Todo había cambiado en mi ausencia…
El café había pasado a manos de Philip como gerente del local, mientras que yo seguía siendo la dueña, pero ya no tenía que ir al lugar de trabajo, tan sólo recibía informes a mi email de empresa, semanalmente… y poco más.
De modo que me aburría mucho, ya no tenía un negocio al que acudir.
No llevaba ni una semana allí y ya no sabía qué hacer, no estaba acostumbrada a quedarme de brazos cruzados, a no tener un trabajo al que acudir. Aquello me estaba sacando de quicio, ya que debido al gran tiempo que tenía a lo largo del día no paraba de pensar en cierta persona, en sí habría hecho bien en dejarle atrás.
Aquella tarde, mientras bebía el té con la señora, en la sala de estar, esta intentaba animarme para
A la mañana siguiente me levanté temprano, ya que tenía que ir a aquella cita de trabajo en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad. Me encontraba bastante lejos, en el distrito de Queens.La Avenida Libertad estaba abarrotada de gente aquel día y la verdad aquel lugar no tenía buen aspecto, había gente muy rara deambulando por allí.¿eres Ana Álvarez? – Me preguntó un tipo algo desaliñado, con los pelos alborotados y con un cigarro en la boca. Asentí con algo de miedo, tengo que reconocer. El chico dio una larga calada al cigarro antes de volver a hablar, y dejó escapar el humo de sus amarillos dientes antes de proseguir – Sígueme.Continuamos por la calle principal casi una manzana y luego doblamos a la derecha dos veces, hasta llegar a un callejón aleja
Me encontraba sentada en una amplia sala de espera, eran las ocho de la mañana, me habían hecho pasar y me habían ordenado que rellenase el formulario antes de entrar con el responsable de reclutamiento:La primera hoja constaba de datos personales como nombre y apellidos, fecha de nacimiento, nacionalidad, dirección, idiomas que podía o sabía hablar, y un largo etc, pero además venían preguntas bastante sospechosas, del tipo iniciativa y motivación para formar parte de nuestra agencia, ¿sabe relacionarse con los demás?, ¿podría ser capaz de tomar decisiones frías en situaciones que salgan de lo común?, ¿diría usted que mantiene una imagen positiva en su vida diaria?La segunda hoja era mucho más rara que la primera: Había ejercicios de razonamiento lógico, ejercicios para atender a los detalle
Llamé al despacho de Vincen, temiendo llegar tarde a la reunión, y entré rápidamente, admirando como el resto de los nuevos reclutas ya se encontraban allí, todos, bien vestidos y firmes como si les hubiesen metido un palo por el trasero.Vincen carraspeó molesto, mientras miraba hacia mí, para luego tomar aire y proseguir su discurso…Como iba diciendo, debéis recoger el material en la oficina número 65, allí os proporcionaran lo básico para empezar: una pistola, un cajillete con 25 balas, un chaleco antibalas, los zapatos y el traje de vestir, una camiseta con letras estampadas del FBI (que como ya hemos dicho no debéis poneros a la ligera). El resto del material lo encontraréis en vuestra taquilla el viernes. De momento para entrenar con vuestro compañero sólo lo que acabo de deciros. Todos tenéis ya asign
Acababa de llegar al centro, montada en mi bicicleta, cuando me percaté de que mi compañero se me había adelantado y estaba haciendo el entrenamiento sin mí.Aparqué la bici a un lado de la calle, asegurándola a una farola con su candado, para luego comenzar a caminar, a grandes zancadas hacia el andén del tren, donde transcurría la acción.Llevaba unos jeans, una blusa y mis conver.¿por qué no me has esperado? – pregunté al llegar hasta él, el cual llevaba una camisa vaquera negra, entreabierta, lo que me hizo enmudecer, al instante. Él pareció darse cuenta del detalle, porque en ese momento, y como solía hacer cada vez que me quedaba embobada mirándole, siguió caminando, sin tan siquiera dirigirme la palabra - ¿dónde está el sujeto? – Pregunté mientras le agarrab
Me encontraba realmente feliz en mi nueva vida, haciendo lo que me gustaba, porque si, aquel nuevo trabajo me encantaba, y fingiendo ser alguien que no era en mi vida diaria.Con el único que no me llevaba demasiado bien era con mi compañero, aquel que me había bautizado con el apodo de “novata” que me lo soltaba cada dos por tres.Aquel día, llevaba unos pantalones ajustados de cuero, una camisa blanca y unos taconazos de infarto. Tenía el pelo peinado hacia atrás con unos exagerados rizos.Me sujetaba con fuerza a las anillas del autobús mientras admiraba como mi compañero con su camisa de cuadros entre abierta miraba hacia mí con chulería. Estaba harta de aquella pose, pero aun así no dejé que se me notase en lo absoluto.Miré con disimulo hacia nuestra víctima, un hombre mayor d
Aquel lugar era hermoso, tal y como había imaginado.Me encontraba junto a un manantial de agua caliente, con las maletas acuestas. Aquel era el lugar, el hostal donde nos quedaríamos estaba justo arriba de la montaña, apenas a unos 20 minutos andando desde la parada de taxi.Había sido una semana de lo más ajetreada, sin dejar de preparar preparativos para el viaje, y sin apenas dirigirle la palabra al estúpido de mi compañero, pero ya había dado mi palabra de que iría con él, no podía echarme atrás ahora.Miré hacia la pared de la entrada, donde una jaula con algunos pajarillos se encontraba. Las aves cantaban alegremente mientras la brisa que venía de las montañas llegaba hasta nosotros.Teníamos habitaciones reservadas – comenzó mi compañero por primera vez desde q
Después de aquel día no volvimos a hablar demasiado, estuvimos en el pueblo y él se reunió con algunas personas mientras yo disfrutaba de la fiesta que habían organizado en honor a los dioses celestiales. Me encantaba aquella cultura, era digna de alabar.Él me trataba como a una desconocida cuando estaba con otros, así que no tenía demasiadas ganas de saludarle aquella vez.Me levanté de la silla y caminé entre la muchedumbre hacia el bosque, era el único camino para ir al hostal. Mientras pasaba por su lado y la de los otros hombres. Pero había algo diferente aquella vez, él no dejó de mirarme hasta que sus acompañantes volvieron a hablarle.Seguí andando, río arriba, hacia las montañas. Apenas me había alejado unos metros cuando escuché un crujido detrás de m&iacu
Habían pasado dos semanas, ya habíamos vuelto a casa, y seguíamos trabajando como si nada. Nada más volver pude darme cuenta de lo mucho que él había cambiado, esa visita a la tumba de su hermana lo había cambiado, las duras palabras del señor Miyagui habían abierto una herida que él ya creía cerrada y ahora era mucho más borde y estúpido que de costumbre.Y eso hizo que tomase una decisión, eso y haberme sentido tan atraída a él en aquel viaje, no podía dejar que otro hombre entrase en mi vida, y menos un hombre como él. Necesitaba poner distancia entre ambos, y no había otro modo de hacerlo: me había vuelto dura, independiente y había comenzado a frecuentar hombres de usar y tirar. Me había vuelto toda una mujer fatal.Me bajé de la moto, sacud