Creyendo en su compañero, Anna asintió y salió de la sala de música con Sandrine y Dante, quien la escoltó hasta el recibidor del palacio, donde esperaron pacientemente la llegada de Gael.Para sorpresa de Anna, al cabo de algunos minutos, la propia Idylla se unió a ellos acompañada de su fiel doncella, Marianne.― ¿Estás nerviosa por el evento de esta noche? ―preguntó Idylla al sentarse junto a Anna―Un poco majestad, la verdad, sólo me preocupan los eventos previos a la cena ――No te preocupes, todo terminará enseguida ―dijo Idylla tomando su mano con discreción ―Será una noche muy ajetreada, pero puedo prometerte que todo saldrá bien ――Gracias majestad ―susurró Anna apretando su mano con suavidad antes de mirarla de reojoDesde que Idylla se había reunido con su compañero, la mujer lucía mucho más tranquila y relajada, sobre todo, la reina parecía más contenta.―Majestad, el señor, Gabriel Carter ―dijo Vail al presentar a Gael, quien caminaba detrás de él con la boca abierta mient
Ante su posesividad, Anna rio divertida.―Vale, vale, lo siento lobito ―dijo al reconocer el brillo en los ojos de Dante, indicando, que Damon se había acercado a la superficie ―Solo bromeaba ――Bien ―gruñó Dante antes de besar la punta de la nariz de su compañera―Mi estrellita, es tu turno ―dijo Gael acercándose a ellos con una cajita de terciopelo ―Sandrine dijo que no suele usar joyería de ningún tipo, así que, este par ―dijo mostrándole un pequeño par de aretes de circonio ―Sin duda pasarán desapercibidos, puedes incluso sólo usar el del oído derecho ―Sin más, Anna se quitó su anillo y se lo entregó a su abuela, quien sonrió ampliamente al verla.―Ciertamente te pareces mucho a tu madre, sin embargo, veo mucho de tu abuelo en ti ―dijo Idylla clavando sus ojos en los de Anna, los cuales, eran exactamente del mismo color gris de Máximus ―Aunque, tienes la misma nariz de tu padre ――Gracias por los cumplidos abuela ―dijo Anna riendo antes de colocarse los aretes que Gael le había e
Aquel día, a las siete en punto, todos los alfas que habían estado paseando con sus Lunas por los jardines, se retiraron a sus habitaciones para prepararse para el gran evento, mientras que los criados, le daban los últimos arreglos al salón principal.Aquella noche, el enorme comedor donde habían estado comiendo los alfas, había sido retirado y sustituido por mesas mas pequeñas, las cuales, fueron dispuestas frente a un enorme escenario, en el cual, se encontraba un atril con un micrófono.Por otro lado, en la misma habitación en la que habían estado aquella tarde, Anna caminaba de un lado a otro mientras mordía su pulgar con nerviosismo.―Mi señora, por favor tranquilícese ―le pidió Sandrine al cabo de un rato ―Terminará haciendo un pozo en el suelo, ya ha pasado casi media hora desde que empezó con ese ir y venir ――Lo siento Sandrine, estoy asustada… ――Tranquila mi señora, todo está listo, además, ambas tenemos todo calculado, yo estaré lista para cuando usted termine su presenta
Cuando la canción llegó a su fin, todos los presentes estallaron en aplausos. Incluso, todos los jóvenes alfas presentes se pusieron de pie mientras aplaudían, por lo que Anna, les dedicó una profunda reverencia antes de que Charles volviera a tocar.Tras lo que fueron tres canciones más, los alfas faltantes por fin llegaron, por lo que todos, se sorprendieron cuando la puerta del salón se abrió nuevamente.Se trataba de Keren, quien irradiaba una increíble seguridad y elegancia.Sin distraerse con nada, Keren caminó directamente hacia Anna y Charles siendo escoltada por Svein, quien, al llegar con ellos, le dedicó una reverencia y se retiró del lugar para colocarse justo al lado de Dante.Mientras que Anna terminaba su canción, Keren comenzó a preparar su violín, lo que le permitió echarle una mirada a su tío.En ese momento, Arioch Nicolaou mantenía los ojos cerrados, por lo que Keren no pudo ser capaz de leer lo que sucedía con su tío.“Confío en ti, Kera” ―le dijo Keren a su loba
