Anthony miraba a Rhaena, aquella noche lucia realmente hermosa ataviada en aquel vestido sencillo, pero elegante, en color azul marino. Estaba evidentemente nerviosa, y, ciertamente, no podría culparla por eso. Irian a la mansion Crawford, la principal, a una cena en la que, finalmente, Rhaena conoceria a sus padres. Queria causar una buena impresión, eso era obvio, y es que, de todas maneras, de eso iba El contrato matrimonial que habían firmado: ella era la esposa perfecta y el le pagaria por ello, eso era todo. Aun no a Lanza a comprender lo que estaba sintiendo por su esposa de contrato. Todo esta a sobre la mesa, tenian buen sexo, no existia un compromiso real, y nada que realmente los atara a nada, Ella tenía sus metas establecidas, el seguiría vigente en el testamento como el heredero de los Crawford, y todo iba según su plan. Sin embargo, algo de todo ello no le terminaba de gustar y lo hacía sentir incómodo. Quería importarle a Rhaena, importarle de verdad, y que ella no le
Decir que aquel lugar era maravilloso se quedaba corto, realmente, la mansión de los Crawford, la principal, era la meca de la opulencia. Por supuesto, para todos era bien sabido lo increíblemente acaudalados eran los Crawford, y no solamente eran asquerosamente ricos, también eran poderosos, con influencias poderosas, y considerados como una de las familias más influyentes e importantes de todo el país.Rhaena se sentía disminuida, abrumada por todo aquello que jamás creyó mirar en la vida real; en las novelas televisivas o en los libros era algo común mirar mansiones como esas, aunque en la vida real raramente alguien “común” podría ver algo así con sus propios ojos. —Joven Anthony, pasen por aquí. Sus padres y hermanos ya lo están esperando en el gran comedor, a petición de su madre se ha preparado un banquete, es un placer conocer a su esposa — decía una sirviente que los había recibido, Rhaena se sentía como una extraña en tierra extranjera, todo aquello era simplemente opulent
El ambiente se sentía dividido, por un lado, la madre y hermana de Anthony parecían ser muy amables y conversadoras, le habían hecho casi todo tipo de preguntas sin afán de molestarla, solo por mera curiosidad de saber mas de ella. Por el otro lado, el padre y hermano de su falso esposo eran mas bien recelosos, apenas y si habían movido los labios para hacer alguna pregunta incomoda, y era mas que evidente que ninguno estaba de acuerdo con aquel matrimonio que parecía sacado como el as de una manga. Rhaena se sentía incomoda, casi invadida en su individualidad, y sumamente nerviosa. Aun así, no se dejó intimidar en ningún momento, y siguió la charla con gran habilidad y sin perder aquella amable sonrisa que, por supuesto, había estado fingiendo.Anthony miraba como Rhaena manejaba a su familia con gran diligencia. Así como era genuinamente amable con su madre y hermana menor, tambien era lo suficientemente inteligente para no seguir las provocaciones de su padre y hermano. Era astuta,
El ambiente se sentía dividido, por un lado, la madre y hermana de Anthony parecían ser muy amables y conversadoras, le habían hecho casi todo tipo de preguntas sin afán de molestarla, solo por mera curiosidad de saber mas de ella. Por el otro lado, el padre y hermano de su falso esposo eran mas bien recelosos, apenas y si habían movido los labios para hacer alguna pregunta incomoda, y era mas que evidente que ninguno estaba de acuerdo con aquel matrimonio que parecía sacado como el as de una manga. Rhaena se sentía incomoda, casi invadida en su individualidad, y sumamente nerviosa. Aun así, no se dejó intimidar en ningún momento, y siguió la charla con gran habilidad y sin perder aquella amable sonrisa que, por supuesto, había estado fingiendo.Anthony miraba como Rhaena manejaba a su familia con gran diligencia. Así como era genuinamente amable con su madre y hermana menor, tambien era lo suficientemente inteligente para no seguir las provocaciones de su padre y hermano. Era astuta,
