Alex
Después de aceptar la propuesta de Dionisio quedo atado de manos. Por un lado, está la promesa que le hice a Armando y por otro, la misión de llevar tras las rejas al dios de la heroína. He pensado mucho en encontrar una nueva salida y la única manera, es hablando con Harry, mi jefe en la agencia. Estoy seguro de que, si le explico con detalles entenderá este desvío, al final puede resultar beneficioso, tendremos dos pájaros de un tiro, Dionisio y Carlos Ortiz caerán por sus propias jugadas sucias.
¡Si! No creo que unos días más sean inconveniente para nuestro operativo.—¿¡Alex!? ¿Ocurre algo?—Señor, los planes cambiaron. La chica se va de la mansión mañana, con Carlos Ortiz. —Escuché un respiro profundo y unos segundos de silencio.— ¿Y eso te causa algún problema para sacar la información? — pregunta indiferente a lo que le menciono.— ¡No!, pero que hay de la joven, le prometí...—¡Por un demonio,ArleneLa masacre llegó a su fin y para mi desgracia, el que menos deseaba que viviera, lo hizo. Antes de salir del cuadrilátero, por unos segundos Alex fija su mirada en mí como diciendo “te lo dije perra, quieras o no, seré tu guardaespaldas”¡Maldita sea! Trago saliva mientras me congelo, no puedo sostener la mirada y la esquivo, en estos momentos su rostro es tan desagradable y no lo digo por los moretones y la sangre que tiene encima, sino por esa mirada tan fría y vacía que me recuerdan tanto al miserable de mi padre.Abandona la arena caminando con mucha dificultad apoyándose en el eufórico presentador que lo ovacionó como el campeón de campeones. Metros más allá Dionisio se pone de pie y tomándolo del brazo lo lleva al interior de la casa.La piel se me puso chinita, chinita, no quiero imagin&aacut
AlexCuando Dionisio aparece mi corazón se detiene,sin embargoencontramos a solas y tan cerca no le causa un gesto de asombro, su actitud es totalmente indiferente.Inclusocuando mira aArlenepara preguntar si interrumpe algo, me pareció vacía. No es por nada, pero tengo un mal presentimiento, sin error a equivocarme puedo decir que una cosa no está bien, y no es solo por esa extraña sensación que ella ha despertado en este abrazo. —Espero que dejes ese mal genio en tu habitación a la hora de la cena —Le dice aArleneantes de que abandone la habitación, quien mostrándole el dedo medio se pierde de nuestra vista. —¿Quéle sucede a esa chica? —termina preguntándome.—El que siga con vida, no la tiene muy contenta—me apresuro a decir. —¡Si! Para todos fue una gran sorpresa verte terminar con tres de mis mejores hombres —expulsa el humor disfrutando cada segundo del tabaco en su boca. —Se le
Arlene ¡Ay, dios mío! ¿Qué es lo que me sucede? ¿Por qué estoy sintiendo esta agitación al pensarlo? Nopuede gustarme Alex. Yo… amo a Armando o eso creo. ¡No! No puede estar en mi cabeza, él es un agente violento, pero tan atractivo, con esa mirada tan dulce y ¡Ya, basta! Es demasiado pronto pensar en un nuevo romance, cuando me acaban de obligar a terminar un amor que pintaba de ensueño y… ¡Sí! Fue solo un sueño, ya que todo junto aélfue mentira. No se acercó a mi porqué le gustaba, no me enseño lo que sabía por qué le gustaba entrenar conmigo, sino porque quería que me protegiera sola cuando él muriese, cada segundo de mi vida a su lado no fue real, nunca existió el maestro Armando. Cosa que supe después de casi ser asesinada y para seguir metiéndome de golpe a mi realidad, cuando pienso que van a salvarme termino en la ratonera por manos de mi supuesto salvador.El padre que me busca inca
Unas horas después de este horrendo tormento vivido en la habitación con Alex, estoy ocupando un lugar en la elegante mesa del comedor al lado derecho de Carlos y frente a Fabio, su padre. El silencio es terriblemente espantoso, las miradas de odio que se lanzan estos dos caballeros mientras beben vino es escalofriante, estoy muy incómoda observando de reojo esta guerra fría de la que el patriarca Ortiz parece disfrutar mucho. El banquete de despedida llegará en unos minutos, espero que sea tan bueno como lo presume nuestro anfitrión, no es por nada, pero tengo un hambre de los mil diablos, quizás, sea esta maldita ansiedad.—¿Y nuestro campeón, nos acompañará esta noche? —pregunta Fabio.—Necesita descansar para empezar su labor el día de mañana—responde con calma el muy desgraciado —cenará en su habitación.—Es una verdadera lástima, me hubiese gustado compartir la mesa con una persona realmente agradable, esta noche me siento como una de esas tantas reuniones