Coreado por los aplausos de los alfas y del propio Arioch, Zeth subió al escenario para colocarse junto a su padre, quien le dio un fugaz abrazo antes de indicarle que diera unos pasos atrás.―Es bien sabido que ningún licántropo puede aspirar al título de rey si no es hijo legítimo del rey en turno o de alguno de sus descendientes ―continuó Arioch su discurso ―Al ser su hermano, debí ser yo quien ocupara el lugar de Máximus cuando él no pudo más y yo no fui capaz de encontrar a su primogénito y a su hija ―explicó con notable tristeza ―Es por eso por lo que yo no me considero digno de ocupar el puesto de mi hermano, así que, en su lugar, preferí preparar a mi hijo durante todo este tiempo ―dijo dirigiendo su mirada hacia Zeth antes de volver a centrarse en los alfas ―Quiero pensar que hice un buen trabajo guiándolo, pues las manadas que él mismo contactó, accedieron a venir sin dudar ―agregó con evidente orgullo ―Ante los acontecimientos que han aquejado a esta familia, he decidido qu
Justo cuando Anna volvió a entrar al salón, Dante se aclaró la garganta ruidosamente e hizo un gesto discreto en dirección a Castiel y a Lowell, quienes se encontraban sumergidos en una muy acalorada discusión.Siendo consciente de aquello, Anna asintió y se mantuvo alerta mientras repartía los platos de los invitados.Conforme ella, Marianne, Sophie, Camille, y algunas otras criadas fueron sirviendo las diferentes mesas, la discusión de Castiel y Lowell fue subiendo de tono, provocando que Fazio y Argenis, se acercaran a sus hijos para intentar calmarlos, lastimosamente, ninguno de los dos tuvo éxito.― ¿Su excelencia? ―preguntó Anna cuando Arioch la llamó tras servir el último plato, el cual había sido el del alfa Pavel, quien parecía divertido ante el actuar de los jóvenes―Sí las cosas se salen de control, tú y las demás váyanse de aquí, ¿me entendiste? ―le preguntó Arioch sin apartar su mirada de los jóvenes lobos―Como usted ordene excelencia ―dijo Anna dedicándole una tímida re
Aquella noche, en el palacio de Interlunio, se estaban viviendo diferentes acontecimientos.En la entrada principal al lugar, algunos civiles manifestaban su ira ante la desfachatez del consejero de atreverse a nombrar a su hijo como el futuro rey, el cual, se encontraba desaparecido.En el salón principal, dos jóvenes alfas estaban enfrascados en una feroz pero infantil pelea, sin embargo, esta era lo suficientemente llamativa, por lo que algunos soldados fueron llamados para intentar contenerlos.Sin embargo, el acontecimiento más importante, era el que se estaba desarrollando en una pequeña, pero lujosa oficina, ubicada al fondo del ala suroeste del palacio.―No lo veo ―dijo Anna en un suave, pero irritado susurro ― ¿Qué maldito problema tienen con las puertas secretas? Diosa, primero el abuelo y ahora este psicópata ―gruñó la joven logrando arrancar una suave carcajada a su compañero―Tranquila ―dijo Dante dejando un pergamino sobre el escritorio ―No te impacientes cariño, tenemos
―De acuerdo ―susurró Alastor intentando avanzar hacia el hueco de salida, sin embargo, al verlo tambalearse, Dante se apresuró a sujetarlo― ¿Se encuentra bien? ―preguntó preocupado―Sí, la sangre de Anna comienza a hacer efecto ―dijo Alastor acariciando la cabeza de su hija cuando ella también se acercó ―Prométeme que no volverás a hacerme beber tu sangre hija, no somos vampiros ――Siempre y cuando tú nos prometas que no volverás a meterte en problemas ―dijo Anna sonriéndole―Te lo juro mi pequeña ―juró Alastor, quien comenzó a seguir a Dante con dificultad―Bien ―susurró Anna apresurándose a sujetarlo de la cintura para poder ayudarlo― ¿Cuánto tiempo nos queda cariño? ―le preguntó Dante quien cargaba mayormente con el peso de Alastor―Cuatro minutos ―respondió Anna tras echar un rápido vistazo a su reloj―Perfecto ―gruñó Dante, quien guiaba a Alastor por las escaleras― ¿Qué es lo que sigue en el plan? ――Llevarte al portal que abrirá Gael, el cual, está conectado a la casa que Zet