Ya habían pasado varias horas desde que aquella noticia había azotado su vida cuál tormenta ante la luz del sol. Todo ese tiempo se había mantenido encerrada en su habitación tratando de asimilar todo lo que era ella en verdad. Aún seguía derramando lágrimas, pero no era suficiente, necesitaba alguien que la entendiera, que no la mirara con lastima y supiera cómo consolarla. Y los únicos que llegaban a su mente era el Clan FireFriend, nadie mejor que ellos podía entender el dolor que producía el abandono y el maltrato de quienes deberían amarte antes de siquiera llegar al mundo. Si ellos no eran capaces de darle el ánimo que necesitaba nadie podría hacerlo.
Pero para su desgracia no podía estar con ellos, ya que la que decía ser su madre le había prohibido salir hasta que dejar&aacu
Los FireFriend ya estaban por dormir cada grupo en su respectiva casa. En la casa principal vivían Kader, Felicíe, Colette, Tessa, Ethan y el pequeño Karim. Los niños ya estaban profundamente dormidos mientras que los adultos ya iban para ese rumbo, a excepción de Kader, quien no dejaba de preguntarse cómo estaría la Cobra en ese momento, para luego regañarse por estar pensando tanto en ella. Pero la verdad es que era algo que no podía evitar, sentía un extraño interés hacia ella, decía que era algo similar a lo que le pasaba con cualquier miembro del Clan. Pero en su interior sabía que no era verdad y lo confirmó con el hecho de casi matar a un hombre, cuando había jurado que jamás haría algo así. Una promesa que olvidó por escasos segundos al tener a ese maldito frente a él, quería hacerlo pagar por lo que le había hecho a los suyos y demostrarle que con su Cobra nadie se metía.
- Claro, había olvidado que ahora que ya cumpliste con tu objetivo ya no te hacíamos falta - espetó herido - es bueno saber que por fin nos libramos de ti -Con esas palabras intentó ponerse de pie para apartarse de ella. Pero Maia no se lo permitió, en vez de eso afianzó más su agarre en su cuello y cintura, y acercó sus rostro para que no pudiera evitar su mirada.- No digas tonterías Caramelo, te dije que se acabaría está farsa de fingir ser novios solo para molestar a los demás, mas no que se estaban librando de mi - pocas veces se sentía tan nerviosa como en ese momento - sé que no soy la mejor de las personas, que los he humillado y les he causado mucho problemas. Pero tienes razón, además de ustedes no tengo a nadie más, ustedes son los
"No es posible" _ se negó a aceptarlo - Si si, tal como te lo imaginas - le dio la razón a sus pensamientos - durante mucho tiempo creí estar enamorada de Kader - - ¿Pero cómo pasó eso? - Maia no lograba entenderlo - Cuando eres joven y pasas demasiado tiempo con dos jóvenes apuestos es normal que tus sentimientos se confundan - le explicó - ¿Y qué hiciste para descifrar lo que sentías? - le preguntó - Kader me ayudó - respondió perdiéndose en sus recuerdos - tal vez te sorprenda saberlo, pero después de mucho pensarlo elegí a Kader, pensando que por ser de mi edad era la mejor opción - - ¿Pero qué le dijiste, cómo reaccionó él, que pasó? - tal vez ya se había vuelto igual de preguntona que Kader, pero era necesario - Cuando le declaré mis sentimientos él me preguntó por qué lo había elegido a él - le explicó - yo le respondí que era porque con él me sentía cómoda, feliz, en confianza. Le dije que me gustaba por su forma de ver las cosas, por como me cuidaba y por lo leal que er
