Sin poder evitarlo, Armin soltó una risita ante lo escrito por la joven.― ¿Eres consciente de que este texto te podría costar un severo castigo? ――Sí, pero no importa, al menos estaremos todos juntos ―susurró Anna antes de dirigir su mirada hacia la puerta ― ¿Sí? ―preguntó haciéndole un gesto a Sandrine, quien se apresuró a cubrirla―Soy yo Anya, Idylla ―dijo la mujer con suavidad ― ¿Puedo entrar? ――Sí, pase por favor ―le indicó Anna apretando a Ares, quien también clavó su mirada en la puertaGracias a que Idylla abrió la puerta ligeramente, todos pudieron escuchar que la mujer le daba algunas indicaciones a Marianne antes de entrar a la habitación.Una vez que la puerta se cerró, Sandrine se apartó de su lugar, dejando a la vista a los dos hermanos Moretti.―Esto es con lo que necesito ayuda abuela ―dijo Anna con voz queda, pues la mujer frente a ella estaba completamente boquiabierta ―Este es mi hermanito, Ares ―dijo soltándolo para que Idylla pudiese verlo mejor ―Ares, ella es
―No tienes nada que agradecer ―dijeron Armin y Nero a la vez Ante la sincronía de los jóvenes, Anna e Idylla rieron, mientras que los lobos, compartieron una sonrisa. ―Por lo que veo, has hecho buenos amigos aquí ―dijo Idylla ante la lealtad que Nero y Sandrine habían demostrado aquella noche ―Sí, y también he fortalecido mis lazos con otros ―dijo Anna antes de abrazar a Armin ―Muchas gracias por apoyarme, te debo tanto… ― ―No podía dejarte aquí sola, terca ―le susurró el joven ―Armin, ¿el alfa Antón no se molestará contigo? ―preguntó Anna soltándolo para volver a su lugar junto a Idylla, quien acarició su cabello con cariño ―Aquel día en Loto de Luna, él no parecía muy contento con tu decisión ― ―Oh, papá estará furioso ―dijo Armin riendo ―Sin embargo, dado a que aún faltan un par de años para que me convierta en alfa, creo que aún puedo darme el lujo de ser algo rebelde ― ―Me gusta esa rebeldía ―dijo Idylla con una sonrisa ―Por favor, hábleme más de usted, joven alfa ― Ante l
Ante su propia pregunta, Anna jadeó y dirigió su mirada hacia Ares.―No pueden usarlo a él ¿verdad? ―le preguntó a Zeth poniéndose de pie de un salto―No, para ese ritual, el licántropo debe tener un don ―masculló Zeth―Zeth, dime por favor que no te refieres a Lykantropus Axenderé ―masculló Idylla sujetando el brazo de Anna, lo que la obligó a sentarse nuevamente a su lado―Me temo que es así majestad ――No… No, no ¡No! ―exclamó Idylla ―Tenemos que sacarlos a los dos de aquí ―dijo la mujer mirando a Anna y después a Ares, quien continuaba dormido sin enterarse de nada ― ¡No voy a permitir que les pongan un dedo encima! ――Tranquila majestad, yo tampoco lo permitiré ―dijo Zeth con firmeza ―Además, el anillo de Anna fue reforzado recientemente, difícilmente se darán cuenta de que se trata de ella ――Pero Zeth ――Tranquilas, Gael me informó que el alfa y el rey dejaron Arcadia con éxito, sólo debemos ser pacientes y esperar por ellos ―dijo Zeth con un tono que, por algún motivo, tranqui
» Ubicación: Sangre Protectora. «Temprano por la mañana, tras estirarse perezosamente, Alastor se levantó de su cama y caminó en dirección al pequeño balcón que había en su habitación. Con cautela y procurando no hacer ruido, abrió las cortinas que cubrían la puerta corrediza, lo que permitió que los pocos rayos de sol que ya se asomaban por el horizonte, iluminaran cálidamente el lugar.En silencio, el hombre abandonó la habitación y se apoyó en la barandilla para poder disfrutar de la vista que el mar ofrecía, sin embargo, no pudo evitar estremecerse ante el ardor que la sal del ambiente provocaba en sus heridas.―Debiste dejar que la maestra Desa te curara esas heridas ―dijo una voz detrás de él―Necesitaba un recordatorio, además, Desa curó lo necesario ―dijo Alastor soltando un suspiro al sentir las manos de su compañera recorrer su espalda con cautela― ¿Sabes? Esto sería mucho más sensual si nuestros cachorros no se interpusieran en mi camino ―le dijo Iva en un suave quejido c
