Sin pensar en nada más, que en arruinar la felicidad que viven Román y Annie, la envidia de Ámbar se pasea por la aldea con las intenciones de llegar al Reino y contarle al Rey de la ubicación de Annie. Sin embargo, sabe que debe ser cautelosa, puesto que de enterarse Román le desterraría inmediatamente. Es por ello, que utiliza la noche para salir sin ser descubierta en la penumbra de su maldad.

En su infancia, estuvo involucrada con un niño que hoy día es guardia real, así que piensa en poner sus habilidades de seducción para manipulara a este chico y conseguir una reunión con el rey. Emprende su viaje hasta el castillo sin considerar consecuencias.

Vaya sorpresa, su camino estuvo libre y llego en tiempo récord. Las cosas van marchando de viento en popa para ámbar. Como era de esperarse su amigo de la infancia la reconoció inmediatamente y le hace pasar a escondidas, se reúnen en la habitación de descanso de los guardias, el chico esta impactado con la belleza de Ámbar y con su ma