Las semanas fueron pasando y el Clan FireFriend estaba por más ocupado. Por un lado estaban los cuidados que debían de tener a la hora de llevar a cabo sus trabajos, ya que habían notado que alguien estaba detrás de ellos. Por ello estaban buscando la manera de salir de la ciudad lo más pronto posible, pero sin llamar la atención. En eso, Maia estaba siendo de mucha ayuda, ya que con sus contactos era ella quien les brindaba los medios y los nuevos datos que requerían. Ellos a su vez le demostraban su agradecimiento reuniendo todas las pruebas necesarias que mostraran la culpabilidad de la familia Paris sobre la muerte de su madre biológica, al igual que del resto de su familia. Eso era lo que sin duda tenía en alerta a Maia y entre más descubría más se aterrorizaba de la clase de personas que la habían criado y lo peor para ella es que toda su vida había andado por el mismo camino que ellos. Pero estaba segura de que eso no seguiría así, solo necesitaba encontrar bases suficientes pa
- ¿Desperdiciaron toda la comida de un mes, solo por un juego? - Kader se empezaba a indignar - Deja la amargura Caramelo, mañana mandaré a que les compren la despensa para todo un año - comentó Maia - Que seas rica no significa que puedas estar mal gastando el dinero en tonterías - la regañó - No es una tontería cuando eso implica la felicidad de los que me importan - dijo acercándose con firmeza - y si tengo que despilfarrar todo lo que tengo para tener un momento de alegría y paz con los míos no dudes en que lo haré - Esa eran la clase de cosas que alteraban las emociones de Kader y hacía que su corazón se confundiera al grado de ni siquiera saber cómo debía latir. ¿En qué momento esa chiquilla caprichosa e interesada se había convertido en la mujer que prefería a una banda de ladrones antes que a su dinero? No tenía una respuesta para eso, pero sabía que ese cambio en ella lo hacía feliz de una forma que no sabía cómo explicar. - No sé qué le hiciste a la Maia que conocí, pero
Eso era más que suficiente. Tenían un plan, tenían una motivación y lo más importante, se tenían a ellos. Kader no podía negar que las palabras de la Cobra habían hinchado su pecho de orgullo y de algo más que no sabía cómo describir, o al menos no estaba dispuesto a aceptarlo. Pero lo que hizo enseguida bien podía dar una idea de lo que estaba sintiendo, dio dos pasos hacia ella, tomó su rostro entre sus manos y sin más la besó. Fue un beso suave, tierno y fugaz, pero con eso bastó para llenar sus corazones incluso por los próximos siglos.- Ya la oyeron chicos, ese bebé nos necesita y no le vamos a fallar - llamó la atención de los demásY con eso todos se movilizaron dispuestos a acatar cada orden que se les
Eran las tres de la mañana y alguien tocaba a la puerta. Kader no tardó en despertar, lentamente y con pistola en mano se dirigió a la puerta donde se encontró con una muy sonriente Maia, que lo miraba ansiosa, tierna y hasta nerviosa.- ¿Qué haces aquí Cobra? - preguntó soñoliento- Viene para llevarte a un lado - le respondió- ¿Ahora? - cuestionó- Si ahora, así que ve a vestirte que se nos hace tarde - ordenó mirando su pecho descubierto- Maia, son las 3 de la mañana, ¿A dónde podríamos ir a esta hora? Además no creo... -Iba a decir algo m&aacu
Pronto llegaron a las afueras de la ciudad, donde había una casa humilde, pero amplia y con un terreno increíblemente espacioso. Maia se estacionó en la entrada y junto a Kader se acercaron a la puerta. El camino a ella era un poco largo, por lo que Maia tuvo tiempo para pensar en lo que estaba haciendo y saber que era necesario dar un pequeño preludio para preparar el terreno. Por esa razón se detuvo a unos pasos de la puerta y se giró para mirar a Kader a los ojos.- Sé que la forma en la que nos conocimos no fue la mejor y que a lo largo de estos meses he hecho cosas que les han afectado - jugó con sus dedos nerviosa - pero quiero que sepas que me arrepiento. Lamento haberte metido en mis absurdos caprichos, lamento haber usado a tu familia para ello y también lamento haberte mentido. No sé lo que vaya a pasar después de esto,