Sentado en la oscuridad de su habitación, Dante observaba fijamente la pantalla de su teléfono. En ella, aparecía una fotografía suya y de su compañera.Había sido tomada algunos meses atrás, justo en el cumpleaños de la joven, la misma noche en la que ambos, se habían entregado por primera vez.―Anna… ―susurró antes de apagar su teléfono y lanzarlo a su mochilaPese a que la noche anterior había aceptado lo que el rey le había dicho, aún le costaba hacerse a la idea de que su compañera se había quedado atrás.¿O había sido él quien realmente había sido dejado atrás?No estaba seguro.Ambos, habían pasado los últimos meses juntos. Incluso en Arcadia, se las habían ingeniado para compartir momentos a solas, sin embargo, al despertar aquella mañana y no sentir el cuerpo de su compañera junto a él, lo hizo sentir vacío.Sí, ciertamente el último mes tampoco habían dormido juntos, sin embargo, como Anya y Damián, solían pasar gran parte del día juntos, cosa que aquella mañana no sucedería
― ¿Una maldición? ―preguntó Máximus confundido ― ¿Cómo es que sabes eso? ――Lo sé porque, hace no mucho, me pusieron la misma maldición a mí ―dijo Alastor suspirando con pesadez ―Es una maldición de ira incontrolable, un hechizo que se supone nos afecta sólo a nosotros, a los licántropos… ――Pero Alastor, eso es imposible, su excelencia no es un licántropo… ―intervino Ragnar―En realidad… Es posible que lo sea ―masculló Dante enderezándose en su lugar ―Selene nos dijo que habían matado a su primer lobo, Argider, aquel que nació de la humana y del rey Arsen, mientras que, Chaos, es hijo de Selene como lo serían sus lobos ―dijo mirando a Máximus y después a Alastor ―Lo cual, explicaría perfectamente el motivo del por qué Arioch tiene un don… ――Sí, bueno, esa conversación con Selene me la tendrán que repetir con más calma, sin embargo, he estado pensando en esa posibilidad desde anoche ―masculló Alastor― ¿Cómo te diste cuenta de la maldición en Arioch? ―preguntó Máximus ―Sé que dijiste
El viaje en jet de Gretza a Idania era relativamente corto, sin embargo, para evitar ser rastreados, Duncan y John optaron por tomar la ruta más larga, por lo que, para cuando llegaron al hangar privado de Adriano a las afueras de Wolfsong, era casi media noche.Continuando la ruta trazada, según John y Duncan, el camino más seguro que los llevaría al bosque Flor de Luna, era uno que rodeaba el valle, algo que Alastor lamentó, pues añoraba también aquella ciudad que lo había acogido de joven.Sin embargo, Alastor disfrutó cada minuto del viaje, pues la vista nocturna de aquel hermoso valle parecía estarle dando la bienvenida.―Y, aquí estamos ―dijo John deteniendo la camioneta en la que viajaban, justo frente a una tienda de conveniencia, la cual, debido a la hora, ya se encontraba cerrada―Duncan y yo trazamos una ruta segura para no ser vistos por los salvajes que vagan por este bosque, sin embargo… ――Creemos que usted podría guiarnos mejor ―completó Duncan por John ―Pero, si lo pr
Ante su juramento, pronto el cuerpo de Alastor se vio envuelto por una bonita y muy brillante luz de color blanco, provocando que la manada entera, aullara de alegría, lo que dibujó una ancha sonrisa en el rostro de Alastor.―Hijo ―lo llamó Nora―Lamento haberte preocupado mamá ―se apresuró a decir Alastor ―Fui descuidado… ――Lo importante es que estás en casa ―dijo Nora sorbiéndose la nariz ―Dime, ¿dónde están Iva y mis nietos? ―Ante la pregunta, Alastor suspiró, abrazó a su padre y besó la frente de su madre antes de responder.―Iva se ha quedado en Sangre Protectora por su seguridad, en cuanto a mi cachorra, ella eligió quedarse en Arcadia para proteger a la gente involucrada en mi fuga y en la de mi padre ―dijo Alastor señalando a Maoz, quien, al ser nombrado, se alejó de Damon y avanzó hacia ellosAnte el imponente andar de aquel lobo, todos los miembros de Loto de Luna comenzaron a arrodillarse, mostrando así, su respeto hacia el rey licántropo, quien, de hecho, superaba con cr