Coreado por los aplausos de los alfas y del propio Arioch, Zeth subió al escenario para colocarse junto a su padre, quien le dio un fugaz abrazo antes de indicarle que diera unos pasos atrás.―Es bien sabido que ningún licántropo puede aspirar al título de rey si no es hijo legítimo del rey en turno o de alguno de sus descendientes ―continuó Arioch su discurso ―Al ser su hermano, debí ser yo quien ocupara el lugar de Máximus cuando él no pudo más y yo no fui capaz de encontrar a su primogénito y a su hija ―explicó con notable tristeza ―Es por eso por lo que yo no me considero digno de ocupar el puesto de mi hermano, así que, en su lugar, preferí preparar a mi hijo durante todo este tiempo ―dijo dirigiendo su mirada hacia Zeth antes de volver a centrarse en los alfas ―Quiero pensar que hice un buen trabajo guiándolo, pues las manadas que él mismo contactó, accedieron a venir sin dudar ―agregó con evidente orgullo ―Ante los acontecimientos que han aquejado a esta familia, he decidido qu
Justo cuando Anna volvió a entrar al salón, Dante se aclaró la garganta ruidosamente e hizo un gesto discreto en dirección a Castiel y a Lowell, quienes se encontraban sumergidos en una muy acalorada discusión.Siendo consciente de aquello, Anna asintió y se mantuvo alerta mientras repartía los platos de los invitados.Conforme ella, Marianne, Sophie, Camille, y algunas otras criadas fueron sirviendo las diferentes mesas, la discusión de Castiel y Lowell fue subiendo de tono, provocando que Fazio y Argenis, se acercaran a sus hijos para intentar calmarlos, lastimosamente, ninguno de los dos tuvo éxito.― ¿Su excelencia? ―preguntó Anna cuando Arioch la llamó tras servir el último plato, el cual había sido el del alfa Pavel, quien parecía divertido ante el actuar de los jóvenes―Sí las cosas se salen de control, tú y las demás váyanse de aquí, ¿me entendiste? ―le preguntó Arioch sin apartar su mirada de los jóvenes lobos―Como usted ordene excelencia ―dijo Anna dedicándole una tímida re
Aquella noche, en el palacio de Interlunio, se estaban viviendo diferentes acontecimientos.En la entrada principal al lugar, algunos civiles manifestaban su ira ante la desfachatez del consejero de atreverse a nombrar a su hijo como el futuro rey, el cual, se encontraba desaparecido.En el salón principal, dos jóvenes alfas estaban enfrascados en una feroz pero infantil pelea, sin embargo, esta era lo suficientemente llamativa, por lo que algunos soldados fueron llamados para intentar contenerlos.Sin embargo, el acontecimiento más importante, era el que se estaba desarrollando en una pequeña, pero lujosa oficina, ubicada al fondo del ala suroeste del palacio.―No lo veo ―dijo Anna en un suave, pero irritado susurro ― ¿Qué maldito problema tienen con las puertas secretas? Diosa, primero el abuelo y ahora este psicópata ―gruñó la joven logrando arrancar una suave carcajada a su compañero―Tranquila ―dijo Dante dejando un pergamino sobre el escritorio ―No te impacientes cariño, tenemos
―De acuerdo ―susurró Alastor intentando avanzar hacia el hueco de salida, sin embargo, al verlo tambalearse, Dante se apresuró a sujetarlo― ¿Se encuentra bien? ―preguntó preocupado―Sí, la sangre de Anna comienza a hacer efecto ―dijo Alastor acariciando la cabeza de su hija cuando ella también se acercó ―Prométeme que no volverás a hacerme beber tu sangre hija, no somos vampiros ――Siempre y cuando tú nos prometas que no volverás a meterte en problemas ―dijo Anna sonriéndole―Te lo juro mi pequeña ―juró Alastor, quien comenzó a seguir a Dante con dificultad―Bien ―susurró Anna apresurándose a sujetarlo de la cintura para poder ayudarlo― ¿Cuánto tiempo nos queda cariño? ―le preguntó Dante quien cargaba mayormente con el peso de Alastor―Cuatro minutos ―respondió Anna tras echar un rápido vistazo a su reloj―Perfecto ―gruñó Dante, quien guiaba a Alastor por las escaleras― ¿Qué es lo que sigue en el plan? ――Llevarte al portal que abrirá Gael, el cual, está conectado a la casa que Zet
