―No seas infantil. Simplemente tus desplantes me… alteran, pero es mi problema, no el tuyo.―¿Para eso llamas?, ¿para decirme que soy infantil? En ese caso, tú eres un jodido viejo gruñón entonces. ―Quien me está alterando a mi es él. Idiota. Tiene mis nervios a flor de piel y una revolución en mi cabeza, quiero golpearlo. Y una pregunta pica en mi boca y hablo antes que me ataque con sus palabras―, ¿cómo rayos conseguiste mi número celular?―¿Siempre hablas de esa manera? No pareces ser una educadora. ―Esto es el colmo, me llama para insultarme.―¡Vete a la mierda, Troy! Que tengas un lindo día.Le cuelgo. Me doy el gran gusto de hacerlo dejándolo con la palabra en la boca, al igual que él lo hizo conmigo esta mañana. Arlet me mira con cara de querer preguntar mil cosas y lo hace.―¿Quién rayos es Troy? Y sea quien sea, te ha puesto de los mil demonios. Mírate, hasta estás como un tomate de colorada, mejor te sirvo algo de agua de jamaica para calmar esa rabia.Suspiro y me encojo de
Una mano acaricia mi mejilla, creo que me he quedado dormida, abro poco a poco los ojos y Troy se encuentra agachado frente a mí con rostro preocupado, lleva un traje gris, camisa blanca y corbata verde oscuro, siempre tan elegante. Bajo mi vista a mi vestuario, zapatillas planas color negro, pantalón azul oscuro con bolsillos a los lados y una blusa de encajes color blanca. Él coloca su dedo en mi mentón y lo levanta.―Gracias por acompañar a Angy hasta aquí, fue muy amable de tu parte.Le sostengo la mirada, esta vez no me alejo de él, luce vulnerable, su sobrina se encuentra en un quirófano y necesita una mano amiga. Creo que de nuevo siento esa sensación rara con su presencia y siento que me voy a desmayar. Respiro con calma.―No hay nada que agradecer, Angy y el resto de los niños son muy especiales para mí. ―Me regala media sonrisa y uno de sus dedos frota una de mis mejillas.―¿Por qué llorabas? ―Pregunta tierno, decido ser sincera.―Porque... hace años perdí a un primo pe
*Hola, ¿cómo sigue Angy?**Que saludo tan serio :( Mi consentida se encuentra recuperándose, extraña a su preciosa maestra.*Me rio de su ridícula respuesta. Desde ese día del beso no he tenido más noticias sobre él, pero quería saber de la salud de Angy. Han transcurrido dos días y en el preescolar no tenemos noticia alguna. ¿Y este hombre ha puesto carita triste? Quien lo viera, tremendo macho, enviando caritas en un mensaje de texto. Aunque Arlet asegura que hombre que coloque caritas en sus textos demuestra sinceridad. Decido molestarlo un poco.*¿Ahora envías caritas? Eres tan adorable, me alegra que Angy se encuentre mejor, la extrañamos.**¿Qué insinúas?, ¿que soy un maricón? Para tú información, los hombres que envían en sus mensajes caritas están siendo sinceros, aunque si lo deseas puedo darte una muestra de mi yo “adorable”, te vas a lamer los labios.* Maldito provocador. Ya verás.*Quiero ver esa muestra entonces.**No sabes lo que me pides, Victoria.**Por eso mismo, c
―Sí quería, sí deseaba ese beso de Troy ―confirmo calmada, no soy una cría para dar brinquitos por ese beso divino, aunque mi conciencia ha dado tantos saltos de alegría por ese beso que ya lleva medalla olímpica―, por otro lado, digamos que tengo una cita con él, este sábado ¡Y antes que digan algo! Se dio precisamente por ese beso, yo le envié un mensaje de texto para preguntarle por Angy, una de mis alumnas.―¡No me digas que es el padre de esa nena! ―exclama Fiorella, un poco tensa.―No, nada que ver. Es su tío, amiga, tengo tanto que contarte, pero te resumo: comencé a burlarme de su manera de escribirme por texto y terminamos con esa cita este sábado, por otro lado, eso de robarme un beso así como así, ya saben que no me gustan los hombres dominantes, si él quiere eso se tendrá que atener a las consecuencias... ¿Y a que no adivinas, Ari? ¡Usa caritas en sus textos!―¿En serio? Ya me cae bien ese hombre ―dice entusiasta.―¡Es un hombre! No le den tanto crédito a esa fiera, dejemo
