Lo sé… pero sigo pensando igual— dijo sereno. Sabes que Carlisle me obligó a casarme con él para que ustedes se recuperasen… No creo que obligar sea la palabra… ¿Y cual es según tu? Tu tomaste solita esa decisión, Eleanor. ¡Porque no tenía otra opción! Si, la tenías… — Ella lo miró sin entender —tu podías no aceptarlo… Pero… Tu escuchaste, aun sabiendo que tus hermanos no querían que lo hicieras… decidiste esconderte y escuchar, sin que nadie te viera, lo que Carlisle quería… Si, pero… Y también, sin decirle a tus hermanos, fuiste a verlo… Si… Porque quería ver que tenía para decirme… quería pedirle por ustedes… Nadie te obligó a verlo… y aun así fuiste, y lo viste… y hablaste con él y escuchaste la propuesta que te hizo. Papá… — dijo lanzando un bufido — ¡El me obligó a casarme con él, para que ustedes volvieran a estar bien! No creo que pueda llamarse obligación… él te dio una opción… tu decidiste que era lo mejor para ese momento — Ella iba a decir algo pero no tenía
Nunca se lo dije… tengo miedo — su padre la miró sin comprender. Suspiró — hace algún tiempo, en uno de nuestros encontronazos, Carlisle me juró que cuando dijera que lo amaba, me dejaría… — las lágrimas cayeron — y yo me juré a mí misma nunca revelárselo…¿Y tú creíste esas palabras?¡Claro que si! ¡Lo dijo en serio!¿Cuándo lo dijo?Luego de que… yo le dijera que nunca… ¡lo dijo luego de una discusión!Y crees que él no lo sabe… digo, Carlisle piensa o cree que no lo amas.No sé qué cree, o qué piensa… solo sé que esas palabras nunca saldrán de mi boca…Ese hijo que te has empeñado en conseguir es una manera de decirle que lo amas Eleanor…Aun así…Nunca se lo dirás… —ella lo abrazó — ¡que obstinada te has vuelto con el paso de los años! — sonrió — aunque siempre fuiste testaruda y terca… y siempre te saliste con la tuya…No puedo decírselo papá… ¡ya no quiero darle una arma para que me lastime!Lo que tienes con Carlisle es una relación, hija, no una guerra… no debes hablar de arma
Pero te vas…Es lo mejor… me estoy muriendo solo es esa casa.Pídele que vuelva.No lo haré… yo no la obligué a marcharse…Ella puede interpretarlo como que no te importa ni ella ni tu hijo — Lo tomó con fuerza de las solapas de su abrigo.¡No vuelvas a decir una estupidez como esa! — respiró con fuerza — no vuelvas a decir que mi hijo no me importa… lo amo… la amo. Solo me voy porque no quiero que ella vuelva y luego sienta que ha sido obligada por mí… ¡y me odie por eso! Me voy, y si ella cree que tenemos la oportunidad, sabe donde encontrarme…Suéltame… — Carlisle lo soltó.Lo siento… yo…Está bien… — el panel de anuncios les informó que el vuelo saldría en diez minutos. Carlisle miró a su amigo.Cuídala por favor…— dijo abrazándolo— y mantenme informado de cómo va todo…Estoy convencido que te veré dentro de poco tiempo amigo…Yo lo deseo más que tú, créeme.Adiós Carlisle, avísame cuando llegues.Tendrás un mail con todas mis directivas… mantén la maldita computadora en línea…Ca
¿pero si viniera a buscarte?Si por alguna bendita razón, esa rubia a la que te refieres pregunta por mi — sonrió— dile que ella sabe perfectamente donde encontrarme…El viento jugueteaba con un mechón rebelde de su cabello. Si alguien lo viera parado allí, encima de esa histórica muralla, nadie que lo conociera podría adivinar que se trataba del mismísimo Carlisle Stone, salvador del mundo empresarial. Si bien la piel había tomado un color mas oscuro que el que solía tener en Inglaterra, no era ese el cambio tan radical que se evidenciaba. Su semblante, era más apacible… nada de aquel muchacho hosco, carente de sensibilidad hacia las cosas de la vida, parecía sobrevivir en su cuerpo. Otro cambio importante era su vestimenta. Antes, la predilección por los colores oscuros evidenciaba que su vida era igual que la ropa, oscura, vacía… Ahora usaba colores mas claros, preferiblemente los tonos beige, y crudos, que resaltaban no solo sus rasgos tostados por ese sol caribeño, y por sobre to
