Pero yo lo hice, y después de unos años, te me apareces, buscando mi ayuda… y yo vi la oportunidad de vengarme… — rió melancólico — pero me mentía a mi mismo.— le tomó las manos — lo único que quería era tenerte para mí… y te tuve. — subió sus manos en una caricia lenta hacia los hombros, enviándoles descargas a sus hormonas. Eleanor sabía que si seguía por ese camino iba a sucumbir, muy a pesar de ella misma —… te tengo ginny, y esta vez no voy a perderte por quedarme callado… — la abrazó brevemente — Te amo, y quiero continuar con esto. Empezaremos de cero si tu lo deseas… tenemos al bebe Eleanor, ¿Acaso nuestro hijo no merece el intento? No se trata de intentar Carlisle… — dijo a punto de estallar en lágrimas. Las palabras de Carlisle, la dejaban exhausta, la hacían temblar, desear, ilusionarse, pero no debía ser verdad… ¡no podían serlo! De seguro era un ardid, para lograr su cometido… aun así, muy dentro de su cuerpo podía sentir, esa llamita encendida. Suspiró — Simplemente se
Fiel a su estilo, Carlisle no fue a buscarla. Deambuló solo durante todo el día por toda la casa, buscando en cada rincón algún recuerdo que compartiera con Eleanor y que lo hiciera creer que aun tenía esperanzas. Se alejo rápidamente de la sala… allí no había nada bueno que rememorar… Después de convencerse que los recuerdos no hacían más que deprimirlo, se arrellanó en un sillón en la biblioteca, cerca de la chimenea y allí permaneció durante al menos toda la jornada. El teléfono sonaba estridentemente dentro de la habitación, pero Carlisle no tenía ganas de ver a nadie y mucho menos hablar con nadie… solo a Eleanor, pero ella no quería saber nada de él. Al menos con su huida había dado a entender que no aceptaba su amor, y con ello, una vida futura junto a él como familia. Estuvo a punto de romper toda la casa. Todas las reformas que ella realizó y mas que nada su cuarto, donde habían compartido momentos inolvidables. Trató de imaginarse una realidad solo, y la visión no le gustaba
Has estado en ese sillón más de 24 hs… Era eso, o desesperarme y beber, y ahogarme en mi propia desgracia y miseria… he estado meditando… en silencio, tratando de que la casa trajera un sonido que me haga dar cuenta que ella había vuelto… y tratando de encontrar aunque sea una sola manera para que ella decida seguir a mi lado. Pero hasta ahora, por mas que quiera todo lo contrario, creo que la única solución posible es alejarme… ella tiene la respuesta David, ella tiene la decisión. Carlisle… Si tienes la posibilidad de llegarte hasta la casa de sus padres, por favor dile que no la molestaré… que respeto la decisión que ha tomado — David se acercó y le palmeó la espalda — pero que no detendré mi vida por ella. Ya lo hice una vez, y no sirvió de nada. También intenté ser otra persona, mirar la vida como si no me importara nada, pero ahora voy a tener un hijo, no puedo seguir fingiendo algo que no puedo ser y… la verdad es que ya no tengo ni ganas de hacerlo. ¿Cuándo te irás? En cu
Lo sé… pero sigo pensando igual— dijo sereno. Sabes que Carlisle me obligó a casarme con él para que ustedes se recuperasen… No creo que obligar sea la palabra… ¿Y cual es según tu? Tu tomaste solita esa decisión, Eleanor. ¡Porque no tenía otra opción! Si, la tenías… — Ella lo miró sin entender —tu podías no aceptarlo… Pero… Tu escuchaste, aun sabiendo que tus hermanos no querían que lo hicieras… decidiste esconderte y escuchar, sin que nadie te viera, lo que Carlisle quería… Si, pero… Y también, sin decirle a tus hermanos, fuiste a verlo… Si… Porque quería ver que tenía para decirme… quería pedirle por ustedes… Nadie te obligó a verlo… y aun así fuiste, y lo viste… y hablaste con él y escuchaste la propuesta que te hizo. Papá… — dijo lanzando un bufido — ¡El me obligó a casarme con él, para que ustedes volvieran a estar bien! No creo que pueda llamarse obligación… él te dio una opción… tu decidiste que era lo mejor para ese momento — Ella iba a decir algo pero no tenía