No he tenido un día bonito hoy, mi cansancio va en picada, algo extraño en mí porque siempre soy muy enérgica y activa, asumo que esto se debe a que no he tenido vacaciones desde hace más de un año. Cuando tuve que haberlas tomado decidí prepararme para la competencia, fueron dos meses sin parar en el autódromo durante prácticamente todo el día, luego ya tenía encima mi regreso al trabajo y de esa manera no descansé de forma correcta. Estoy recostada sobre mi cama y son más de las tres de la tarde, mi cita con Troy es a las ocho de la noche y lo único que deseo es dormir. Miro a un lado, a mi mesita de noche, observo adormilada las tres latas vacías de red bull, justo ahora necesito “alas”, pero ni así consigo espabilarme. Mi madre tuvo que salir a la editorial por su trabajo, hoy no permitió que me hiciera cargo de mi hermana, hasta ella nota que parezco la Bella durmiente, salvo que estoy consciente, por ahora. Por fortuna, Fiore está acá, mi madre había decidido llevar a Mía con el
―No quiero sonar entrometida… pero, ¿qué haces?, ¿cómo te ganas la vida? ―Él me mira cauteloso, como midiendo su respuesta―, ¿no me digas que eres mafioso? ―Esto suaviza su semblante.―Soy el director general de Bourke Motors. Mi padre es Bernardo Bourke. ―Casi escupo mi bebida. Lo miro con los ojos bien abiertos.¿Es en serio?―¡Eres nuestra puta competencia! ―exclamo a punto de reírme. Esto es una jodida broma, por ese motivo estaba muy bien informado sobre el Campeonato. No era solo mero fanatismo, apuesto mi trasero a que tienen a sus corredores inscritos en esa competencia. Un ridículo mareo invade mi cuerpo y siento un extraño escalofrío, trato de controlarlos ya que la noche está resultando muy entretenida.¿Quién lo diría? El maldito CEO de Bourke Motors saliendo en una cita conmigo.Mi padre nunca se ha sentido intimidado por la competencia, por el contrario, trata con ellos con diplomacia, pero a mí sí que no me hizo tanta gracia hace algún tiempo atrás porque sacaron unos m
Troy finaliza la llamada, se encuentra parado frente al gran ventanal de la habitación, observando la noche, parece tenso, es tan extraño. Lo miro a detalle, se encuentra desnudo ¡Qué descarado es! Mi cuerpo reacciona a esa agradable vista y siento unas ganas enormes de volver a tener sexo con él. Soy una maldita golosa. Él se gira como si nada y me atrapa deleitándome con su anatomía, ríe de lado y de manera coqueta. Sin pensarlo se dirige hacia a mí y me lo como con la mirada. Se trepa a la cama de un salto y se recuesta a mi lado.―Siento haberte despertado. ―Agarra mi trenza y le quita la pequeña liga de la punta para comenzar a desenredarla.―Fiore te matará ―advierto divertida.―Te la puede volver a armar, por ahora quiero ver tu cabello suelto, ¿quién es Fiore?―Una buena amiga, es de España. En realidad se llama Fiorella.―Si es como Arlet, creo que me la llevaré bien con ella. ―Nos quedamos callados mientras sigue desatando mi trenza. Creo que esta noche le he dado más i
―Seguro, pásale el celular. ―Mamá lo hace y de inmediato escucho a Mía.―Holaaaa, Toti. ―Se le escucha la voz agitada, estoy segura de que estuvo dando saltos antes de que nuestra madre le tendiera el celular.―Hola mi princesa encantada, ¿cómo estás hoy?―Juego con Fiore. ―Abro la boca tanto como puedo, acaba de pronunciar el nombre de mi amiga sin dificultad alguna, la letra R ha sonado perfecta.―¡Mía, muy bien chiquita! Acabas de pronunciar el nombre de Fiore correctamente, ¿puedes decir el mío? ―Escucho atenta―, vamos, di Tori.―Toti. ―Nada más esto me faltaba, mi hermanita no sabe pronunciar mi nombre pero el de Fiore sí, siento una pequeña punzada de celos.―Cariño… ―Mi madre vuelve a hablarme entre risas―, ya tendremos tiempo de enseñar a Mía a pronunciar tu nombre como se debe. Te dejo, besos.―Ya lo creo. Besos igual. ―Cierro la llamada un poco pensativa.―¿Tienes una hermana pequeña? ―pregunta Troy, concentrado en la carretera. Decidí dejar mi coche en el autódromo antes de