Había pasado tres días y Vigga no podía dejar de pensar en las palabras de Kaira de aquel día, le había dicho que Ragnhild solo estaba jugando con aquella mujer que salía en las revistas, la cual era Cleo. Kaira le había dicho a Vigga toda esa mentira para conocer a Cleo y que se alejara del hombre de cuál amaba, y vaya que había dejado a Vigga con miles de pensamientos. Vigga al ser la secretaria personal de Ragnhild lo conocía a la perfección, o eso era lo que pensaba ella por la confianza que tenían. Muchas veces ella se tenía que ir a la mansión del CEO solo para decirles a las mujeres con quiénes se acostaba que se fueran y que Ivar les mandaría un mensaje, cosa que muchas veces era mentira. Algunas como Kaira habían tenido la oportunidad de salir con el CEO más de cinco o nueve veces, en las cuales Ragnhild les daba muchas cosas que ellas querían, como joyas, ropa de marca o algunos viajes, solo para tener su compañía. Pero Ragnhild se cansaba muy rápido de ellas por el simple
Cleo no podía evitar sentir vergüenza ante lo que había visto hace solo un par de segundos, pero no podía negar el hecho que también se encontraba un tanto disgustada y con un sentimiento amargo que no podía explicar. Llego a pensar que quizás era porque su jefe no tuvo el respecto de que ella también estuviera viviendo allí, pero no era así. Cleo sentía una pequeña atracción hacia Ivar que no podía negar, el solo haber soñado con él era un claro ejemplo que sentía algo por el CEO…Por otro lado, Ragnhild estaba molesto por el acto tan indecente que había hecho Kiara, le resultaba asqueroso el hecho que no tuviera tan siquiera un poco de dignidad y se respectara. Estaba más que claro que la modelo solamente lo había hecho para llamar su atención y que Cleo también la viera, era una forma de marca territorio. Otro sentimiento que tenía el CEO era que estaba preocupado por lo que pensaría Cleo de él, en su mente se encontraban varios escenarios en donde ella le decía que todo lo que hab
“Las grandes manos del CEO apartaron el cabello cobrizo del rostro de Cleo, ambos se miraban con cierto brillo de excitación en sus ojos que reflejaban al otro. Los labios del noruego comenzaron a besar los pequeños labios de la mujer, la cual correspondía la acción de su jefe. Ragnhild no podía evitar subir de intensidad del beso, mordía con delicadeza los labios de ella haciendo que Cleo soltara leves suspiros de satisfacción. Los dedos de Cleo se dirigieron hacia la nuca de Ivar la cual dejo que sus dedos subieran un poco jugando con el cabello castaño rubio del CEO.― Abre un poco la boca… ― La voz Ragnhild sonaba ronca y demandante, Cleo sonríe de lado abrieron solo un poco su boca, el CEO acaricio con su pulgar los labios húmedos de ella y nuevamente la beso metiendo su lengua en su boca. La lengua de ambos jugaban con la otra, sus respiraciones aumentaba la velocidad al igual que sus pulsos, ambos querían el contacto del otro, necesitaban sentir sus cuerpos pegados.Un fuerte c
En cierta parte Ragnhild sabía que tener a Cleo en la empresa era por su propio capricho, quería tenerla allí solo para verla todos los días y que si en un futuro terminaba formalmente con Lucas él estaría para ella. No podía negar el hecho que en verdad quería algo con Cleo, era algo que, aunque al principio lo intento negar, no pudo. Pero si aquella conexión entre ambos no se hubiera formado igualmente hubiera hablado con Cleo para que formalmente trabajara en su empresa, Cleo hacia un buen trabajo, además que lo había ayudado mucho estando en la mansión del CEO.Vigga en su momento también se lo había dicho personalmente a Ragnhild, a pesar de la amistad de las dos mujeres podían ver todo el esfuerzo y dedicación que Cleo tenía en el trabajo. Esa era una de las tantas cosas que admiraba y le gustaba de Cleo a el CEO, una sonrisa se posó en su rostro al escucharla reír de algo que le estaba hablando Vigga, los tres se encontraban en una cafetería cerca de la empresa dejando que la h
