Solo él podía tener la maldita mala suerte de que, el día en que jamás pensaste volver a ver a tu amante, ella aparezca, y en ese mismo día, tu mujer y ella se cruzan el camino arruinando la maldita sensación de seguridad conyugal que habías logrado después de muchas idas y venidas con tu esposa, y mas que nada con las inmensas meteduras de pata, o equivocaciones que habías cometido en aras de una venganza que nunca tuvo razón de ser. Pero ahí estaba, sentado, tratando de acomodar los pensamientos y tratando de entender que era lo absurdo que había hecho para que Eleanor, rogara por el divorcio… Hacía meses que no veía a Sara, pero hoy tenía que aparecer la muy perra, y si bien la intención de su examante era con absoluta claridad retomar su relación, él no lo hubiera hecho nunca. Y justo en ese preciso momento de despedida final, de alivio por la partida de Sara… aparece Eleanor y todo se confunde. ¡Dicho de un modo mas preciso, ella lo confunde todo! Pensaba Carlisle. ¿Eleanor no po
Eleanor aporreaba las teclas del elevador que se empeñaba en tardar más de lo usual. Farrah la miraba intensamente y Eleanor estuvo a punto de decirle que si soltaba alguna frase a favor de Carlisle, abriría la puerta con sus uñas y la lanzaría sin contemplaciones, por el hueco del ascensor. Las lágrimas estaban a punto de salir. Pensó en el futuro de ahora en más. Carlisle a pesar de ser el tipo más insufrible y odioso de toda Inglaterra, era el padre de su hijo, y por lo tanto tenía derechos… derechos que a pesar de todo lo vivido con él, iba a respetar. Lo mas doloroso del asunto, era que durante el resto de su vida, tendría que convivir con la presencia de Carlisle padre, lejos de ella; y a pesar de todo, de su decisión de separarse, la única verdad en este momento era el hijo que tendría, fruto de ambos, y el inmenso amor que sentía por Carlisle mas allá del dolor. Porque si de algo estaba segura, era que nunca iba a dejar de amarlo. Desgraciado corazón traicionero…Eleanor… — Fa
Bien… pero de verdad no es que me importe — él la miró — el que lo dudes o no… quiero decir, no necesito que lo creas o no — Carlisle arqueó la ceja, sin entender — no te necesitamos para nada. — le soltó secamente.Primero cuando hables de mi hijo…Nuestro — lo corrigió con los dientes apretados.Bien… cuando hables de nuestro hijo, no tienes derecho a decir que él no me necesita… no se trata de que tu quieras o no soportarme, Eleanor — dijo serio — aquí solo interesa el bienestar del bebé.Si, claro… — dijo riendo — por eso te encuentras con tu “vieja amiguita”, ¿verdad? ¡Por el bienestar de mi hijo! — terminó chillando.Si me dejaras que te explique… — ella bufó — ¡No me he juntado con nadie! — dijo él perdiendo los nervios — y no deberías gritar, podría hacerle mal al bebé…¡Vete al diablo! — volvió a gritar. — ¿ahora te preocupas no?¿Querías ese bebé, no?¡Claro que si! Digo fue sorpresa… bueno no al principio porque en verdad quería, pero luego no se dio y después si… pero… ¡Si
Pero yo lo hice, y después de unos años, te me apareces, buscando mi ayuda… y yo vi la oportunidad de vengarme… — rió melancólico — pero me mentía a mi mismo.— le tomó las manos — lo único que quería era tenerte para mí… y te tuve. — subió sus manos en una caricia lenta hacia los hombros, enviándoles descargas a sus hormonas. Eleanor sabía que si seguía por ese camino iba a sucumbir, muy a pesar de ella misma —… te tengo ginny, y esta vez no voy a perderte por quedarme callado… — la abrazó brevemente — Te amo, y quiero continuar con esto. Empezaremos de cero si tu lo deseas… tenemos al bebe Eleanor, ¿Acaso nuestro hijo no merece el intento? No se trata de intentar Carlisle… — dijo a punto de estallar en lágrimas. Las palabras de Carlisle, la dejaban exhausta, la hacían temblar, desear, ilusionarse, pero no debía ser verdad… ¡no podían serlo! De seguro era un ardid, para lograr su cometido… aun así, muy dentro de su cuerpo podía sentir, esa llamita encendida. Suspiró — Simplemente se