Arlene La mañana llega tan rápido y la descarada de Karina se atreve a entrar a mi habitación para despertarme abriendo de par en par las cortinas, ¡joder! Apenas había logrado cerrar los ojos, luego de que me pasara toda la noche despierta recordando su escena caliente con Alex. —Buenos días, señorita Arlene —me sonríe como si nada, caminando de vuelta a la cama para recoger las toallas que había dejado sobre la cama, para dirigirse al baño a colocarlas en la repisa. ¡Ay! Que ganas de mandarla al mismo infierno.Salgo de la cama de un brinco y la espero cruzada de brazos mostrando toda mi rabia contenida. Al salir del baño me mira sorprendida. —¿Le ocurre algo señorita? Parece que no durmió bien—se acerca— seguramente la emoción de casarse con el señor Ortiz le produjo insomnio —expresa muy suelta de huesos.—¡Si, sin duda! —digo sarcástica. —Me parece o ¿Está molesta conmigo
Arlene La mañana llega tan rápido y la descarada de Karina se atreve a entrar a mi habitación para despertarme abriendo de par en par las cortinas, ¡joder! Apenas había logrado cerrar los ojos, luego de que me pasara toda la noche despierta recordando su escena caliente con Alex. —Buenos días, señorita Arlene —me sonríe como si nada, caminando de vuelta a la cama para recoger las toallas que había dejado sobre la cama, para dirigirse al baño a colocarlas en la repisa. ¡Ay! Que ganas de mandarla al mismo infierno.Salgo de la cama de un brinco y la espero cruzada de brazos mostrando toda mi rabia contenida. Al salir del baño me mira sorprendida. —¿Le ocurre algo señorita? Parece que no durmió bien—se acerca— seguramente la emoción de casarse con el señor Ortiz le produjo insomnio —expresa muy suelta de huesos.—¡Si, sin duda! —digo sarcástica. —Me parece o ¿Está molesta conmigo
Arlene Nunca había tomado un baño tan largo y tan placentero como este. Puedo decir que me siento genial y con ganas de empezar este juego final.Me pongo algo cómodo y empaco algunas cosas en una pequeña mochila. Bajo a desayunar y solo encuentro a Dionisio sentado a la mesa, disfrutando de algunos platillos, al verme me hace la invitación.Obvio que prefiero morir de hambre que compartir la mesa con él. Lo miro indiferente a su petición y estoy por retirarme cuando lo escucho hablar. —Si fuera tú, comería algo, necesitaras energías para soportar lo que viene, pequeña. No le doy importancia y luego de que lo que dijera me llenara de coraje, vuelvo a mi habitación. Por alguna extraña razón la casa se sentía vacía y algo me dijo que tenía que ir a ver a Alex, más al abrir la puerta de su aposento descubro que no había rastro alguno de él. Entro y trato de encontrar algo que me diga que estuvo ahí, pero no hab
Arlene La vida de mis padres vale mucho más que la mía, y hasta el último segundo debo hacer lo que sea para mantenerlos a salvo, sin importar el precio. Después de que llegaran y hablaran con el miserable de Carlos y comprobaran de que mi vida ha mejorado y ahora es un cuento de hadas al lado de esa bestia, se mostraron muy felices. El creerme libre al fin de Dionisio es un sueño que jamás creían ver llegar.—Estaba muy preocupada porque ese hombre te matara. —dice mi madre —No fue nuestra intención provocar este desenlace, pero…—No te mortifiques, madre. —les digo con calma sintiendo que el corazón se me destroza en el pecho. —Ahora estoy bien, quizás no voy a sacarse con un hombre honesto, pero Carlos es millonario y me dará la vida que merezco.Intento presumir de los lujos a los que supuestamente estoy acostumbrada a tener. Ningún gesto en mí diría lo contrario. Veo en sus miradas tranquilidad y eso me fortalec