Habían pasado dos días en los cuales la cercanía de Cleo e Ivar crecía en aumento, ella ahora lo miraba con otros ojos, pero quería llevar las cosas con calma como Ivar lo hacía con cierto disimulo. Ahora ambos se encontraban en camino hacia la agencia de Rossell para que Cleo renunciara y pudiera firmar el nuevo contrato en la empresa de Ragnhild, en ese momento el sonido de una notificación hizo que el CEO revisara su teléfono encontrándose con un mensaje de su madre.“Chat de Eeva…― Este fin de semana invité a tus hermanos a la cabaña que está en la montaña, espero puedas venir, hijo. Tu padre y yo te extrañamos… ― Una sonrisa se posa en el rostro de Ragnhild al leer el mensaje, extrañaba a su familia por lo que iría.― Estaré allá temprano, yo también los extraño.― Tu padre y yo queremos conocer a tu nueva pareja, así que invítala. ― En ese momento Ivar desvía su mirada hacia Cleo, quien se encontraba mirando algunos artículos de viviendas, en el fondo quería decirle a su madre
La semana había pasado con rapidez y eso para Cleo significaba una sola cosa, tenía que buscar sus pertenencias en el apartamento que vivía con Lucas. Cleo se miraba en el espejo que estaba en el baño de la empresa y no podía evitar sentir un fuerte nerviosismo al solo imaginar que estaría allí. Por dentro deseaba que Lucas no estuviera, pero sabía que podía ser casi imposible con lo flojo que era. De sus labios de un leve color rosa soltó un suspiro intentando que todo lo que sentía disminuyera, la cosa era que Cleo no solo iba a buscar sus cosas, también le terminaría a Lucas.En su mente se repetía una sola palabra: “― Terminamos…” ella quería que al solo decir eso Lucas la dejara en paz, no quería darle explicaciones y mucho menos del porqué lo estaba haciendo, sabía que aquello sería inútil ante Lucas. Una vez más Cleo levanto su rostro con cierta mirada de seguridad, estaba más que decidida a terminar con todo y comenzar una nueva etapa. Se colocó la gabardina color beige que le
En el camino hacia la mansión de Ragnhild todo estaba callado, pero algunas veces la mirada de su amiga por el retrovisor eran hacia ella con cierta preocupación. Por otro lado, Ivar estaba a su lado tomando su mano para darle algún apoyo, podía notar como estaba teniendo ansiedad y cierto sentimiento de preocupación por el comportamiento de Lucas. Cleo movía constantemente su pierna intentando tranquilizarse, pero no podía. Unas suaves caricias en su mano izquierda hicieron que dejara sus pensamientos de lo sucedido, ahora se concentraba en lo que estaba viviendo en ese momento. Sentía la calidez de Ivar a un lado de ella, el cómo sus dedos apretaban con cierta delicadeza su pequeña mano y como sus dedos acariciaban su piel.— Cleo, ¿Te sientes mejor? — La voz de Ragnhild en su oído era suave, pero grave. En ese momento se dio cuenta de que le encantaba la voz de su jefe, le parecía relajante. Cleo volteó su mirada en el momento justo en que Ivar se mantenía cerca de ella, ambos ros
El sonido de una leve alarma había ocasionado que Ivar frunciera su rostro ante el ruido que sonaba justo detrás de él, sabía que se tenía que levantar, pero no quería hacerlo. Quería quedarse por más tiempo acostado con Cleo que aún seguía durmiendo plácidamente entre sus brazos, el CEO estiro su brazo al igual que su torso agarrando su teléfono y apagando la alarma que no tenía un volumen muy alto.Ragnhild nuevamente se acomodó abrazando el cuerpo un tanto robusto de Cleo, sus ojos de un intenso azul miraron el rostro de la mujer y no pudo evitar mostrar una sonrisa. El noruego se preguntaba como aquella mujer que tenía entre sus brazos pudo haber entrado a su corazón, ante sus ojos era simplemente hermosa. Su mano acarició con suavidad la mejilla de Cleo apartando un mechón de su cabello cobrizo, las ganas de levantarla besando cada parte de su rostro no se iba de la mente de Ivar, pero, aunque quisiera hacerlo, no quería incomodarla.Los labios del CEO se dirigieron a la frente d