¿Por qué volviste aquí?¿Por qué crees? — ella sonrió, él también— si, este es en el único lugar donde hemos estado bien… donde, al menos podíamos decir que éramos una pareja que la pasaba bien…¿Qué prácticamente éramos felices, no? — Carlisle tragó en seco. El no podría haberlo dicho mejor.Si… — susurró apoyando la mejilla en su pelo. La mano en la nuca se enredó en varios mechones rojizos y fue bajando suavemente por la espalda. Necesitaba asegurarse que no estaba soñando despierto. Había deseado tanto tenerla así, que hasta en algún momento pensó que se volvería loco… loco de desesperación por desear tanto lo que no tenía. Pero ahora ella estaba allí, y mierda si alguien iba poder alejarlo de esa mínima posibilidad de ser feliz. Ni siquiera ella, podría lograr lo contrario. Había esperado demasiado tiempo por su presencia, y no iba a esperar más. — Era feliz contigo aquí… te tenía solo para mi… y… aquí experimentaba la sensación de que me amabas, como te amo yo.Carlisle — dijo t
13 años después…Carlisle había estacionado su camioneta en un lugar demasiado alejado de la estación King Cross… estaba un poco ofuscado, y enojado por la cantidad autos en la carretera, y de la gente que exactamente ese maldito día, habían decidido utilizar el tren para partir hacia diferentes lugares del país.Pero realmente ese no era el motivo de su mal humor… Ya el año anterior, había estado un poco desanimado. No podía entender cómo, esa fecha en particular, que en su época de niño le hacía saltar el corazón de ansiedad y expectación, ahora, ya adulto, le causaba una especie de vacío. Entendía por qué… el año pasado fue la primera vez que su tan adorada y anhelada familia comenzaba a separarse. James, su primer hijo, había comenzado la escuela, y con ello, la sensación de desazón en el corazón de Carlisle había comenzado. Y ahora aumentaba un poco más. Aun así no era tan egoísta. Entendía que era necesario separarse de sus hijos. Solo que Wulfric, su segundo hijo, era tan espec
Nada de peros… los Rose y los potter siempre estarán en contra de los Green…No deberías ser tan extremista amigo… — dijo Carlisle en tono pacifista.Díselo al exnovio de tu mujer — le contestó su amigo, burlón.Vete a la mierda… — adiós al pacifista…¡Carlisle, los niños! — lo retó Eleanor, tratando de parecer seria, pero fallando.Okay… — miró a sus hijos que reían de la escena — ¿tienen dinero suficiente? — ellos asintieron — es hora de que suban al tren… — James se acercó para darle un abrazo — cuida a tu hermano…Si papá…… Y puede que esta navidad, la escoba que deseas aparezca bajo el árbol… — los ojos castaños de James destellaron en su cara.¡Claro jefe! — y dándole un abrazo a su mamá, subió al tren y se perdió entre los vagones. Carlisle suspiró. Su hijo Wulf esperaba su turno de despedirse, nervioso. Carlisle lo notó por la forma en que se estrujaba las manitos. Sus ojos verdes estaban acuosos. Verlo así le partió el alma…¡Adiós Wulfy! — dijo Lily — dile a Hagrid que le m
La luz entraba de golpe por la ventana, que, evidentemente, había olvidado cerrar la noche anterior. Noche de la que, por cierto, no recordaba demasiado. Rhaena recordaba vagamente haber estado con ese chico rico que frecuentaba el bar en donde trabajaba y que este le había invitado un trago. Alarmada al recordarlo, se miro rápidamente, pero observo que su ropa estaba intacta, no había rastro de haber cometido una tontera bajo la influencia del alcohol, o eso creía ella.Levantándose, sintió como si le estuvieran taladrando las cienes, ella no era una persona que gustara de beber compulsivamente, en realidad, no solía beber casi nunca, pues lo consideraba un vicio malsano y caro. Lavándose los dientes, recordó aquel extraño sueño del que acababa de despertar, en donde había firmado un contrato con ese niño millonario, el cual estipulaba que ella seria su esposa durante un tiempo y cambio él le daría dinero. Viéndose al espejo con cara de pereza, pensó que eso era una completa tontería