A la mañana siguiente, Alex se despertó con un enorme dolor de cabeza, lo que había pasado en la noche por un momento pensó que lo había soñado, pero al darse cuenta de la realidad de las cosas, supo que no fue así, Brandon si vino y la besó, toda la noche se quebró la cabeza debatiéndose si contarle o no hacerlo a Nathe, eran amigos y si se enteraba de lo ocurrido entonces ambos se pelearían y la gira podría ser un verdadero infierno, aunque sabía que él y ella tenían un trato; siempre decirse la verdad no importando la magnitud de los hechos, por lo que después de una hora despierta mirando el techo, tomó la mejor decisión, se lo contaría todo con detalle a Nathe.
Se levantó y así en pijama, salió de su habitación y se dirigi&o
Ambos corazones palpitaba al mismo ritmo, mientras Nathe con mucho cuidado le regalaba besos por toda la cara, Alexandra estaba nerviosa, desde lo que pasó con Berth no se había dado la oportunidad de pensar en estar con alguien más, desde que conoció a Nathe su vida cambió, él la ayudó, la protegió, incluso arriesgó su vida para salvarla de las garras de ese criminal y de su padre, en ese momento quería pertenecerle, su cuerpo se lo pedía a gritos, por lo que en cuanto Nathe le quitó la bata de dormir cayendo esta al suelo como suave pluma, tragó saliva y asintió en todo momento cuando él le preguntaba con la mirada si eso estaba bien.—¿Te puedo quitar el vestido de dormir? —le pregunta Nathe con cuidado de no subir el tono de voz para no asustarla.
Brandon solo escuchó las últimas palabras que dijo Alexandra, ya que estaba embobado con lo hermosa que se veía con aquel vestido floreado. Por otra parte sabía que aquella jugada la había hecho la madre de Nathe.—Imposible, Nathe te quiere y estaría feliz de que estuvieras a su lado.—Opino lo mismo que Brandon, debes ir —la alentó su hermana menor.—Pero ¿y si se enoja? —pregunta con confusión Alex.—Tonterías, andando, yo también tengo que ir a ese estúpido desayuno.Alex le aventó una última mirada a Caroline y después sonrió siguien
Nathe estaba petrificado con todo lo que le había contado Nathe de su pasado y del porque nunca le dijo nada, sintió rabia e impotencia, de alguna manera entendió el porqué de niño siempre fue muy introvertido, conforme fueron creciendo su actitud fue cambiando pero parecía que siempre estaba a la defensiva, recordó que cuando eran niños, una vez fueron al parque a jugar, pero cuando llegaron se dieron cuenta de que un señor estaba tratando de llevarse a otro niño de su vecindario, aquel hombre estaba dentro de un carro y por lo que pudieron escuchar, le decía que si iba con él le regalaría todos los dulces que él quisiera, Brandon se enfureció y corriendo le aventó a aquel hombre una piedra, tomó la mano de aquel niño y salieron corriendo los tres mientras aquel hombre después de soltar unas cuantas palabra
Nathe sentía que se iba a desmayar de la emoción al enterarse que Alex iba a hacer el amor con él por primera vez, cada segundo, cada minuto que pasaba su amor por aquella chica misteriosa crecía poco a poco sin medida, nunca sintió algo similar con nadie, al principio por Cathalyn creyó que sí, pero con la convivencia y con los problemas que surgieron después, se dio cuenta que la llama se había apagado y que la monotonía había tocado a sus puertas.— ¿Estás completamente segura? —Nathe quería estar seguro.—Sí —responde Alexandra con mucha seguridad.— ¿Cuándo quieres que lo hagamos? —un brillo especial se colocó en los ojos
Nathe no podía creer lo que estaba pasando, estaba acelerado, su madre le contó en el trayecto que al parecer Brandon había tomado mucho, y por esquivar un camión de carga chocó contra un árbol, en cuanto se enteró salió corriendo del hotel al mismo tiempo que Alexandra, quien estaba pálida. Brandon era un excelente conductor y jamás manejaba cuando tomaba, ¿qué le habría pasado? Mientras tato, la madre de Nathe veía con odio a la chica que su hijo había elegido como novia, cosa que ella no lo notó, en cuanto llegaron al hospital, el médico que atendía a Brandon les informó que no fue nada grave, solo tuvo unos cuantos rasguños y un corte en la frente, y que en cinco minutos podían pasar a verlo.—Creo que el peligro ha pasado —dic
Escuchar todo lo que Nathe había hecho para que ella se sintiera bien cuando se le entregara le hizo sentir mariposas en el estómago, Nathe no era como su madre, era una buena persona, y ahora comenzaba a sentir como si su cariño creciera poco a poco, paso a paso como él decía.—No lo sabía.—¿Y pasaste bien aquello? —Brandon traga saliva al saber que en cuanto lo escuchara de la boca de la chica que quería, tendría que olvidarse de ella poco a poco y tal vez comenzar a verla como una hermana menor, aunque en el fondo sabía que eso era imposible.—Pues no lo sé, estábamos queriendo... bueno... a punto de... —Alexandra se siente un poco incomoda—. En pocas palabras la
Había ya pasado un mes en el que Nathe estaba de gira al lado de su mejor amigo, Brandon, las cosas entre su madre y Alexandra no mejoraban pero por lo menos en público se toleraban, Brandon mantenía su distancia mientras que Alex y él seguían amándose. Había terminado el concierto en Alemania y por fin tendrían todos un descanso de un fin de semana completo, se hospedaron en el mejor hotel como siempre.—Lo digo en serio, ¿por qué no me crees? —pregunta Nathe con una enorme sonrisa que revelaba su triunfo.—Porque sé que has hecho trampa —reclama Alex.—Claro que no, lo que pasa es que no quieres perder ante mí, pero ya debes aceptar la derrota.
Los nervios carcomían el corazón de Nathe esperando la respuesta de Alexandra, mientras ella permanecía callada, por unos segundos pensó incluso que la perdería pero al verla sonreír se aclararon todas sus dudas.—Acepto —Alexandra responde por fin—. No sé qué nos depare el futuro pero quiero estar a tu lado, quiero casarme contigo pero con una condición.—Pide lo que sea —responde Nathe lleno de felicidad.—Si sucediera que nos casemos quiero que sea por bienes separados, no quiero que me des nada de tu dinero, quiero trabajar por mí misma y ganar mi propio dinero.—Pero...
Último capítulo