Sintiéndose avergonzada, Idylla asintió y esperó pacientemente a que la cortina que dividía la cabina de pasajeros con la del conductor, estuviera completamente cerrada.― ¿Nero lo sabe? ―le preguntó Idylla a Anna cuando una suave música comenzó a sonar en la cabina del conductor―Claro, él iba conmigo cuando el señor Bemus nos contó la historia ――Ay por Selene ―susurró Idylla avergonzada ―Voy a matarlo ―Al ver como su abuela se cubría el rostro para intentar ocultar que se había sonrojado, Anna soltó una carcajada.― ¿Quién más lo sabe? ――Bueno, mi compañero, John, el multi chofer de Zeth, Sandrine y por supuesto, Castiel, el nieto del señor Bemus ――Por la diosa, ese viejo lobo loco ―masculló Idylla ― ¿Qué fue lo que te contó ese idiota? ―Divertida, Anna comenzó a relatarle toda la historia que Bemus le había contado sobre su relación, el cómo se había desarrollado y el cómo se había terminado.Gracias a las continuas intervenciones y quejas de la mujer, la historia se alargó ba
Pese a la explicación de su abuelo, Anna entrecerró los ojos con desconfianza y se giró hacia Ragnar, quien, tal y como había dicho Dante, parecía realmente irritado.― ¿Qué pasó después Ragnar? ――Cuando Al y yo llegamos, su majestad ya había controlado la situación y se encontraba charlando con todos los vecinos, obviamente, todos accedieron a guardar nuestro secreto ――Lo siento pequeña, no pude evitarlo, es mi gente después de todo ―dijo Máximus apretando la cintura de su compañera y el hombro de su nieta―Ay Max, nunca cambiarás ―dijo Idylla antes de besar su mejilla― ¿Qué puedo decirte abuelo? Te entiendo ―dijo Anna sonriéndole ―Yo hubiera hecho lo mismo ――Y eso es lo que irrita al mayor, ¿cierto? ―le preguntó Dante a Ragnar ―Arriesgarse por los demás es de familia ――Ahora entiendo Neilan, el beta de Alastor ―masculló Ragnar, lo que hizo reír a los demás― ¿De verdad estás bien mi vida? ―le preguntó Idylla a Máximus―Estoy bien mi tesoro, tranquila ―respondió Máximus antes de
Algunos días después, tras una larga espera, el día de la presentación por fin llegó, todos los alfas invitados por fin se habían reunido, por lo que la noche en la que todos se jugaban el todo por el todo, por fin había llegado.En el palacio de Interlunio, exactamente a la seis de la mañana, una hora antes de lo usual, los trabajadores del palacio comenzaron con sus labores, pues el sagrado palacio, en aquel momento, era el hogar de ocho alfas, los cuales, serían los primeros en conocer al futuro rey y reina. Además, al ser invitados de interés, si los alfas jugaban bien sus cartas, podrían ocupar un lugar dentro del nuevo régimen, formando parte de las diez familias más importantes dentro del mundo de los hombres lobo.―No dormiste, ¿verdad? ―preguntó Zeth al salir al balcón de su nueva habitación, pues Arioch, había pedido que Zeth y Anna se alejaran de sus invitados por seguridad―No, no pude, tengo el estómago revuelto ―admitió Anna al mismo tiempo que se aferraba a la delgada m
Aun algo insegura, Sandrine asintió y continuó con sus deberes.Por petición de Anna, la joven preparó un baño de burbujas, e inmediatamente después, se dirigió al armario para sacar un bonito conjunto de pantalón y saco, pues su joven señora, le había indicado que dejarían los vestidos para la noche.Una vez que Anna se metió al baño, Sandrine recogió los platos del desayuno y los llevó al pequeño elevador de servicio para inmediatamente después, volver a la habitación, donde se encontró que Dante ocupaba el lugar de la general Enith.―Buenos días, oficial Reed ―lo saludó Sandrine alegremente―Buenos días, Sandy ―la saludó Dante ― ¿Nuestra señora está lista? ――Estaba tomando un baño, no debe de tardar en salir, después de todo, hoy es su última práctica con el maestro Charles―Lo sé, de hecho, vengo de la sala de música, el maestro Charles ya ha llegado, sin embargo, me ha pedido que no la apresurara, ya que lo último que necesita nuestra señora el día de hoy, es presionarse, así qu
