Cuando Dante se marchó, Alastor no tuvo que esperar mucho por la llegada del resto de sus aliados, por lo que comenzó a explicar los pasos a seguir a todos los presentes.Entre ellos, estaban los alfas Giovanni, Caden, Félix, Elías, Fallon, Andrea, Antón y aquellos reclutados por Basil, quienes eran los alfas, Henry, Ezra, Guy, Minoru y Pablo.Sumado a ellos, estaban los alfas Fazio, Luc, Rayner, Hoder, Stewart y Daiki.Todos y cada uno de ellos con sus respectivos guerreros.― ¡Príncipe Alastor! ¡Príncipe Alastor! ―comenzó a gritar un joven soldado que corría en su dirección por los abarrotados jardines del palacio― ¿Sander? ¿Hijo? ―preguntó Ragnar tras volver a su forma humana― ¡Papá! ―exclamó Sander, quien? por un breve momento, se olvidó de su misión y corrió a los brazos de su padre― ¿Estás bien? ―preguntó Ragnar sujetando el rostro de su hijo―Sí, tranquilo, estoy bien ―dijo Sander sonriéndole antes de girarse hacia Alastor, quien se acercaba a ellos con Máximus detrás de él
Con Anna y Gael inconscientes, y con una especie de tormenta azotando en el exterior, Alastor temió que Ares tuviera un ataque de pánico, por lo que decidió hablar con su cachorro hasta alcanzar a Dante.― “Cachorro, ¿me escuchas?” ―― “¿Papá? ¿Dónde estás?” ―preguntó Ares ― “Tengo miedo… Mi hermana no despierta…” ―― “Tranquilo hijo, ella estará bien” ―intentó calmarlo Alastor― “¿Dónde estás papá?” ―― “Estoy cerca, no temas, además, la tormenta pronto pasará” ―― “Vale” ―― “Dime, ¿qué haces justo ahora mi campeón?” ―le preguntó Alastor con cariño― “Ella, Emma y yo, estamos ayudando a mi abuela, aunque… Mis manos tiemblan mucho” ―― “¿Con qué estás ayudando a tu abuela?” ―― “Estamos ayudando a los heridos y repartimos vasos con agua…”― “¿Ayudas a tu manada y a la gente de Interlunio pese a la tormenta?” ―preguntó Alastor con genuina sorpresa, pues usualmente, su hijo se congelaba ante el estruendo de los truenos― “¡Sí!” ―exclamó Ares con emoción ― “Y también estoy ayudando a lo
Sintiéndose aliviado, Alastor soltó un suspiro.Si ejecutaba su plan y todo salía tal y cómo él esperaba, entonces tendrían una victoria limpia y con las bajas mínimas, aunque no por eso sería una victoria sencilla.― “¿Cómo está Gael?” ―le preguntó al joven― “Está mejor, acaba de despertar” ―― “Excelente” ―dijo Alastor con alivio ― “Escucha Emmet, voy a necesitar…”Interrumpiendo a Alastor, un fuerte estruendo resonó por todo el bosque de Diana, por lo que, de inmediato, el alfa abrió sus ojos y centró su atención en las hechiceras frente a él.Con una mezcla de fascinación y miedo, Alastor observó como Tabatha era envuelta por unas feroces llamas de color azul, las cuales, estaban unidas a un fino hilo que iba directamente hasta la mano derecha de Desa, cuyos ojos, estaban completamente en blanco.―Se acabo Tabatha ―dijo Desa con la voz ligeramente distorsionada al mismo tiempo que cerraba su mano en un puño, provocando que las llamas se redujeran a la dimensión de unas finas cuer
Ante la aparición del joven, Alastor soltó un suspiro aliviado.Lucía cansado, sí, pero estaba entero y deseoso por continuar luchando.Verlo así, de alguna manera, trajo a la memoria de Alastor el día en que él y Chloe habían llegado a su manada. Gael era un poco arisco y sobreprotector con todos aquellos a los que él apreciaba, le alegraba que al menos una cosa hubiese cambiado.― ¿Papá? ―lo llamó Gael―Sí, muchacho, vamos a terminar con el circo de ese infeliz ―dijo Alastor antes de clavar sus ojos en un reloj de pared detrás del joven ― ¿Ese reloj funciona? ――Sí ―dijo Anna débilmente al mismo tiempo que se sentaba en la orilla de la cama con la ayuda de Dante ― ¿Qué sucede? ¿Para qué necesitas a Emmet y a Gael? ――Solo dos horas…. ―susurró Alastor― ¿Hijo? ¿Qué pasa? ―preguntó Idylla con preocupación―Sé los explicaré en un minuto ―dijo Alastor dejando a su hijo en el suelo antes de sentarse junto a Anna, quien no apartó sus ojos de él ― ¿Estás bien mi pequeña? ¿Recuerdas algo de