La cena había estado transcurriendo con cierta normalidad, aunque aun con tensiones, desde que la señora Crawford había intervenido a su favor. Rhaena, sin embargo, ya no se sentía ni medianamente intimidada. Siempre había convivido con gente de dinero, el matrimonio D´Angelis siempre fue gentil con ella y de ellos había aprendido buenos modales, aunque su madre siempre mostro un disgusto terrible por el hecho de que la viesen con buenos ojos, pues, según sus palabras, los señores solo debían de tener ojos para la única hija de ambos, Alexia, quien era una niña en exceso mimada (aunque irónicamente era realmente poco el tiempo que la señora D´Angelis le daba a su propia hija a la que parecía rechazar de alguna manera). Negando en silencio, no quiso pensar mas en aquello; los recuerdos de su dura infancia nunca eran deseados y francamente prefería enterrar aquello en lo mas profundo de su ser. Uniéndose a la animada conversación de la señora Crawford y su hija, se centro solo en ella p
La cena, y aquella velada que a momentos rayaba entre la severa incomodidad y alguno que otro e la charla apropiada, había terminado finalmente, dejando a la pareja recién casada con una sensación que les era difícil de describir; por un lado, ambos sabían que aquello podía haber sido mucho peor, y por el otro, Rhaena había sido medianamente aprobada por el severo padre que, quizás amainado por las palabras de su esposa, había sido menor severo y punitivo de lo que Anthony esperó.Las luces de la ciudad podrías apreciarse tenues, cada vez un poco mas lejanas a medida que el lujoso vehículo avanzaba arropado en el manto nocturno. Rhaena sentía un poco de alivio al ya no tener que estar frente a esas personas, que, siendo por ese contrato o no, ahora eran su familia, al menos lo serian por un tiempo. Anthony miraba a la carretera aun pensando en las palabras de su padre y en lo que le había exigido para ser el único heredero. El silencio reinaba entre ambos, pues realmente no había dema
—¿Ya lo sabes?, dicen que el hijo mayor de los Crawford se caso en secreto con una mujer desconocida ——Si, me entere, dicen además que ella es una chica común, que no pertenece a ninguna familia importante ——¿Cómo crees? ¡Que escandalo! Seguramente Alexia D´Angelis debe de estar muriendo de pena y de vergüenza, imagina que te cambien por una mujer corriente, debe de sentirse terrible que prefieran a una casi pordiosera que a ti ——Es cierto, Alexia era la prometida de Anthony Crawford, que vergüenza debe de estar sintiendo, si yo fuera ella no me atrevería a poner un pie fuera de mi mansión durante algún tiempo ji ji ji —Alexia apretaba los puños mientras escuchaba a todas esas mujeres hablando de ella como si no pudiese escucharlas. Esa era la tercera vez en la semana que tenia que escuchar conversaciones similares entre su circulo de sociedad. Sus padres no habían querido saber nada sobre el asunto, ni siquiera le habían dado la importancia debida, incluso su padre se atrevió a a
Los puños apretados tenían las venas saltadas. Los ojos desorbitados de la rabia parecían estar a punto de salirse de sus cuencas. El odio que en esos momentos se estaba sintiendo, iba incrementándose a medida en que su protegida sollozaba con mayor fuerza, mientras le decía que Rhaena era aquella misteriosa mujer que se había robado los afectos de Anthony Crawford. Valeria estaba furiosa, más allá de la sola indignación, mientras intentaba dar consuelo a su amada Alexia, quien seguía llorando mientras le mostraba aquellas fotografías de su hija paseando holgadamente con aquel hombre que debía de haber sido el esposo de su protegida.—Esto es humillante nana, Rhaena lo tiene para ella sola, ella me lo robo, seguramente quería vengarse de mi por haberla tratado como la basura que es, y me robo al amor de mi vida, ¡La odio! ¡quiero que se muera! — sollozaba y gritaba Alexia tal cual lo haría una niña pequeña.Valeria no sabia exactamente que decir, así que tan solo abrazaba a su protegi