Nathe no podía creer lo que estaba viendo, uno de sus mejores amigos de la infancia se atrevió a besar a Alexandra, estaba a punto de actuar cuando de pronto Alex le dio una patada en los bajos para rematar en un codazo en el hombro, haciendo que aquel chico cayera adolorido, lo que resultó en risas de Nathe y Brandon.
— ¡Qué te sucede, loca! —grita la chica que besó a Nathe.
—Él se lo buscó por besarme, y si se vuelve a acercar a mí lo mato —Alex se cruza de brazos mientras se dirigía a la salida.
—Espera —Nathe la detiene—. No te vayas, ellos tres son mis mejores amigos de la infancia, ven, te los presentaré.
—
La noche aún era joven y Nathe tenía mucho por hacer, cuando le habló a Caroline sabía que se estaba arriesgando pero quería compensarle a Alex de alguna manera por todo lo que había sufrido en tantos años, después se encargaría de su amigo Brandon, ahora la prioridad era ella. Cuando llegó a su casa Caroline ya estaba saliendo, al verlo subió de inmediato a la camioneta de Nathe y sonrió de oreja a oreja.—Así que estás haciendo todo esto por el cumpleaños de Alex.— ¿Cómo lo sabes? —pregunta Nathe con asombro—. Pensé que nadie sabía.—Yo siempre he sabido que es su cumpleaños, pero nunca le dije nada porque la conozc
Brandon se rindió, Alexandra era una chica verdaderamente difícil, no estaba acostumbrado a alguien así, la mayoría de las veces las chicas hacían lo que él quisiera y lo apoyaban sin que él se los pidiera. Por eso sentía tanta fascinación por ella, aunque le había prometido a su amigo no intervenir, cuando estaba cerca de ella no era él mismo, es como si otra persona tomara su lugar y quisiera todo el tiempo impresionarla. Entonces se le ocurrió la idea de arruinar la sorpresa que tenía Nathe para Alex, quería a su amigo, pero estaba celoso, en el fondo quería a Alex para él solo.—Bueno, entonces regresemos a casa de Nathe, debes descansar —Brandon suspira sabiendo que hace un buen rato ya habían terminado los fuegos artificiales.
Alexandra no podía creer lo que estaba escuchando, y sintió en su pecho una sensación que la hacía sentirse por las nubes, los latidos de su corazón aumentaban con cada segundo que pasaba y estaba segura que en cualquier momento saldría corriendo.— ¿Qué quieres decir? —pregunta Alex anonadada.—Quiero que seas mi novia de verdad, sin mentiras, sin tener que fingir frente a cámaras —Nathe le toma el rostro con ambas manos—. Quiero que seas mía, solo para mí.Alex abrió los ojos como platos y sonriendo lo abrazó, era la primera en vez en su vida que sentía algo por alguien que no fuera su propia hermana o al que creía que era su mejor amigo Steve, y Nath
Alexandra esperaba con ansias a que los rayos del sol se filtraran como fieles intrusos a través de la ventana de su habitación, el sonido del despertador sonó tan fuerte que por momentos había olvidado que ya no estaba durmiendo ni vivía en la casa de sus padres, las sesiones con la psicóloga habían sido suspendidas por un tiempo ya que tenía que concentrarse en Nathe, en su noviazgo, y en las composiciones, eso sin contar que hoy mismo iniciarían las clases para que le enseñaran cómo comportarse como una chica de la alta sociedad, no le agradaba mucho pero tenía que hacerlo por Nathe, por primera vez sentía que debía esforzarse por mejorar para hacer feliz a alguien.Se levanta y se prepara para una ducha cuando Nathe entra a su habitación, eran las cinco de la mañana y sus c
Aquellas palabras hicieron sentir a Nathe como el más poderoso del mundo, la besó con desenfrenada pasión mientras que con una mano recorría su suave muslo hasta llegar a sus bragas, Alex se aferraba a su cuello, metiendo sus delicados dedos entre el cabello de él, ¿Dónde había aprendido a tocar a alguien así? Era como si todo este tiempo hubiera permanecido dormida y apenas estuviera despertando. Nathe metió la mano hasta llegar a su sexo, Alexandra estaba húmeda y eso lo excitó aún más, con delicados movimientos para no asustarla, introdujo dos dedos entre sus pliegues virginales, capturando el gemido que soltó ella al sentir su tacto.—Nathe —dice ella apartándolo un poco.—Tranquila, no pasa nada —N
Habían pasado ya dos días enteros en los que Alexandra aprendía lo más que podía, la profesora que contrató la madre de Nathe le enseñó como sentarse en la mesa cuando fueran a un evento importante, y que al ser la novia de Zoerk, sonreír en todo momento cada vez que le hicieran preguntas sobre su relación, aunque ella pensó que eso no haría falta ya que lo que ella sentía por Nathe era real. Cuando por fin terminaron sus clases ya eran las seis de la tarde, estaba agotada y enfadada ya que no había tenido la oportunidad de ver a Nathe en todo el día, por lo que se retiró a su habitación, pero al entrar se encontró con Caroline buscando algo entre sus cajones de ropa, cosa que le pareció extraño porque ella tenía ya mucha ropa.— ¿
Han pasado unos cuantos días desde que partieron de Londres a Canadá, la gira de Nathe ya había comenzado y la emoción por verlo por primera vez arriba de un escenario, inundaba de dicha y de felicidad a Alexandra, quien en todo momento no dejaba de verlo, cada segundo que pasaba le gustaba más y cuando no estaban juntos lo extrañaba como nunca, sentirse enamorada era algo que saboreaba poco a poco. Era sábado por la noche, y el primer concierto de Nathe estaba a punto de comenzar, Brandon le había dicho que lo disfrutaría y que no lo perdiera ni un solo minuto de vista, la noche anterior Nathe le había explicado que muchas chicas lo deseaban, y que si veía algo extraño que no se preocupara ya que era parte de show.— ¿Estás lista? —le pregunta Brandon mientras le da una botella
A la mañana siguiente, Alex se despertó con un enorme dolor de cabeza, lo que había pasado en la noche por un momento pensó que lo había soñado, pero al darse cuenta de la realidad de las cosas, supo que no fue así, Brandon si vino y la besó, toda la noche se quebró la cabeza debatiéndose si contarle o no hacerlo a Nathe, eran amigos y si se enteraba de lo ocurrido entonces ambos se pelearían y la gira podría ser un verdadero infierno, aunque sabía que él y ella tenían un trato; siempre decirse la verdad no importando la magnitud de los hechos, por lo que después de una hora despierta mirando el techo, tomó la mejor decisión, se lo contaría todo con detalle a Nathe.Se levantó y así en pijama, salió de su habitación y se dirigi&o