A las nueve en punto de la mañana siguiente, Anna y Sandrine salían del palacio y caminaban juntas por el jardín en dirección a un hermoso kiosco.Decepcionada por no escuchar el violín de Keren aquella hermosa mañana, Anna soltó un suspiro y comenzó a andar más despacio.―Sandrine, ¿sabes algo de la princesa? ――Según lo que Sophie me dijo hace rato en la cocina, la princesa Keren no se ha despertado, lo cual, es algo muy extraño, pues al parecer, la princesa siempre se levanta muy temprano, ya sea para practicar el violín, o bien, simplemente para disfrutar de rocío matutino ―Decepcionada, Anna agachó la cabeza.La noche anterior, tras charlar con Zeth, había ideado un plan para hacerle saber que era ella quien estaba con su compañero, sin embargo, si ella no tocaba el violín, su plan se volvía inútil, por lo que comenzaba a pensar que tendría que planear otra cosa, pues por algún motivo que ella desconocía, el vínculo mental de los licántropos no funcionaba con Keren.―Mi señora,
Durante largo rato, ambas continuaron charlando alegremente.A Anna, le resultaba gracioso que ambas, se entendieran perfectamente, pues, de alguna forma, habían encontrado la manera de preguntarle a la otra sobre sus vidas sin ser demasiado obvias.Para la joven, saber más sobre la vida de su abuela estaba resultando enriquecedor, pues esta, le hablaba sobre su vida en su antigua manada y de como habían sido las cosas al ser la primera mujer beta registrada en la historia, pues Máximus, al conocer su historia, había establecido la ley que indicaba que las mujeres podían tomar un alto rango en una manada, e incluso, el puesto de alfa.Idylla, por otro lado, seguía preguntando por Alastor, por lo que cada vez que Anna respondía a sus preguntas o relataba alguna hazaña de su padre, la joven podía ver como los ojos de su abuela brillaban con nada más que orgullo.―Mi señora ―intervino Dante tras lo que fueron dos largas horas que, para ellas, fueron apenas algunos minutos ―Lamento mucho
Al reconocer la voz, Anna tragó saliva y muy lentamente se dio la media vuelta para clavar sus ojos en los verdes del hombre a sus espaldas.―Señor Vail, buenas tardes ―dijo Anna con torpeza―Buenas tardes, mi señora ―dijo Vail dedicándole una pequeña, pero profunda reverencia ―Lamento la indiscreción, pero ¿Podría decirme qué hace usted aquí? ――Traje a Sandrine para que pudiese visitar a su madre ―dijo Anna dirigiendo su mirada al pasillo al que Vail se disponía a entrar ― ¿Usted está aquí por ella? ――Sí ―dijo Vail con una amplia sonrisa ―Vine a darle las noticias a Aurora, la madre de Sandrine ―dijo antes de indicarles el camino hacia la cafetería ―Aurora cayó enferma debido al fallecimiento de mi hermano hace algunos años, ha estado aquí desde entonces ――Lo sé, me lo contó Sandrine ―dijo Anna ocupando su lugar en una mesa algo alejada de las demás, donde Dante, apartó una silla para ella ―Me dijo que, desde que había empezado a trabajar para Mendel, ella no había podido venir de
Al ver que el oficial no sabía como reaccionar, Vail soltó una risita.―No se preocupe, no diré nada ――Usted no es quien me preocupa ―dijo Dante entre dientes―Tampoco le diré nada al viejo ―Ante sus palabras, Dante no pudo evitar sonreír divertido antes de cederle el paso, por lo que, juntos, se apresuraron a alcanzar a Anna y a Sandrine, quien, tras visitar a su madre, lucía completamente diferente.Ahora, sus ojos brillaban y eran acompañados por una radiante sonrisa.―Mi cuñada, Aurora, vive en Aeris con su hermana ―dijo Vail tras subir al lugar del copiloto ― ¿Sabe cómo llegar oficial? ――No ―dijo Dante colocándose el cinturón ―Y supongo que mi GPS no funciona en Arcadia ――Por supuesto que no ―dijo Vail riendo ―Verá, Aeris es una pequeña y modesta zona residencial ubicada en el centro, si tomamos la ruta “M” desde aquí, llegaremos en veinte minutos ――De acuerdo ―dijo Dante echando andar la camioneta ―Le agradecería que me guiara ―Conforme avanzaban por la ciudad, Vail iba dá
