Pensé que ya estaban dando un espectáculo más bochornoso…Cállate Emerson — dijo Carlisle ayudando a su esposa a ponerse cómoda — ¿una copa? Ella iba a aceptar pero luego recordó que en su estado no podía.Yo, solo quiero jugo de calabaza.¿No vas a celebrar mi cumpleaños?No… solo quiero zumo si no es mucha molestia — Farrah la miro fijamente y luego intercambio miradas con Sandra… esta sonrió satisfecha.¿Ni una copita de champagne Eleanor? — Ella miro a sus amigas que la observaban con picardía. Se puso roja — no puede hacerte mal…¿No verdad? — dijo sonriendo nerviosamente y mirando a Carlisle que no entendía nada — está bien — le saco la copa de la mano y la bebió de golpe.Se suponía que debías brindar por mi cumpleaños.Salud — dijo sonriente y devolviéndole la copa — ah, y feliz cumpleaños — él arqueó una ceja, y cuando iba a preguntarle, Emerson la salvó llevándoselo al despacho. Pero de lo que no la salvó su querido hermano, es de las miradas interrogantes que sus amigas le
No, sería feliz, porque tendría a mi hijo y a Carlisle… no su amor, pero al menos me conformo con tenerlo a mi lado.Estás equivocada… Eleanor, Carlisle…No me hagas perder el tiempo por favor — dijo al final de las escaleras y mirando a su amiga — ¿me acompañas? Aun necesito que alguien me apuntale por si las cosas no salen como espero.Sabes que siempre estaré contigo… — sonrieron — pase lo que pase.Gracias — y desapareció por el pasillo.La mañana de Carlisle no comenzó con el pie derecho. La señora Rowling no había podido llegar al trabajo, y tenía que atender personalmente los llamados y chequear la agenda. Estaba apunto de lloriquear como una mariquita cuando David lo encontró, a punto de desfallecer de inanición. Encargaron un suculento desayuno, que resultó ser de lo mas insípido. Los huevos fríos, el café aguado y sin azúcar, y las tostadas parecían hechas de goma espuma. Diablos… Si no fuera tan poco supersticioso, creería que ese día en especial iba a ser así, las veinticu
a sabes donde está la puerta… adiós Sara, y espero que sea la ultima vez que te veo… — la mujer tomó su bolso y salió hecha una fiera. — ah, nada las conforma — dijo con sarcasmo.¿Crees que va a ser la última vez que la veas?Mas le vale que así sea…En cambio, yo espero que no te traiga demasiados problemas. Mujeres así, que no tienen nada que perder, suelen ser un tanto peligrosas…Por esa razón, David, decidí mandarla a Estados unidos… — rió — desde allí no podrá hacer maldades ni molestar a Eleanor — David lo miró. Carlisle estaba demasiado confiado.Al salir del automóvil, Eleanor le dio la llave al valet de la empresa de Carlisle, con una amable sonrisa. La mañana estaba soleada, pero unas nubes en el horizonte amenazaban el bonito día. Ella y Farrah agradecieron al portero y después de entrar al lobby, decidieron tomar el ascensor particular de la Presidencia. Sacó un pequeño pañuelo para secarse la transpiración de las manos, producto de los nervios. Cuando la puerta del elev
Solo él podía tener la maldita mala suerte de que, el día en que jamás pensaste volver a ver a tu amante, ella aparezca, y en ese mismo día, tu mujer y ella se cruzan el camino arruinando la maldita sensación de seguridad conyugal que habías logrado después de muchas idas y venidas con tu esposa, y mas que nada con las inmensas meteduras de pata, o equivocaciones que habías cometido en aras de una venganza que nunca tuvo razón de ser. Pero ahí estaba, sentado, tratando de acomodar los pensamientos y tratando de entender que era lo absurdo que había hecho para que Eleanor, rogara por el divorcio… Hacía meses que no veía a Sara, pero hoy tenía que aparecer la muy perra, y si bien la intención de su examante era con absoluta claridad retomar su relación, él no lo hubiera hecho nunca. Y justo en ese preciso momento de despedida final, de alivio por la partida de Sara… aparece Eleanor y todo se confunde. ¡Dicho de un modo mas preciso, ella lo confunde todo! Pensaba Carlisle. ¿Eleanor no po
