Mi madre se acerca a nosotros a paso apresurado.―Hola, Troy. ―Lo saluda con media sonrisa al igual que a Mía, a mí me dirige una mirada acusadora y me quita a mi hermana de los brazos.―Victoria, espero tengas un muy buen argumento para esto. Te veo en casa.La veo girar sobre sus talones y se marcha, me quedo estática viéndola partir hasta que sale por las puertas corredizas del hospital. Mía nos dice adiós con su manito mientras recuesta su cara en el hombro de mi madre. Troy me pega a un costado de él, abrazándome.―¿Mi amor? ―digo bajo.―Dime, preciosa.―Presiento que deberás buscarte otra novia. ―Él se estremece por la pequeña carcajada.―Deja de decir tonterías.―Te hablo en serio, hoy parto de este mundo, tú suegra me matará. ―Él continúa riendo.―Pues deberán matarme a mí también, no pienso dejarte sola ni en el más allá. ―Suelto una carcajada estruendosa y me pego más a su cuerpo.―¿Qué sería de mí sin ti, Troy Bourke?―Serías un ser humano más del montón. ―Ríe. Amo su
―¿Qué piensas hacer?Estoy sentada sobre la tapa del retrete, con miles de sentimientos en mi cuerpo. Arlet se encuentra sentada frente a mí en el piso del baño. Amo a los niños, me encantan, por ello soy maestra de preescolar, por ese motivo estudié esa carrera, sin embargo nunca me imaginé como madre hasta el día de hoy. Sin poder evitarlo me llevo una mano al vientre plano, es imposible evitar ese gesto. Miro a Ari y le sonrío con calma, ella se nota preocupada.―Primero abrázame, zorra. ¡Voy a ser mamá y tú tía! ―Ari se levanta de inmediato al igual que yo y nos damos un abrazo fuerte y cargado de ternura. Mi amiga me golpea suave en la frente.―Ya deja ese vocabulario, ahora si es definitivo, no querrás ver a una mini tú o un mini Troy repitiendo como loro: hola zorra, hola perra.―¡NO! ―Comienzo a reír a carcajada limpia―, aunque mi amor dice palabrotas, pero estoy segura de que detestaría que nuestros hijos tengan tal vocabulario―, Arlet deja de reír y me acaricia una mejilla.
―No llores, estamos emotivos. Nuestras vidas ya no serán las mismas, ahora tendremos un angelito viviendo con nosotros. Calma, mi amor, ¿qué quieres decirme? ―Intento parar un poco el llanto o no podré hablar nunca.―No sé... si sea el momento indicado para esto... pero desde hace semanas lo vengo pensado, quería hacer esto de otra manera más original... un viaje solos tú y yo, sin embargo... ansío hacerlo ahora. ―Mi nariz debe estar roja, mocosa y fea, pero no me importa, lo único que mi corazón quiere y ama es a este ser, no titubeo en preguntarle lo que vengo maquinando hace días, no hay dudas, lo hago―, no sé si tengas dudas o pienses que tal vez sea una locura, pero el amor de mi vida eres tú, quiero solo vivir a tu lado para siempre, por siempre, por eso... quiero ser tu esposa.Sus ojos rojos a causa del llanto se cierran unos segundos, luego los vuelve a abrir, me observa fijamente, levanta una mano para limpiar la humedad en mi rostro y luego me acaricia las mejillas, me fijo
El neurólogo se marchó hace un par dos horas, mis padres hace una, y mi amor inagotable se quedó dormido a mi lado. Ha sido muy chistoso ver la cara enfurruñada de la enfermera que vino hace media hora para retirarme la vía del tratamiento que se me suministró, dijo con ceja amenazadora que la cama solo era para el paciente, Troy se levantó de un brinco y se disculpó, pero apenas salió por la puerta la enfermera, mi amor regresó junto a mí; a los segundos la puerta se volvió a abrir y él se levantó tan rápido que sus pies se enredaron con las sábanas, ocasionando que se fuera de narices al piso. Su « ¡Uy! » fue tan chistoso que solté una carcajada, él comenzó a reír conmigo. Al final era otra enfermera, una solidaria, que le traía una cobija para él.Lo observo dormir profundamente con sus labios entre abiertos, pegado a mí, abrazándome de manera protectora. Le acaricio su pelo, le ha crecido un poco al igual que su barba, pero me encanta, se ve mucho más sexy. Mis dedos se desli