Ante el bramido del joven y el cambio en sus ojos, Emmet intentó acercarse a ellos, sin embargo, Gael clavó su mirada en él y negó con la cabeza.―Ayuda a papá ―dijo quedamente, por lo que, algo dubitativo, Emmet asintió antes de dirigirse a Alastor para examinar el grillete en su cuello―Gael ¿Por qué dices que ella no volverá? ―preguntó Máximus―Yo responderé eso, sin embargo, ustedes deben salir de ahí ―se escuchó la dulce voz de una mujer― ¿Iva? ―preguntó Alastor en un débil susurro antes de dirigir su mirada hacia el portal que Gerard mantenía abierto― ¿Querido? ―preguntó Iva ligeramente confundida ante la apariencia del hombre―Por Selene… ―susurró Alastor, quien, apenas se vio liberado del grillete e su cuello, caminó torpemente hacia Iva, quien extendió sus brazos para recibirlo―Querido ―gimoteó Iva cuando Alastor finalmente cruzó el portal―Mírate nada más ―sollozó Alastor tras besar los labios de su compañera ―Estas realmente hermosa mi amor ―masculló antes de caer de rod
Ante las palabras de su padre, Alastor asintió.Como alfa, él también podía entender los motivos de su hija, pero, como padre, bueno, la situación era completamente diferente.―Lo dejo en tus manos papá, me temo que yo podría empeorarlo ―Sin decir nada más, Máximus asintió, y con cautela, se acercó a Dante.― ¿Estás bien muchacho? ――No ―respondió Dante secamente―Háblame ―pidió Máximus ―Justo ahora, no es bueno que te guardes nada, estuviste por perder el control en Aeris, no puedes darte ese lujo, no ahora ――Yo… ―gruñó Dante antes de sacudir la cabeza ―No puedo creer que Anna me dejara fuera ―dijo apretando los dientes―Pero en el fondo la entiendes, por eso te marchaste sin más ―dijo Máximus al ver que Dante cerraba los ojos ―Tú y Anna son iguales, los dos suelen ver primero por los demás que por ustedes mismos ―“Lo que los convertirá en excelentes reyes” ―pensó Máximus―Tal vez, sin embargo, creo que ella debió decirme algo ―dijo Dante derrumbándose en el suelo cuando, gracias
Con una sonrisa emocionada, Alastor asintió.―Excelente ―dijo Alastor ― ¿Sabes quienes estuvieron esta noche en Interlunio? ――Sí, los únicos nombres que no recuerdo son los alfas que fueron llamados por su excelencia ――No importa, Anna mencionó a mis aliados, así que, por favor, nómbralos ――Está el alfa Pavel Ivanov, el alfa Fazio Venturi, el alfa Luc Dubois, el alfa Cole Turner, el alfa Blake Evans y tú aliado más reciente, el alfa, Argenis Makris ―― ¿Los tienes papá? ―le preguntó Alastor a Máximus, quien asintió―Los recompensaré apenas terminemos con esto ――Bien, es lo mínimo que merecen ―dijo Alastor dejándose caer en un asiento cercano ― ¿Qué piensas de mi territorio? ―le preguntó a Ragnar―Increíble, has logrado mucho ―dijo Ragnar ―Debo admitir que, quedé impresionado ante semejante vista ――Ya lo verás papá, te sentirás orgulloso ――Ya lo estoy hijo mío ―dijo Máximus ―Anna me lo contó todo, sé bien que te convertiste en un muy increíble alfa, en un hombre magnífico, y, sobr
» Esa misma noche en Interlunio, varios minutos antes. «En silencio, Anna y Armin observaban la puerta abierta de lo que era una habitación, donde, hacia sólo nos segundos, había estado el portal vinculado a Aeris, por donde Dante y Alastor, habían desaparecido sin dejar rastro alguno, alejándose así, del caos del palacio.―Debemos salir de aquí, preciosa… ―le dijo Armin con voz queda a Anna al mismo tiempo que intentaba tirar de ella―Lo sé, pero quiero hacer algo ―dijo Anna tallando sus ojos suavemente ― ¿Tomaste las pociones? ――Sí, ¿por qué lo preguntas? ――Quiero desordenar un poco…―Al girarse hacia la oficina de Mendel, el resto de las palabras de la joven se atoraron en su garganta, pues, justo frente a sus ojos, agazapado en un rincón, se encontraba su propio hermano.― ¿¡Ares?! ―exclamó Anna antes de correr hacia la oficina de Mendel ― ¡Mier da! ―exclamó al ver como todos los pergaminos que ella y Dante habían reunido, se agitaban violentamente ―Tenemos que irnos ―dijo suje