Eleanor aporreaba las teclas del elevador que se empeñaba en tardar más de lo usual. Farrah la miraba intensamente y Eleanor estuvo a punto de decirle que si soltaba alguna frase a favor de Carlisle, abriría la puerta con sus uñas y la lanzaría sin contemplaciones, por el hueco del ascensor. Las lágrimas estaban a punto de salir. Pensó en el futuro de ahora en más. Carlisle a pesar de ser el tipo más insufrible y odioso de toda Inglaterra, era el padre de su hijo, y por lo tanto tenía derechos… derechos que a pesar de todo lo vivido con él, iba a respetar. Lo mas doloroso del asunto, era que durante el resto de su vida, tendría que convivir con la presencia de Carlisle padre, lejos de ella; y a pesar de todo, de su decisión de separarse, la única verdad en este momento era el hijo que tendría, fruto de ambos, y el inmenso amor que sentía por Carlisle mas allá del dolor. Porque si de algo estaba segura, era que nunca iba a dejar de amarlo. Desgraciado corazón traicionero…Eleanor… — Fa
Bien… pero de verdad no es que me importe — él la miró — el que lo dudes o no… quiero decir, no necesito que lo creas o no — Carlisle arqueó la ceja, sin entender — no te necesitamos para nada. — le soltó secamente.Primero cuando hables de mi hijo…Nuestro — lo corrigió con los dientes apretados.Bien… cuando hables de nuestro hijo, no tienes derecho a decir que él no me necesita… no se trata de que tu quieras o no soportarme, Eleanor — dijo serio — aquí solo interesa el bienestar del bebé.Si, claro… — dijo riendo — por eso te encuentras con tu “vieja amiguita”, ¿verdad? ¡Por el bienestar de mi hijo! — terminó chillando.Si me dejaras que te explique… — ella bufó — ¡No me he juntado con nadie! — dijo él perdiendo los nervios — y no deberías gritar, podría hacerle mal al bebé…¡Vete al diablo! — volvió a gritar. — ¿ahora te preocupas no?¿Querías ese bebé, no?¡Claro que si! Digo fue sorpresa… bueno no al principio porque en verdad quería, pero luego no se dio y después si… pero… ¡Si
Pero yo lo hice, y después de unos años, te me apareces, buscando mi ayuda… y yo vi la oportunidad de vengarme… — rió melancólico — pero me mentía a mi mismo.— le tomó las manos — lo único que quería era tenerte para mí… y te tuve. — subió sus manos en una caricia lenta hacia los hombros, enviándoles descargas a sus hormonas. Eleanor sabía que si seguía por ese camino iba a sucumbir, muy a pesar de ella misma —… te tengo ginny, y esta vez no voy a perderte por quedarme callado… — la abrazó brevemente — Te amo, y quiero continuar con esto. Empezaremos de cero si tu lo deseas… tenemos al bebe Eleanor, ¿Acaso nuestro hijo no merece el intento? No se trata de intentar Carlisle… — dijo a punto de estallar en lágrimas. Las palabras de Carlisle, la dejaban exhausta, la hacían temblar, desear, ilusionarse, pero no debía ser verdad… ¡no podían serlo! De seguro era un ardid, para lograr su cometido… aun así, muy dentro de su cuerpo podía sentir, esa llamita encendida. Suspiró — Simplemente se
Fiel a su estilo, Carlisle no fue a buscarla. Deambuló solo durante todo el día por toda la casa, buscando en cada rincón algún recuerdo que compartiera con Eleanor y que lo hiciera creer que aun tenía esperanzas. Se alejo rápidamente de la sala… allí no había nada bueno que rememorar… Después de convencerse que los recuerdos no hacían más que deprimirlo, se arrellanó en un sillón en la biblioteca, cerca de la chimenea y allí permaneció durante al menos toda la jornada. El teléfono sonaba estridentemente dentro de la habitación, pero Carlisle no tenía ganas de ver a nadie y mucho menos hablar con nadie… solo a Eleanor, pero ella no quería saber nada de él. Al menos con su huida había dado a entender que no aceptaba su amor, y con ello, una vida futura junto a él como familia. Estuvo a punto de romper toda la casa. Todas las reformas que ella realizó y mas que nada su cuarto, donde habían compartido momentos inolvidables. Trató de imaginarse una realidad solo, y la visión no le gustaba