Capítulo XXXIII

Erick salvando la vida de Ricardo.

Melinda Milet.

MI padre me miraba de forma continua, y mientras que se servía una taza de algo que nunca supe que era, me miraba con ternura, pero sin desesperarse, yo por el contrario quería saber cada uno de los detalles, quería saber que era aquello que había sucedido, el por qué había sucedido y como era que terminaron odiándose de esa forma.

–Sé que tienes muchas preguntas, –al fin mi padre se sentó en una de las enormes butacas que había en la sala, a pesar de estar solos, se sentó lejos de mí, creo que no quería decir del todo aquello que me iba a confesar –pero vamos a ir poco a poco, primero tienes que saber, que la forma de salvar de tu padre es muy compleja, Erick me salvó de una muerte lenta, e incluso fue a la primera persona que consideré un amigo de verdad, pero ya sabes esto de los lobos y los vampiros nos terminó separando de una forma muy graciosa la verdad…

–Padre, discúlpame, pero por favor no le des tantas vuel