Capítulo 23

―Estás muy callada ―dice mi enamorado.

Son las 2:30 de la mañana y acabamos de estar por tercera vez juntos. Estoy recostada sobre su pecho a punto de caer rendida, mi cuerpo se encuentra entumecido, extasiado, sudoroso y adolorido de placer. Él juega con mi cabello, lo acaricia con ternura.

―Can... sada ―digo con un gran bostezo. El ríe y su pecho se estremece por la risa.

―Realmente fuiste tú la que me atacaste, te dije que debíamos dormir hace dos horas atrás. ―Ahora soy yo la que me rio.

―Comprende mis necesidades, teníamos una semana y un día sin tener sexo, eso es terrible para mi humor. ―De nuevo vuelve a reír. Me gusta su risa, es enérgica y varonil.

―Me siento tu esclavo sexual. Exijo una paga, señorita.

―¿Qué más paga que mi cuerpo, señor? Soy toda tuya. ―Suelto sin poder evitarlo y siento como se tensa.

―¿Estás segura de eso? ―Me coloco frente a él para poder verle a la cara.

―Sí ―contesto sin vacilar―, por ahora lo estoy, Troy. Siento que... puedo confiar en ti.

―Gracias ―
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