Capítulo 22

Ulises contempló a Maritza antes de entrar a la casa, como un bobo, no pudo disimular su nerviosismo. Su madre le pegó un pequeño codazo y entraron.

―Buenas noches ―saludó Anthea a sus anfitriones.

―Buenas noches ―saludaron de vuelta.

―Hola, Xiomara; hola, Maritza ―saludó Ulises.

Xiomara le dio un abrazo, ella tampoco lo había visto después de su regreso.

―Me alegro tanto, jefe, que esté bien, nos dio mucho susto.

―Y yo me alegro de que tú estés bien, ¿has sabido de los demás chicos?

―Todos se salvaron, aunque Ignacio está hospitalizado todavía, con una pierna rota, están evitando amputársela.

―No me habían dicho eso, lo visitaré. La verdad, es que pocas noticias me han dejado ver, no puedo trabajar y casi no puedo salir, según dicen estoy con estrés postraumático. ―Neg

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