Dorian – pero no odia a Kaia.Jaladi hace una mueca escéptica-Y además- sus ojos verdes se fijan en ella – algunos dicen que tengo un don para hablar con el mundo -sonríe – la gente lo llama…-mueve sus manos fingiendo atraer la palabra hacia si - carismaJaladi puso los ojos en blanco – deja de jugar – le pide– que seas el hijo de un lord de la corte no te garantiza la vida ante un centurión-Kit nos ayudara- le aseguro rápidamente-No le agradas – dijo Jaladi mientras lo detenía del brazo impidiéndole irse – no lo hacia antes, no lo hará ahora-¿Dudas de que puedo apelar a su extraño, raro y deforme corazón?-Eres el prometido de Kaia.-
Teles se hallaba confundida. Pero quizás esto podía usarlo a su favor.¿Qué hacían Dorian y Jaladi reunidos?Los estaba observando desde lo lejos, no podía escuchar lo que hablaban, pero sí que podía ver su cercanía.Últimamente los había visto más juntos que nunca. ¿Cuándo siquiera se habían conocido?Ella sabía que ambos podían tener intereses comunes por encontrar a Kaia, pero… aun así… ¿eso era suficiente para unirlos tanto? ¿Tanto como ahora parecían estarlo?¿O es que acaso se escondía algo más allá en toda esa amabilidad?Un paso en falso, y ella podría aprovechar la oportunidad para ser una heroína y delatar a los traidores. Una traición al corazón era lo mas bajo y deplorable que podía hacer una sirena. Se supone que el amor era algo apreciado y verdadero bajo el mar. Ella solo esperaba verlos caer a todos ellos.Su corazón estaba corrompido, y mientras la envidia la llenase, ella jamás podría volver a ver la luz de su propio corazón.***-¿y? ¿Qué tal te fue?- los ojos cast