Capítulo 38

A la mañana siguiente, Brandon se levantó muy temprano para preparar el desayuno, estaba emocionado como niño con juguete nuevo, en toda la noche no había pegado el ojo por estar pensando en Alex, y se castigó por pensar en ella de una forma llena de lujuria, lo que más le sorprendió fue saber que ninguno de los dos habían sufrido alguna pesadilla, normalmente él las sufría, no diario pero en una semana no le faltaban dos o tres pesadillas, por otra parte Alexandra durmió como un roble. Estaba tan entretenido sirviendo jugo de limón, que no se dio cuenta de que unos ojos curiosos los observaban.

—Veo que estás muy emocionado —le pregunta Alexandra mientras se sienta en el comedor—. Huele bien.

—Nunca cocino, me da pereza ha

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