El ambiente se sentía dividido, por un lado, la madre y hermana de Anthony parecían ser muy amables y conversadoras, le habían hecho casi todo tipo de preguntas sin afán de molestarla, solo por mera curiosidad de saber mas de ella. Por el otro lado, el padre y hermano de su falso esposo eran mas bien recelosos, apenas y si habían movido los labios para hacer alguna pregunta incomoda, y era mas que evidente que ninguno estaba de acuerdo con aquel matrimonio que parecía sacado como el as de una manga. Rhaena se sentía incomoda, casi invadida en su individualidad, y sumamente nerviosa. Aun así, no se dejó intimidar en ningún momento, y siguió la charla con gran habilidad y sin perder aquella amable sonrisa que, por supuesto, había estado fingiendo.Anthony miraba como Rhaena manejaba a su familia con gran diligencia. Así como era genuinamente amable con su madre y hermana menor, tambien era lo suficientemente inteligente para no seguir las provocaciones de su padre y hermano. Era astuta,
La cena había estado transcurriendo con cierta normalidad, aunque aun con tensiones, desde que la señora Crawford había intervenido a su favor. Rhaena, sin embargo, ya no se sentía ni medianamente intimidada. Siempre había convivido con gente de dinero, el matrimonio D´Angelis siempre fue gentil con ella y de ellos había aprendido buenos modales, aunque su madre siempre mostro un disgusto terrible por el hecho de que la viesen con buenos ojos, pues, según sus palabras, los señores solo debían de tener ojos para la única hija de ambos, Alexia, quien era una niña en exceso mimada (aunque irónicamente era realmente poco el tiempo que la señora D´Angelis le daba a su propia hija a la que parecía rechazar de alguna manera). Negando en silencio, no quiso pensar mas en aquello; los recuerdos de su dura infancia nunca eran deseados y francamente prefería enterrar aquello en lo mas profundo de su ser. Uniéndose a la animada conversación de la señora Crawford y su hija, se centro solo en ella p
La cena, y aquella velada que a momentos rayaba entre la severa incomodidad y alguno que otro e la charla apropiada, había terminado finalmente, dejando a la pareja recién casada con una sensación que les era difícil de describir; por un lado, ambos sabían que aquello podía haber sido mucho peor, y por el otro, Rhaena había sido medianamente aprobada por el severo padre que, quizás amainado por las palabras de su esposa, había sido menor severo y punitivo de lo que Anthony esperó.Las luces de la ciudad podrías apreciarse tenues, cada vez un poco mas lejanas a medida que el lujoso vehículo avanzaba arropado en el manto nocturno. Rhaena sentía un poco de alivio al ya no tener que estar frente a esas personas, que, siendo por ese contrato o no, ahora eran su familia, al menos lo serian por un tiempo. Anthony miraba a la carretera aun pensando en las palabras de su padre y en lo que le había exigido para ser el único heredero. El silencio reinaba entre ambos, pues realmente no había dema
—¿Ya lo sabes?, dicen que el hijo mayor de los Crawford se caso en secreto con una mujer desconocida ——Si, me entere, dicen además que ella es una chica común, que no pertenece a ninguna familia importante ——¿Cómo crees? ¡Que escandalo! Seguramente Alexia D´Angelis debe de estar muriendo de pena y de vergüenza, imagina que te cambien por una mujer corriente, debe de sentirse terrible que prefieran a una casi pordiosera que a ti ——Es cierto, Alexia era la prometida de Anthony Crawford, que vergüenza debe de estar sintiendo, si yo fuera ella no me atrevería a poner un pie fuera de mi mansión durante algún tiempo ji ji ji —Alexia apretaba los puños mientras escuchaba a todas esas mujeres hablando de ella como si no pudiese escucharlas. Esa era la tercera vez en la semana que tenia que escuchar conversaciones similares entre su circulo de sociedad. Sus padres no habían querido saber nada sobre el asunto, ni siquiera le habían dado la importancia debida, incluso su padre se atrevió a a