Cada vez lo deseaba más, eran unas ansias locas, las cuales noto que hoy continúan intactas luego de tantos años, Troy me enciende con solo un toque. Después llegó mi viaje a Italia y ocurrió ese maldito accidente que lo cambió todo de manera abrupta para mi ángel terrenal, él ha sido quien ha cargado con ese peso y eso siempre me va a doler.―¿Qué haces despierta, princesa? Son más de las dos de la mañana ―dice mi amor hermoso a mi lado, devolviéndome al presente―, debes descansar, eso no le hace bien a nuestro bebé. ―Sonrío al escucharlo hablar de nuestro producto de amor.―Recordando, amor mío. El pasado y como te conocí. ―Le tomo una de sus manos y la beso―, naciste para ser mi pareja de vida. ―Él asiente con admiración.―Y también para hacerte feliz ―acota tierno.―Eso lo he sabido desde hace tiempo. ―Me acerco a él y lo beso largo rato.―Pórtate bien ―me reprende con sus labios sobre los míos―, mira que si viene la enfermera militar me bota de acá como perro callejero. ―Su
―Tú cama será tu nuevo amor, deberás estar amarrada a ella, amiga. Todo sea por mi sobrino ―declara Ari, recostada a mi lado mientras me acaricia el cabello.―Sí, de aquí no me muevo hasta asegurar muy bien a mi angelito. ―Sonrío al pensar el rumbo que ha tomado mi vida durante estos días. Un giro enorme a decir verdad, es impresionante como te puede cambiar el mundo en segundos. ―Estamos a cinco días para la última carrera en Qatar, ¿cómo te sientes respecto a eso? ―pregunta en susurro Ari, debe imaginar que eso me afecta por completo, pero es todo lo contario.―¡Feliz! Ari, de verdad estoy tranquila. Ya me siento ganadora, ya gané, me siento inmensamente agradecida con la vida y con Dios, estoy con mi amor verdadero, que esperó pacientemente por mí durante tres largos años, y ahora seremos padres, ¿qué más puedo pedirle al cielo, a la vida? No obtendré esa gran copa del campeonato este año, sin embargo obtuve dos grandes y preciosos trofeos, Troy y nuestro futuro hijo, además no es
Fiorella Por fin aterricé en esta hermosa ciudad, ansiosa a más no poder por ver a mis amigas, sobre todo a Tori, todavía me resulta increíble que esté embarazada mi piloto preferida, y qué decir de mi cuñado Troy, se ha ganado mi cariño. Es todo un caballero.Me dirijo a la rampa a la espera de mi equipaje. Ari ya debe esperar por mí. Saco el móvil de mi bolso para actualizar la hora con la de Boston mientras espero por las maletas. Estoy ansiosa por ver también a Mía, le he traído chuches y muchas cosillas divertidas de Peppa, a Tori le dará un ataque rosa. Me rio sola como tonta.Mis tripas rugen, tengo un poco hambre y se me antoja una tarta de chocolate, pero en vista de que no hay tarta a mí alrededor decido ir a una máquina expendedora de snacks para satisfacer mi apetito, rebusco en mi bolso y consigo el dinero para comprar algo, y en efecto veo algo delicioso a través del vidrio: snickers. Introduzco el billete, marco el código y espero por mi rico chocolate, mientras obs
Troy ―¡Enhorabuena, amigo, felicidades!Mario me estrecha en un abrazo de camaradería por mi compromiso con mi mujer, tanto a él como a mi familia no les ha tomado por sorpresa la noticia, al parecer todo el mundo nota el amor que nos profesamos, no lo podemos evitar; por otro lado, lo de nuestro hijo los ha dejado algo impactados, pero están todos contentos por el nuevo miembro de la familia que viene en camino, mis padres hoy desayunarán en casa de mi hermosa mujer, quieren visitarla por su estado delicado y de paso ir familiarizándose con mis queridos suegros, por ese lado me tranquiliza.Hoy es la última carrera en Qatar, ella ya me ha dicho que no se siente triste respecto a eso, de igual manera me hace bien que hoy se distraiga un poco.Mi querido hermano Thomas es el único que ha protestado desde ayer que le anuncié las buenas nuevas, y continúa haciéndolo justo ahora antes de que Mario entrara a la oficina.―Me cagaste una gran apuesta, sabandija. ¡Una bien grande! Todo va