Nunca se lo dije… tengo miedo — su padre la miró sin comprender. Suspiró — hace algún tiempo, en uno de nuestros encontronazos, Carlisle me juró que cuando dijera que lo amaba, me dejaría… — las lágrimas cayeron — y yo me juré a mí misma nunca revelárselo…¿Y tú creíste esas palabras?¡Claro que si! ¡Lo dijo en serio!¿Cuándo lo dijo?Luego de que… yo le dijera que nunca… ¡lo dijo luego de una discusión!Y crees que él no lo sabe… digo, Carlisle piensa o cree que no lo amas.No sé qué cree, o qué piensa… solo sé que esas palabras nunca saldrán de mi boca…Ese hijo que te has empeñado en conseguir es una manera de decirle que lo amas Eleanor…Aun así…Nunca se lo dirás… —ella lo abrazó — ¡que obstinada te has vuelto con el paso de los años! — sonrió — aunque siempre fuiste testaruda y terca… y siempre te saliste con la tuya…No puedo decírselo papá… ¡ya no quiero darle una arma para que me lastime!Lo que tienes con Carlisle es una relación, hija, no una guerra… no debes hablar de arma
Pero te vas…Es lo mejor… me estoy muriendo solo es esa casa.Pídele que vuelva.No lo haré… yo no la obligué a marcharse…Ella puede interpretarlo como que no te importa ni ella ni tu hijo — Lo tomó con fuerza de las solapas de su abrigo.¡No vuelvas a decir una estupidez como esa! — respiró con fuerza — no vuelvas a decir que mi hijo no me importa… lo amo… la amo. Solo me voy porque no quiero que ella vuelva y luego sienta que ha sido obligada por mí… ¡y me odie por eso! Me voy, y si ella cree que tenemos la oportunidad, sabe donde encontrarme…Suéltame… — Carlisle lo soltó.Lo siento… yo…Está bien… — el panel de anuncios les informó que el vuelo saldría en diez minutos. Carlisle miró a su amigo.Cuídala por favor…— dijo abrazándolo— y mantenme informado de cómo va todo…Estoy convencido que te veré dentro de poco tiempo amigo…Yo lo deseo más que tú, créeme.Adiós Carlisle, avísame cuando llegues.Tendrás un mail con todas mis directivas… mantén la maldita computadora en línea…Ca
¿pero si viniera a buscarte?Si por alguna bendita razón, esa rubia a la que te refieres pregunta por mi — sonrió— dile que ella sabe perfectamente donde encontrarme…El viento jugueteaba con un mechón rebelde de su cabello. Si alguien lo viera parado allí, encima de esa histórica muralla, nadie que lo conociera podría adivinar que se trataba del mismísimo Carlisle Stone, salvador del mundo empresarial. Si bien la piel había tomado un color mas oscuro que el que solía tener en Inglaterra, no era ese el cambio tan radical que se evidenciaba. Su semblante, era más apacible… nada de aquel muchacho hosco, carente de sensibilidad hacia las cosas de la vida, parecía sobrevivir en su cuerpo. Otro cambio importante era su vestimenta. Antes, la predilección por los colores oscuros evidenciaba que su vida era igual que la ropa, oscura, vacía… Ahora usaba colores mas claros, preferiblemente los tonos beige, y crudos, que resaltaban no solo sus rasgos tostados por ese sol caribeño, y por sobre to
¿Por qué volviste aquí?¿Por qué crees? — ella sonrió, él también— si, este es en el único lugar donde hemos estado bien… donde, al menos podíamos decir que éramos una pareja que la pasaba bien…¿Qué prácticamente éramos felices, no? — Carlisle tragó en seco. El no podría haberlo dicho mejor.Si… — susurró apoyando la mejilla en su pelo. La mano en la nuca se enredó en varios mechones rojizos y fue bajando suavemente por la espalda. Necesitaba asegurarse que no estaba soñando despierto. Había deseado tanto tenerla así, que hasta en algún momento pensó que se volvería loco… loco de desesperación por desear tanto lo que no tenía. Pero ahora ella estaba allí, y mierda si alguien iba poder alejarlo de esa mínima posibilidad de ser feliz. Ni siquiera ella, podría lograr lo contrario. Había esperado demasiado tiempo por su presencia, y no iba a esperar más. — Era feliz contigo aquí… te tenía solo para mi… y… aquí experimentaba la sensación de que me amabas, como te amo yo.Carlisle — dijo t