Conmovido por la cercanía de sus hijos, a quienes les estaba costando hablar, Máximus asintió y apretó la cintura de Idylla para captar su atención.―Alastor estaba preocupado por ella ―le explicó el rey ―Cuando Nicholas le informó a Basil de la existencia de Keren, el buen alfa se lo informó a Alastor, por lo que, ambos, preocupados por su seguridad, se las ingeniaron para comunicarse con ella, desgraciadamente, cuando Iva quedó embarazada de Anna, tras asegurarse de que su hermana estaría bien, él se centró en proteger a su familia, cortando así la comunicación ――Veo que tuvieron tiempo de ponerse al día ―dijo Keren soltando a Alastor ―Te dije que papá jamás habría consentido que te hicieran pasar por todo aquello ―masculló antes de correr a los brazos de Máximus quien la apretó con fuerza―Lo sé… Al menos ahora ―susurró Alastor, quien parecía avergonzado―Entonces es cierto ―masculló Idylla, cuyas mejillas, habían perdido todo su color ―Al igual que Philip, a ti también te tortura
Sin decir nada, Alastor sostuvo la mirada del joven hechicero.Como su guardián, y prácticamente como su padre, Alastor sabía perfectamente el odio y el rencor que Gael guardaba en su corazón.Si bien el joven siempre se mostraba alegre y despreocupado con la vida, en el pasado, antes de Anna, antes de Emmet, en la cabeza de Gael había un solo objetivo:Destruir con sus propias manos al responsable de la masacre de su aquelarre, sobre todo, acabar con aquel que había terminado con la vida de su familia.―Está bien ―suspiró AlastorQuería decirle que no, pero, simplemente no se atrevió.Y es que, pese aquel rencor, Gael era un joven de buen corazón que prefería evitar los enfrentamientos, y, sobre todo, prefería evitar acabar con la vida de otro ser vivo. Sin embargo, al igual que todos, el joven hechicero tenía derecho a buscar un cierre, y si acabar con la vida de Samael Mendel era su forma de hacerlo, no iba a ser él quien se interpusiera en su camino.―Vale, entonces está todo dich
―Eres demasiado formal con la niña bonita ―dijo Lysander, quien la había estado vigilando desde que había abandonado la espalda de Alastor ―Sabes que eso no le gusta ――Lo sé, pero ahora es nuestra Luna ―dijo Alina frunciendo el ceño ―Deberías mostrarle algo de respeto y dejar de ponerle apodos ――No me molestan los apodos Alina, sobre todo, seguimos siendo amigos ―dijo Anna tomando la mano de su hermano cuando todos se separaron de ella ―Ah, por cierto, Lys, ¿dónde está Dante? ―preguntó al no verlo― ¿Dónde crees, Luna? ―preguntó Lysander de manera juguetona, lo que hizo reír a Anna, pero provocó que Alina rodara los ojos ―Está dando órdenes a nuestros guerreros, ya sabes, nadie se acerca a este lugar bajo ningún concepto ya que nuestra Luna se encuentra aquí y debemos protegerla ――El alfa dio la orden de buscar a los lobos que atacaron este lugar y que, al parecer, huyeron de aquí durante el enfrentamiento de las hechiceras ―explicó Alina―Entiendo ―masculló Anna mientras buscaba a
―Lo sé joven alfa, lo sé ―dijo Gael antes de pasar su pie por los símbolos dibujados en la tierra ―Por eso dije, para no pensar mal de él ――Bueno, dado al tiempo que tienen, que aparecieran cerca de ellos es algo bueno, ¿no? ―preguntó Lysander―Sí, además, cruzaron todos a tiempo ―dijo Anna, cuyos ojos, estaban clavados en lo que alguna vez había sido un viñedo ―Gael… ¿Este lugar se puede arreglar? ―preguntó con curiosidad al ver las grietas en el suelo, lo cual, le hizo sentir escalofríosSin duda, el enfrentamiento de las hechiceras había sido brutal.―Sí, en cuanto me recupere, te prometo que haré algo por este lugar ―dijo Gael antes de clavar su mirada en Dante, quien tenía la mirada clavada en el lado opuesto ― ¿Sucede algo, alfa? ――Sí, Carlo dice que algunos soldados y lobos salvajes están regresando ―dijo Dante dirigiéndose a su compañera ― ¿Te estaban buscando? ――Sí, Tabatha quería que me entregara ―respondió ella ―Tal vez ahora también querrán recuperar a Tabatha ――Entien