―S-Sandrine… ―masculló Anna, quien parecía haber entrado en una especie de trance―Tranquila caramelito, t-todo estará bien, tranquila ―dijo Helen inspeccionando la herida de SandrineAturdida, Anna dirigió su mirada hacia la mujer que había intentado agredirla, y al reconocerla, sus puños se cerraron y sus colmillos comenzaron a sobresalir ligeramente.― ¡Eres una imbécil! ―rugió la mujer que Dante sujetaba ― ¿¡Para que te atraviesas!? ¿Por qué proteges a una farsante? ――E-Ella es… E-Es mi señora ―dijo Sandrine con dificultad― ¿Tú señora? ―preguntó la mujer con algo de burla en la voz ― ¡Ella miente! ¡Es una farsante! ――E-Es mi a-amiga… ――Por la diosa, ¡eres una estúpida! ―― ¡Guarda silencio! ―le ordenó Anna a la mujer, la cual, enmudeció en el acto ―La única estúpida aquí eres tú Mikaela, no tienes idea de nada ―dijo con desprecioAnte el escándalo, los vecinos comenzaron a salir de sus casas para averiguar que era lo que había pasado, y con sorpresa, observaron como Mikaela lu
Ante la pregunta del niño, Anna sonrió y lo miró con cariño, pues de alguna manera, el cachorro le recordaba a su propio hermano.―Sí, Oliver, he venido a Arcadia para cumplir una misión y para limpiar el nombre de mi abuelo, el rey, Máximus Nicolaou, quien pronto volverá a reinar sobre los hombres lobo ―Durante un breve y angustioso momento, el silencio se apoderó del lugar, sin embargo, para alivio de Anna, pronto la gente comenzó a cuchichear emocionada, por lo que una sonrisa se dibujó en su rostro.Sin duda, había hecho lo correcto al confiar en la gente de Aeris.― ¡¿A dónde vas?! ―rugió una mujer, la cual, se apresuró a sujetar a Mikaela, quien había intentado acercarse a Anna―Puedes hablar Mikaela ―dijo Anna quedamente― ¡Princesa Anna! ¡Lo lamento tanto! ―gritó Mikaela apenas la orden abandonó su cuerpo ―Yo… ¡No tenía idea! Le juro que… ――No quiero tus falsas disculpas Mikaela ―dijo Anna débilmente―No son falsas, le juro que… ――Muchas veces te pedí que cualquier problema
Ante el comportamiento de Svein, el nuevo mayor de las fuerzas principales del rey, cualquier duda que quedase sobre la identidad de Anna, se desvaneció en el aire al instante. ―Sí Svein, estoy bien ―dijo Anna sonriéndole con amabilidad ―Gracias por venir ― ―Ma-Mayor Svein ―lo llamó Mikaela ―M-Me gustaría entregarme por haber apuñalado a una antigua compañera de trabajo ― ―N-No lo hizo ella sola, y-yo la ayudé ―agregó Jéssica, quien estaba al borde del llanto Algo receloso, Svein las observó atentamente antes de clavar su mirada en Sandrine. ― ¿Eso fue lo que pasó mi princesa? ―preguntó al centrar su atención en Anna ―Sí, eso fue lo que pasó Svein ―dijo Anna con simpleza ―De acuerdo, si es así ―dijo girándose a sus acompañantes ―Sander, Jack, arresten a las agresoras ― Ante la orden, los dos jóvenes asintieron, por lo que, sin tocarse el corazón, Sander esposó a Mikaela, mientras que Jack, esposó a Jéssica. ―Mayor, ¿habrá alguna forma de evitar que su excelencia y Mendel averi
Tras despedirse de Svein y de prometerse hacerle una pequeña visita a Mikaela a Lunett, Dante y Gael observaron un poco más la situación en la pequeña callejuela de Aeris.Tal y como habían prometido, los habitantes del lugar volvieron a sus asuntos mientras hablaban de otros temas, aunque Dante, estaba convencido de que apenas las puertas de sus hogares se cerraran, el tema de conversación de cada familia sería la aparición de la princesa licántropa en su distrito.―Vamos Gabriel ―dijo Dante al cabo de un rato ―No tenemos mucho tiempo, debemos volver al palacio en un par de horas ――Claro ¡Déjalo todo en mis manos! ―dijo Gael corriendo en la misma dirección que había visto que Anna y los demás habían seguidoAl entrar a la casa de Hanna, Dante se sentó junto a su compañera en un sillón en de la pequeña sala de estar, por lo que la joven. Al tenerlo a su lado, la joven no perdió tiempo y se acurrucó junto a él para poder descansar.Gael, por su parte, se puso manos a la obra para repa