Fiel a su estilo, Carlisle no fue a buscarla. Deambuló solo durante todo el día por toda la casa, buscando en cada rincón algún recuerdo que compartiera con Eleanor y que lo hiciera creer que aun tenía esperanzas. Se alejo rápidamente de la sala… allí no había nada bueno que rememorar… Después de convencerse que los recuerdos no hacían más que deprimirlo, se arrellanó en un sillón en la biblioteca, cerca de la chimenea y allí permaneció durante al menos toda la jornada. El teléfono sonaba estridentemente dentro de la habitación, pero Carlisle no tenía ganas de ver a nadie y mucho menos hablar con nadie… solo a Eleanor, pero ella no quería saber nada de él. Al menos con su huida había dado a entender que no aceptaba su amor, y con ello, una vida futura junto a él como familia. Estuvo a punto de romper toda la casa. Todas las reformas que ella realizó y mas que nada su cuarto, donde habían compartido momentos inolvidables. Trató de imaginarse una realidad solo, y la visión no le gustaba
Has estado en ese sillón más de 24 hs… Era eso, o desesperarme y beber, y ahogarme en mi propia desgracia y miseria… he estado meditando… en silencio, tratando de que la casa trajera un sonido que me haga dar cuenta que ella había vuelto… y tratando de encontrar aunque sea una sola manera para que ella decida seguir a mi lado. Pero hasta ahora, por mas que quiera todo lo contrario, creo que la única solución posible es alejarme… ella tiene la respuesta David, ella tiene la decisión. Carlisle… Si tienes la posibilidad de llegarte hasta la casa de sus padres, por favor dile que no la molestaré… que respeto la decisión que ha tomado — David se acercó y le palmeó la espalda — pero que no detendré mi vida por ella. Ya lo hice una vez, y no sirvió de nada. También intenté ser otra persona, mirar la vida como si no me importara nada, pero ahora voy a tener un hijo, no puedo seguir fingiendo algo que no puedo ser y… la verdad es que ya no tengo ni ganas de hacerlo. ¿Cuándo te irás? En cu
Lo sé… pero sigo pensando igual— dijo sereno. Sabes que Carlisle me obligó a casarme con él para que ustedes se recuperasen… No creo que obligar sea la palabra… ¿Y cual es según tu? Tu tomaste solita esa decisión, Eleanor. ¡Porque no tenía otra opción! Si, la tenías… — Ella lo miró sin entender —tu podías no aceptarlo… Pero… Tu escuchaste, aun sabiendo que tus hermanos no querían que lo hicieras… decidiste esconderte y escuchar, sin que nadie te viera, lo que Carlisle quería… Si, pero… Y también, sin decirle a tus hermanos, fuiste a verlo… Si… Porque quería ver que tenía para decirme… quería pedirle por ustedes… Nadie te obligó a verlo… y aun así fuiste, y lo viste… y hablaste con él y escuchaste la propuesta que te hizo. Papá… — dijo lanzando un bufido — ¡El me obligó a casarme con él, para que ustedes volvieran a estar bien! No creo que pueda llamarse obligación… él te dio una opción… tu decidiste que era lo mejor para ese momento — Ella iba a decir algo pero no tenía
Nunca se lo dije… tengo miedo — su padre la miró sin comprender. Suspiró — hace algún tiempo, en uno de nuestros encontronazos, Carlisle me juró que cuando dijera que lo amaba, me dejaría… — las lágrimas cayeron — y yo me juré a mí misma nunca revelárselo…¿Y tú creíste esas palabras?¡Claro que si! ¡Lo dijo en serio!¿Cuándo lo dijo?Luego de que… yo le dijera que nunca… ¡lo dijo luego de una discusión!Y crees que él no lo sabe… digo, Carlisle piensa o cree que no lo amas.No sé qué cree, o qué piensa… solo sé que esas palabras nunca saldrán de mi boca…Ese hijo que te has empeñado en conseguir es una manera de decirle que lo amas Eleanor…Aun así…Nunca se lo dirás… —ella lo abrazó — ¡que obstinada te has vuelto con el paso de los años! — sonrió — aunque siempre fuiste testaruda y terca… y siempre te saliste con la tuya…No puedo decírselo papá… ¡ya no quiero darle una arma para que me lastime!Lo que tienes con Carlisle es una relación, hija, no una guerra… no debes hablar de arma