Cuando Alex cruza miradas con aquellos ojos azules muy parecidos a los de ella, su alma se cae más bajo de lo que ya estaba, ¿cómo podía ser?, pensó que tal vez todo se trataba de una pesadilla, un sueño, volteó a ver a Nathe y este la miró con un poco de lástima.
—De eso precisamente quería hablarte —le dice Nathe con un nerviosismo muy notable, Alex pudo ver que le temblaban las manos aunque quería aparentar que era fuerte—. Ya que tus padres están en prisión y que se están haciendo las averiguaciones correspondientes, confesaron que...
—Patito —susurró Alexandra, no prestaba atención a lo que decía Nathe, ella solo quería abrazar a su hermana—. ¿Cómo es posible
—Sabes, cada que mire una estrella me acordaré de ti —Nathesuspira mientras alza una mano hacia el firmamento, el cielo nocturno lo tranquilizaba cuando estaba despejado y estrellado—. Tu nombre lo llevaré grabado en mi corazón por siempre.—Eso es muy cursiNathe—le diceCathalynsoltando una carcajada—. No me gustan esas cosas y lo sabes.—¿Cuáles?.—La palabra siempre estásobrevalorada, solo es una excusa de las personas para sentirse cómodos con algo que nunca cumplirán.—Pero yo si lo cumpliré —Nathese voltea y le da un beso cálido en los labios—. T&ua
En todos los años queAlexllevaba con vida había aprendido de mala gana a defenderse de todo aquel que le hiciera daño, si bien nunca pudo contra sus padres por las razones evidentes respecto a su hermana, usualmente sabía defenderse y eso incluía que no dejaba que nadie pasara por encima de ella, no importa la posición social y económica, ella siempre sabía defender a su hermana.—Llamen a seguridad, una loca se ha escapado —diceBrandontocándose la mejilla.—Cretino —Alextodavía tenía los puños cerrados por si volvía a insultarlas le daría otra paliza.—¡Estás loca! —Brandonestaba hecho una furia—. T
CuandoAlexyCarolinesalieron de aquel lugar,Brandonestaba mandando mensaje a alguien, les aventó a ambas una mirada de odio y caminó por delante de ellas hasta guiarlas al interior de una camioneta que venía acompañada por dos más con guardaespaldas,Alexandrano dejaba de preguntarse como es que alguien podía vivir con aquella fama, estaban en silencio los tres cuandoCarolinedecidió romper el hielo.—Tengo hambre, llévanos a comer algo antes de que desaparezca nuestra presencia de sus vidas —Carolineve fijamente aBrandon, quien sonreía de oreja a oreja.—Una chica lista, eh.—No es necesarioCaroline—Alexsolo
Alexno podía creer lo que estaba pasando, aquellos ojos azules que casi se podría decir que eran grises, se cruzaron unos segundos con los suyos, su corazón latió al mil por hora cuando vio como él golpeaba sin piedad a aquel gorila que minutos atrás intentó violarla.Brandonparecía fuera de si,Alexsentía todo lo que estaba pasando, era como si el dolor que había acumulado por años estaba saliendo, no paraba de llorar.—¡Vas a morir maldito! —gritabaBrandoncomo loco.El chico al que estaba golpeando parecía que estaba inconsciente, entoncesAlexno pudo más, se sentía sucia, cerró los ojos como vía de escape pero no funcionaba, los recuerdos deBerth&nbs
—¿Quién eres? —preguntaCathalyncon descaro—. Nunca te había visto.—Alex... —Nathese quedó con la boca abierta al ver lo guapa que se veíaAlexandra—. Te ves hermosa.—Gracias —contestóAlexcon voz gélida sin mirar directamente aNathe.—¿A dónde van? —Nathefrunce el ceño al ver las maletas deAlexy deCaroline.—Yo lo puedo explicar —se apresura a hablarBrandon.—No pasa nada, solo necesitamos algo de espacio, mi hermana y yo no podemos seguir viviendo aquí, creo q
Cathalyncomenzó a hacer drama ante aquellas palabras deAlex, por lo que ella se dio la media vuelta sin decir nada más y sin voltear a ver aNathe, lo que menos necesitaba era más problemas en su vida, cuando salió vio queCarolineestaba hablando y riendo conBrandon, eso si era extraño, ya que a ella no le caía nada bien.—Alexandra... —Brandonse acercó a ella—. No tienes porque...—Listo —Alexsonrió—. Ya podrás pasar tiempo con tu mejor amigo.—Conseguí un hotel para ti y paramí—anuncióCaroline—. Lo sientoAlexpero no pensaba dormir en la calle.
Cada noche era lo mismo, a las doce de la noche aquel hombre entraba a la habitación del niño, y le hacía sentir su amor, la primera vez que lo hizo el pequeño tenía cinco años, lo convenció argumentando que se trataba de un simple juego y que si no hacía ningún ruido y no le contaba nada a nadie, se ganaría un premio, el niño aceptó pensando que aquello era inocente como jugar al fútbol, pero más tarde se daría cuenta de que no fue así. Muchas veces intentó decirle a su madre, pero ella estaba demasiado ocupada con una botella de alcohol en la mano, y así pasaron cuatro años más, hasta que el niño no aguantó y fue a la policía a contarles todo, lo único bueno fue que seis meses después conocería a su mejor amigo, y juntos comenzarían a caminar juntos,
Brandon estaba sorprendido por lo que decía Alexandra, por mucho tiempo, cuando se sentía solo, o el pasado amenazaba su presente, acudía a chicas para que le hicieran olvidar el dolor, tenía sexo con ellas, saciaba sus deseos carnales pero al final, cuando se marchaban y les pagaba, el vacío seguía en su interior, pero con Alex no pasaba lo mismo, ella con unas cuantas palabras hacía que su dolor se desvaneciera poco a poco, entonces sintió el impulso de fundirse con ella, la tomó del brazo y la estrechó contra su cuerpo.—¿Qué haces? —musitó Alex mirándolo a los ojos.—Te necesito...Alexandra.Alex se había puesto en defensa pero al verlo tan caído, supo q