Los puños apretados tenían las venas saltadas. Los ojos desorbitados de la rabia parecían estar a punto de salirse de sus cuencas. El odio que en esos momentos se estaba sintiendo, iba incrementándose a medida en que su protegida sollozaba con mayor fuerza, mientras le decía que Rhaena era aquella misteriosa mujer que se había robado los afectos de Anthony Crawford. Valeria estaba furiosa, más allá de la sola indignación, mientras intentaba dar consuelo a su amada Alexia, quien seguía llorando mientras le mostraba aquellas fotografías de su hija paseando holgadamente con aquel hombre que debía de haber sido el esposo de su protegida.—Esto es humillante nana, Rhaena lo tiene para ella sola, ella me lo robo, seguramente quería vengarse de mi por haberla tratado como la basura que es, y me robo al amor de mi vida, ¡La odio! ¡quiero que se muera! — sollozaba y gritaba Alexia tal cual lo haría una niña pequeña.Valeria no sabia exactamente que decir, así que tan solo abrazaba a su protegi
Aquel día el cielo estaba nublado, como lo esta justo antes de que comience una tormenta. El viento se sentía frío, pesado, y los ánimos, aunque altos, se habían visto levemente opacados por las muchas llamadas perdidas que tenia en su celular. Su madre había estado particularmente insistente aquel par de días, y aunque no tenía la más mínima intención de responderle, Rhaena comenzaba a sentirse estresada por el acoso constante. No había ni siquiera abierto los mensajes que la mujer que le dio la vida le había enviado, así que, en realidad, no tenia idea de que era lo que quería esta vez aquella mujer.Caminaba por los pasillos de la universidad, Anthony había ido a dejarla a la escuela y aun era relativamente temprano. Entrando a la cafetería del lugar, se pidió un café cargado, y se puso a repasar los temas que había visto recientemente. No podía permitirse mas distracciones, su joven esposo era, por supuesto, la mas grande de las que tenía últimamente, sin embargo, no era una moles
El sonido de la tiza sobre el enorme pizarrón de aquella aula, la sacaba a ratos de sus pensamientos. Toda su vida, Rhaena había sido humillada y despreciada por su propia madre y la protegida de esta. Recientemente, finalmente había sabido que la infame ex prometida de su esposo, no era nadie mas que su verdugo de infancia, Alexia D´Angelis. Aun recordaba a aquella chiquilla sumamente altanera y demasiado crecida que siempre la maltrato, incluso llegando a orillarla a pensar en la muerte como un escape a su dolorosa vida. Durante demasiado tiempo, su poca autoestima se encontró mermada, sintiéndose como una persona que no merecía el amor o el respeto de nadie, pero quizás, eso estaba cambiando con todo lo que Anthony Crawford lograba hacerla sentir.Sin decir palabra alguna, la joven mujer tomo sus cosas, y luego salió del aula, Henry, su único amigo, la miro marcharse con el rostro ensombrecido, y supuso que aún no se sentía bien después de lo que había pasado con su madre. Po supue
Aquella mañana era lluviosa, cargada de sentimientos repletos de pesadumbre. Todo el ambiente se sentía entristecido, como si, de alguna manera, un mal presagio se hubiese instalado en el viento. Las clases habían terminado, y Rhaena se enfrascaba en la lectura de sus libros como si no existiese nada más. Su madre ya no había hablado con ella desde aquella mañana incomoda en la cafetería, y aun cuando Henry había presenciado todo, no había hecho pregunta alguna al respecto.El enterarse de que Alexia D´Angelis, era aquella prometida a la que Anthony desprecio, y la razón por la cual le había ofrecido el contrato matrimonial que ahora mismo los unía, resultaba ser un mal chiste demasiado irónico. Durante toda su vida, muchos de los completos que tuvo, se debieron precisamente a esa mujer, que siempre se sintió más que los demás por tan solo el hecho de haber nacido en una familia de dinero. Negando en silencio, intento de nueva cuenta concentrarse en sus estudios, pues, al final del dí