Había descubierto que vagar en las calles como un méndigo era una de las mejores formas de descubrir cuan cerca están tus enemigos y como funciona el mundo, dejaba a Sofía en el lugar donde nos encontrábamos y me adentraba en un mundo totalmente diferente al que acostumbré a vivir de niño, aquellos lugares lujosos, llenos de cristalería y diamantes, donde las personas conocen el precio de todo y el valor de nada, habían quedado en el pasado, ahora las calles se habían convertido en mi diversión, me atemorizaba regresar a aquellos lugares, a rodearme de la gente ensimismada en ganar más dinero y dejar morir al necesitado, me daba asco de solo pensar en lo buena gente que predican ser y la calaña que terminan siendo cuando su bolsillo es afectado; realmente estaba convencido de no querer regresar a esa vida, me bastaba el dinero tan solo para sobrevivir, pero jamás deseaba volver a aparentar algo que no podría ser jamás.Varios días después de haber dejado a Clara en el hospital estuve
Desperté con un espantoso dolor de cabeza, por el que deseaba no seguir viviendo en ese momento, me levanté, pero me fue imposible mantenerme en pie, caí nuevamente y comencé a arrastrarme, intentando llegar a la cocina y tomar un poco de agua.Miré a Sofía a lo lejos mirándome como si fuera un desconocido realizando una extraña hazaña, sus gestos mostraban hostilidad y un poco de lastima. Seguí intentando llegar a la cocina, pero finalmente me rendí. Sofía me levantó y me llevó a un pequeño sillón que se encontraba en la sala, luego se marchó y regresó con un vaso de agua entre sus manos, tomó mi cabeza y me hizo tomarlo aun en contra de mi voluntad, jamás la había visto así de enojada. No quise mencionar ni una sola palabra, así que me quedé durante toda la mañana, sintiendo que me moriría en aquel lugar.–Espero que tenga razones para actuar de esa manera, no debo decirle que hacer, ya está grandecito para eso, solo espero no haberme equivocado al elegirlo a usted –comentó Sofía an
La motivación que necesitaba ya la tenía, ahora solo me tocaba ponerla en práctica. Mis padres habían estado tratando de sacarme de los negocios que había descuidad un poco después de la muerte de Elena. Tenían la vaga idea de que el hecho que Clara se hubiera marchado tenía que ver conmigo y no pensaba probarles que no era así, por mí, que pensaran lo que ellos quisieran.–Teo, Teo –gritaba Sofía desde su habitación. A penas se miraba al sol deseoso por recibir un nuevo día y sus gritos espantaron el cálido día que yo estaba por recibir desde el balcón. Corrí casi desesperado a su habitación para ver de qué se trataba.–¿Qué pasa? –pregunté al entrar, sin siquiera pedir el permiso para hacerlo. La miré sentada en el centro de la cama, abrazando las sabanas, levantó la cabeza y la miré con los ojos llorosos.–Pensé que realmente se había ido, pero ahora sé que todo fue una pesadilla –dijo, una pequeña sonrisa casi forzada se dibujaba en su rostro, por un segundo me olvidé que se trata
La calle seguía tan cálida que había olvidado completamente el susto que Sofía me había causado a tan tempranas horas seguía mi camino de regreso a casa cuando comencé a notar que estaba siendo vigilado. Conocía muy bien la forma de operar de Damián, así que me quedé en uno de los callejones poco frecuentados por los ciudadanos, esperando que los tipos que me habían seguido, llegaran a aquel lugar. –Creo que no tenemos de que hablar –comenté al ver a uno de los hombres, dejar caer su cuerpo en uno de los muros del callejón. –El patrón te busca –comentó. –¿Puedo saber los motivos?–Nunca los dice, ¿Te apetece ir por las buenas o prefieres por las malas? –Vamos –dije, mientras comencé a dar pasos hacia adelante. Salí a la calle con Rafa y me di cuenta que no era el único que me había llegado a buscar, en menos de 2 minutos miré a más de 2 personas rodeándome, no tenía posibilidad alguna de escapar y prefería evitar problemas con Damián por el momento. –A la izquierda –comentó Rafa
–Te daré la opción de entregarla por tu parte por ser mi amigo, tienes una semana, ni un día más y sino la traer, iré por ti y por ella. –esas eran las últimas palabras que recordaba de la conversación con Damián.Mis manos seguían temblando dentro de mis pantalones, mi corazón latía fuertemente, sentí que me desmayaría, pero intenté hacerme el valiente ante los gorilas que resguardaban la casa y ante el mismo Damián.Me dirigí a casa, debía hablar cuanto antes con Sofía, y al llegar a casa encontré todo hecho un desastre, busqué a Sofía por todos lados, pero no la encontré. Ese no había sido Damián, si algo admiraba de él, era su profesionalismo. Jamás hacía algo por la espalda, siempre hacía cumplir su palabra, sin duda alguna, era alguien a quien respetar, sino fuera porque era el asesino más peligroso de todos, seríamos grandes amigos.No sabía donde buscar a Sofía, no había ningún rastro que me indicara quien se la había llevado. Pregunté a los vecinos, pero nadie sabía nada al r
Desperté sin recordar exactamente lo que había pasado, yo seguía en mi habitación, miré la bandeja que la trabajadora había llevado para que Sofía y yo desayunáramos y recordé casi de inmediato que Sofía se encontraba ahí antes de desmayarme.Me apresuré a buscarla por toda la casa, miré a mis padres en el sillón dormidos, quizás también fueron parte de la trampa o fueron ellos quienes estaban detrás de todo, en ese momento sentí que no me importaba nada, más que encontrar a Sofía. Nadie me daba respuesta sobre ella, nadie la había visto, ni sabían que había pasado, todo fue tan repentinamente que parecía como si el mundo se la hubiera tragado, revisé las grabaciones de las cámaras de seguridad, pero para mí suerte, habían dejado de funcionar media hora antes del atentado. Esto era p
Chris era de esos chicos que creían que controlaba el mundo, solo porque sus padres tenían suficiente dinero, era mi versión joven, solo que más estúpida.–Lo siento, me quedé dormido –comenté, para evitar un enfrentamiento innecesario. La chica salió a ver que pasaba unos segundos después.–¿Qué pasó?–No es nada amor, vuelve adentro, este idiota se quedó dormido.Finalmente, Chris bajó el arma y después de lanzarme una mirada amenazadora, regresó al interior del bote, me dirigí rápidamente en dirección del siguiente bote, pero como había previsto el bote Olivier se dañó antes de lo esperado, pedí apoyo mientras me encontraba a mitad del mar y la oportunidad de encontrar a Sofía había desaparecido. Me sentía devastado, perdido, sin deseos de
Habían pasado tantos días que incluso llegué a perder la cuenta, me dediqué a entrenar absolutamente todo para ser el oponente digno de Damián. Había dejado atrás lo que en algún momento fui, que incluso me había comenzado a creer que era esa buena persona que todo mundo pensaba que era, pero de algo estaba seguro, era el momento adecuado para enfrentar mi pasado. Al fin de cuentas algún día debía hacerlo.Mis padres siempre me dejaron entrenar, sobre todo papá, quien siempre decía que un hombre se definía por sus buenos golpes, yo realmente amaba ese deporte, gracias a ello, nadie en el colegio o universidad se llegó a aprovechar de mí, podía enfrentarme con cualquier persona sin ningún problema y fue una de las características que me salvó al llegar a la ciudad donde conocí a Damián y a los demás mafiosos