Creyendo en su compañero, Anna asintió y salió de la sala de música con Sandrine y Dante, quien la escoltó hasta el recibidor del palacio, donde esperaron pacientemente la llegada de Gael.Para sorpresa de Anna, al cabo de algunos minutos, la propia Idylla se unió a ellos acompañada de su fiel doncella, Marianne.― ¿Estás nerviosa por el evento de esta noche? ―preguntó Idylla al sentarse junto a Anna―Un poco majestad, la verdad, sólo me preocupan los eventos previos a la cena ――No te preocupes, todo terminará enseguida ―dijo Idylla tomando su mano con discreción ―Será una noche muy ajetreada, pero puedo prometerte que todo saldrá bien ――Gracias majestad ―susurró Anna apretando su mano con suavidad antes de mirarla de reojoDesde que Idylla se había reunido con su compañero, la mujer lucía mucho más tranquila y relajada, sobre todo, la reina parecía más contenta.―Majestad, el señor, Gabriel Carter ―dijo Vail al presentar a Gael, quien caminaba detrás de él con la boca abierta mient
Ante su posesividad, Anna rio divertida.―Vale, vale, lo siento lobito ―dijo al reconocer el brillo en los ojos de Dante, indicando, que Damon se había acercado a la superficie ―Solo bromeaba ――Bien ―gruñó Dante antes de besar la punta de la nariz de su compañera―Mi estrellita, es tu turno ―dijo Gael acercándose a ellos con una cajita de terciopelo ―Sandrine dijo que no suele usar joyería de ningún tipo, así que, este par ―dijo mostrándole un pequeño par de aretes de circonio ―Sin duda pasarán desapercibidos, puedes incluso sólo usar el del oído derecho ―Sin más, Anna se quitó su anillo y se lo entregó a su abuela, quien sonrió ampliamente al verla.―Ciertamente te pareces mucho a tu madre, sin embargo, veo mucho de tu abuelo en ti ―dijo Idylla clavando sus ojos en los de Anna, los cuales, eran exactamente del mismo color gris de Máximus ―Aunque, tienes la misma nariz de tu padre ――Gracias por los cumplidos abuela ―dijo Anna riendo antes de colocarse los aretes que Gael le había e
Aquel día, a las siete en punto, todos los alfas que habían estado paseando con sus Lunas por los jardines, se retiraron a sus habitaciones para prepararse para el gran evento, mientras que los criados, le daban los últimos arreglos al salón principal.Aquella noche, el enorme comedor donde habían estado comiendo los alfas, había sido retirado y sustituido por mesas mas pequeñas, las cuales, fueron dispuestas frente a un enorme escenario, en el cual, se encontraba un atril con un micrófono.Por otro lado, en la misma habitación en la que habían estado aquella tarde, Anna caminaba de un lado a otro mientras mordía su pulgar con nerviosismo.―Mi señora, por favor tranquilícese ―le pidió Sandrine al cabo de un rato ―Terminará haciendo un pozo en el suelo, ya ha pasado casi media hora desde que empezó con ese ir y venir ――Lo siento Sandrine, estoy asustada… ――Tranquila mi señora, todo está listo, además, ambas tenemos todo calculado, yo estaré lista para cuando usted termine su presenta
Cuando la canción llegó a su fin, todos los presentes estallaron en aplausos. Incluso, todos los jóvenes alfas presentes se pusieron de pie mientras aplaudían, por lo que Anna, les dedicó una profunda reverencia antes de que Charles volviera a tocar.Tras lo que fueron tres canciones más, los alfas faltantes por fin llegaron, por lo que todos, se sorprendieron cuando la puerta del salón se abrió nuevamente.Se trataba de Keren, quien irradiaba una increíble seguridad y elegancia.Sin distraerse con nada, Keren caminó directamente hacia Anna y Charles siendo escoltada por Svein, quien, al llegar con ellos, le dedicó una reverencia y se retiró del lugar para colocarse justo al lado de Dante.Mientras que Anna terminaba su canción, Keren comenzó a preparar su violín, lo que le permitió echarle una mirada a su tío.En ese momento, Arioch Nicolaou mantenía los ojos cerrados, por lo que Keren no pudo ser capaz de leer lo que sucedía con su tío.“Confío en ti, Kera” ―le dijo Keren a su loba